CAPÍTULO 32. La calma antes del cuatro de julio

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     Una nueva mañana que amanecía Ceo sólo en la cama. A veces se preguntaba si la chica de verdad dormía a su lado o simplemente esperaba a que él se durmiera para dormir en otra parte. Era muy madrugadora y muy trabajadora. Al chico le molestaba bastante que tuviera tantas ganas por avanzar en la investigación, cuando él sólo deseaba que algo horrible ocurriera y tuvieran que empezar de cero. El detective bajó las escaleras y se detuvo en el salón al encontrarse con Key en el sofá. El informático estaba estirado en el sofá con un portátil encima y los cascos puestos. Tenía una expresión seria y parecía muy concentrado.

- ¿Qué haces? -Le dijo Ceo al llegar a su lado mientras estiraba el puño como saludo habitual.

     El joven le chocó el puño y terminó de teclear unos últimos comandos antes de contestar.

- Vi me pide cada día que haga una copia de seguridad de los datos que va recopilando... Está traumatizada porque la última vez que trabajó en el Apotoxin, el laboratorio salió volando y se perdió todo el progreso. Así que ahora tengo que exportar todos los datos a un servidor externo, libre de la influencia de la organización -Le contestó el chico mientras se retiraba los cascos.

- ¿Molesto? -preguntó el chico para no entorpecer su trabajo.

- Me ofendes -contestó el chico muy serio-. Esto puedo hacerlo con los ojos cerrados y las manos atadas a la espalda-. Aclaró con soberbia.

- Es que me gustaría que hablásemos de algo... -dijo Ceo tímidamente.

- Escúpelo.

- Verás... como sabes queda muy poco para que nos vayamos de aquí... -dijo apenado-. Y quiero dedicar todos mis esfuerzos a acabar con la organización para que no tengamos que estar ocultándonos toda la vida.

- Me parece una idea cojonuda. Ya te lo dije, si acabas con la organización haré todo lo que me pidas -dijo Key aprobando el plan del chico.

- Bueno, pues había pensado que tú podrías ayudarme.

- ¿Yo? -dijo sorprendido-. No sé cómo.

- Tú tienes acceso a muchísima información confidencial, a las cámaras de vigilancia... seguro que puedes conseguir alguna grabación del jefe planificando algo ilegal y con eso el FBI podría... -Ceo no pudo acabar su frase.

- No puedo ayudarte -cortó el informático.

- ¿Cómo qué no? Eres el mejor informático que conozco si tú no puedes...

- Nadie puede.

- Exacto.

- Eso es, exacto, nadie puede.

- Key... vamos... me pides que acabe con ellos, pero tú eres el que más puede ayudar y ¿no piensas hacerlo?

- Lo siento tío... pero no puedo.

- Pero... ¿por qué? -preguntó desesperado el detective.

- Porque es muy fácil que me pillen, estoy monitoreado todo el tiempo. Como has dicho; soy alguien que tiene demasiada información, me pillarían en cuestión de horas... ¿Sabes la de rodeos que tengo que dar para enviar a un servidor seguro los datos del Apotoxin sin que ellos lo noten? Es una odisea, tengo que codificar con nombres estúpidos cada fichero, uno por uno, y mandarlos a través de cientos de VPN de varios países para sortear los cortafuegos de estos cretinos. Y esto es algo sin demasiada importancia para ellos... imagina lo que sería filtrar datos que puedan destruir la organización... Es imposible que no me pillen.

SherryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora