CAPÍTULO 3. Una transformación completa

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     Las dos mujeres desparecieron tras la puerta en un segundo, y los tres hombres fueron detrás de ellas a la casa de los Kudo poco después. Mientras las chicas decidían modelitos en la habitación de Yukiko, los hombres esperaban en el salón de abajo.

- Se suponía que os ibais a disculpar no a convertir esto en una pasarela de modelos -Se quejó Conan resentido mirando a su padre.

- Pero ahora está mucho más relajada -apuntó Agasa.

- Parece mentira que no conozcas todavía a tu madre... -Le dijo Yusaku a su hijo- Se siente fatal por la "charla" así que va a intentar compensarla, a la vez que se disculpa, utilizando la ropa como un nexo.

- Menuda reunión... -dijo una voz desde la puerta del salón.

     De la nada apareció la figura de Subaru, él seguía viviendo en casa de los Kudo y no estaba acostumbrado a que hubiera tanto ajetreo por allí, de modo que salió de su cuarto en cuanto escuchó el alboroto.

- Hola Subaru, siento el ruido, estamos en medio de un momento un tanto extraordinario -Se disculpó Conan.

- Vaya... el que nos observa ahí fuera desde el coche ¿no es Amuro? -dijo Agasa.

     Todos miraron a través de la ventana para ver a joven inspector de la CIA, que al darse cuenta de que ya no estaba siendo discreto se dispuso a entrar en la casa.

- Viene todas las noches, después de trabajar en la cafetería, para observar mis movimientos -reveló un molesto Subaru.

Amuro se unió al grupo de hombres que se encontraban reunidos.

- Podrías dejar de observarme desde la sombra, si quieres algo ya sabes dónde estoy -Le recriminó Subaru a Amuro.

- No quiero nada de ti -cortó Amuro.

     Mientras, en la habitación de arriba, Yukiko no paraba de sacar distintos conjuntos para que Shiho se los probara, una blusa, un mono, un vestido, una falda...

- Ai, pruébate este otro ¡vamos! -decía ilusionada la actriz mientras sostenía otro vestido-. ¡Esos pantalones te quedan genial!, ¡¡estás preciosa!!

Shiho se miraba al espejo coqueta, no recordaba la última vez que se había probado ropa con su cuerpo adulto. Pese a todo lo pasado esos días, se encontraba muy a gusto en ese instante.

- Oye Ai... yo... quería pedirte perdón -Se disculpó la actriz con una voz de sincera culpabilidad.

- ¿" Perdón"? -preguntó sorprendida la chica-. ¿Por qué?

- Pues... creo que mi marido y yo nos pasamos de la raya el otro día con la conversación que tuvimos.

- No entiendo... -insistió la chica un tanto confusa.

- No debimos presionarte tanto para que descubrieras la fórmula del antídoto.... Me siento fatal por haber hecho que te sintieras en el deber de conseguirlo de inmediato, sé que eso te ha tenido al borde de enfermar y es lo último que pretendíamos.

- No tiene que disculparse por eso Yukiko, creo que necesitaba que alguien me empujase a hacerlo, además se preocupa por su hijo, es normal que tenga prisa por recuperarle...

- ¡No! -interrumpió la mujer-, no tiene excusa, me preocupé por mi hijo sin pensar en ti y eso no está bien.

- Pero, es lógico, Kudo es su hijo, pero yo... no tiene la obligación de preocuparse por mí.

SherryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora