CAPÍTULO 16. Efectos secundarios

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    Ambas se siguieron acariciando la una a la otra con pasión. Vi recorría el cuerpo de Shiho con sus dedos mientras S besaba y mordía el cuello de la científica. Cuando la pasión más las embriagaba, un dolor seco y punzante se clavó en la sien de la más joven. Las chicas pararon de inmediato.

- ¿Va todo bien? -preguntó Vi preocupada por si sus experimentos le habían causado heridas internas a su amiga.

- S...sí... estoy empezando a encontrarme fatal, pero deben ser los efectos secundarios de la pastilla -dijo S mientras se agarraba la cabeza con una mano y el estómago con la otra.

- Ok, no te preocupes, es normal, iré a buscarte algo que te calme los dolores, vengo enseguida -dijo Vi mientras se vestía con rapidez.

- Gracias -respondió S retorciéndose de dolor.

     La científica fue a la cocina donde tenían el botiquín más básico y se encontró a los chicos que seguían dándole vueltas al enfado de Shiho.

- Vi, ¿cómo está S? -preguntó Key.

- Se encuentra fatal, la pastilla tiene muchos efectos secundarios y los está sufriendo todos, es como tener los efectos de sufrir diez reglas al mismo tiempo -explicó la chica que, por experiencia y por sus estudios, conocía muy bien los efectos secundarios de la pastilla del día después.

- ¿Podemos hacer algo por ayudarla? -preguntó preocupado Ceo.

- No demasiado, ser más amables que de costumbre y llevarle estos analgésicos.

- Yo lo haré -Se ofreció el chico rápidamente.

- Vale, aquí tienes... ¿Ceo? -dijo la chica acostumbrándose al nuevo alias del chico- C.O... como el Monóxido de Carbono... -dijo sonriendo.

- Así es -corroboró Key, orgulloso de haberle bautizado-. Como el que sale de mis pulmones -dijo mientras exhalaba el humo de uno de sus cigarros.

- ¿Sí? ¿igual de tóxico también? -preguntó ella con ironía, robándole el cigarrillo.

      Ceo ignoró el comentario y se fue de allí para no alargar por más tiempo el sufrimiento de su amiga. Al llegar llamó a la puerta con el número 8 dibujado.

- Adelante -dijo S, pensando que al otro lado se encontraba Vi.

      El joven entró y se encontró a la chica desnuda, sentada al filo de la cama, con una mano en su frente y con la otra agarrándose con fuerza el estómago. Shiho no tenía buen aspecto, respiraba con dificultad y el dolor se notaba en su rostro.

- ¡¡Ah!! Perdón, lo siento yo... -Se excusó Ceo girando la cabeza rápidamente y tapándose los ojos para no ver a su amiga al desnudo.

- ¿¡¡Pero qué haces tú aquí!!? -preguntó entre sorprendida, avergonzada y enfadada.

- Vi me dio esto para ti -contestó el chico mientras le enseñaba un bote con medicinas-. Me dijo que te encontrabas mal y quería saber cómo estabas y como llamé y me dijiste que entrase pues yo...

- Estoy bien... sólo me duele un poco la cabeza y tengo angustia, eso es todo -aclaró mientras se anudaba una sábana alrededor del cuerpo.

     La chica se levantó y se acercó para coger las pastillas. La mano de ella rozó la de él al cogerlas, haciendo que el chico se sobresaltara girando la cabeza de nuevo para mirar a su amiga. Ya estaba tapada, así que no había demasiado problema en que se quedase mirando. Ceo observaba los movimientos de ella embelesado.

SherryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora