Capítulo 2 : Descarado.

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El sonido de todas las voces entre-mezclándose me hizo doler un poco los oídos. Observé fijamente el trazo que había comenzado a hacer para distraerme en lo que comenzaban las clases, no sabía que dibujar en realidad, solo quería algo que me desconectara de todas esas voces, pero eso parecía imposible, ellos hablaban muy fuerte. No pude evitar escuchar lo que decían.

—¡Buenos días! —una voz femenina habló animadamente.

—Nadie contestó cuando toque el timbre. —Otra más habló en un tono decepcionado.

—¿Qué?, ¿Te echaron otra vez? —le respondió otra, con aparente asombro.

—Así que, en las vacaciones cuando estaba en el trabajo... —una voz masculina que era cautelosa fue lo último que escuché antes de que el sonido de mi cartuchera y lápices cayendo fuese el más fuerte.

—¡No puede ser! —la voz masculina me hizo tensarme un poco, mantuve mi mirada fija en mi libreta mientras observaba de reojo como una mano pálida volvía a colocar mis lápices en la paleta de mi banco con cuidado. —Lo siento. —Susurró.

Me limité a asentir sin voltear a verle, continúe trazando líneas con mi mano un tanto temblorosa, trague saliva mientras escuchaba la nueva plática que se desarrolló detrás mío.

—¿Se enojó?, Pero ya me disculpé, ¿No? —la voz que en un principio me había hablado, volvió a hablar, esta vez siendo cautelosa.

—Ah, no te preocupes. Es totalmente inexpresivo, no importa lo que pase, él ni se inmuta.

Me relamí los labios resecos, deje de mover el lápiz en mis manos y desvíe mi mirada hacia la ventana, observé los árboles de afuera siendo movidos por el ligero viento.

No era eso, no es que no sienta nada... Yo siento que, lo que yo digo no le importa a nadie, que nadie comprendería... Así que no habló.

Esta clase es extraña para mí.

Todos me ven como alguien diferente a ellos, nadie me presta atención y se mantienen alejados de mí, es como si estuviera apartado.

Pero está bien...

Así es más fácil.

El rugir fuerte de una moto hizo que todos se callaran en automático, algunos se acercaron a las ventanas del salón y observaron hacia abajo, yo me quedé quieto en mi lugar pero también estuve atento a lo que sucedería a continuación.

Ya sabíamos quien era.

Lo sabíamos, pero seguía siendo raro.

Él casi no asistía a clases.

—¡Oye, Jeon!, ¡¿Acaso tienes permiso para venir en moto al instituto?! —la voz de un profesor que no pude reconocer, fue quien rompió el silencio.

—¡Déjeme en paz! —esa fue la voz de él, sonaba fastidiado.

—¡¿Dónde estabas durante la reunión de apertura?!. —El profesor siguió con sus gritos histéricos.

Decidí continuar con mi dibujo ahora que todos estaban callados por la llegada de ese chico. Trace líneas mientras volvía a escuchar su voz suave:

—Tuve un resfriado. —Sonaba tan calmado que bien podría ser cierto.

Pero era él.

—¡Mentiroso!, ¡Apuesto a que solo estabas pasando el rato por ahí!.

Hubo otro silencio, está vez más prolongado, supuse que él estaba haciendo algo antes de hablar. Luego de un rato, su voz volvió a ser lo único que se escuchó:

🅼ars [El Dios de la Guerra] 無。Kookv Donde viven las historias. Descúbrelo ahora