🅼ars [El Dios de la Guerra] 無。Kookv

Capítulo 88: Un verdadero festín de epifanías.

Está vez, el silencio no se prolongó tanto, JungKook se apresuró a tomar la palabra:

—Oh... Lo siento. —La disculpa abandonó sus labios en automático, seguido de eso, retomó el hilo de sus pensamientos e intentó explicar la situación—: La puerta estaba abierta, así que...

El hombre de mayor edad tuvo suficiente con ver el rostro ligeramente nervioso del adolescente de cabellos largos, desvío la mirada y la guío hacia los alrededores de la habitación a la que no había ingresado hacía algún tiempo, se mantuvo parado cerca de la puerta, su espalda permaneció recta mientras su mano izquierda se ocultaba en el bolsillo de su pantalón de vestir.

—Bien... No tienes que disculparte. Es la habitación de tu madre, no debes sentir inseguridad al entrar a la habitación de tu propia madre.

Apenas escuchar las palabras del hombre, JungKook lo siguió con la mirada mientras daba pasos calmados dentro de la habitación, con ojos atentos observó cómo el mayor se detenía frente a la ventana, cuando el hombre de mayor edad movió las cortinas para observar el paisaje de afuera, el pelinegro nuevamente se permitió hablar:

—Pero está habitación siempre estuvo cerrada antes...

—Eso es porque eras muy joven. No quería que recordaras a tu madre muerta... Así que dejé esta habitación cerrada... —El hombre se encogió de hombros con ligereza, como si eso tuviera que explicar todo, una sonrisa pequeña había aparecido en sus labios al tiempo en que contestaba con facilidad pero en ningún momento miraba a los ojos del pelinegro—, deberíamos airear la habitación, de lo contrario es muy triste permanecer aquí.

Los ojos oscuros de JungKook se desorbitaron al ver la expresión que acompañó las palabras del hombre, su mirada cayó conforme los recuerdos inundaron su memoria:

"Es tan triste, sin su madre, los niños... Lo siento tanto por los niños..."

—¿Papá...? —El llamado fue hecho en un tono bajo e incrédulo.

A pesar de que el llamado había sido extraño de escuchar, el tono era más bajo de lo que las personas suelen hablar comúnmente, el hombre volteó a ver al adolescente de inmediato.

—¿Sí? ¿Qué ocurre?

—Oh... —solo hasta que el hombre respondió a su extraña llamada, JungKook fue consciente de sí mismo, sus mejillas pálidas se sonrojaron un poco y su mano fue hacia su rostro en un intento por ocultar su vergüenza—. No... No importa.

JungSeon mantuvo su mirada en el rostro avergonzado de JungKook, por unos momentos, considero decir algo más pero la idea se desvaneció en cuánto la voz de alguien más se elevó en el repentino silencio.

La señora de la limpieza —quien era ajena a lo que sucedía con sus estimados jefes— tocó suavemente la puerta de madera y se asomó dentro de la habitación con una pequeña sonrisa amable en su rostro.

—Discúlpeme señor. La cena está lista. ¿Qué le gustaría hacer primero?

—Estaremos allí de inmediato. Gracias. —JungSeon asintió suavemente, seguido de eso, volteó a ver a ambos adolescentes con una sonrisa suave en su rostro—. Comamos. Tengo hambre.

Sin mediar ninguna otra palabra, JungSeon salió de la habitación bajo la mirada atenta de JungKook y TaeHyung.

TaeHyung —quien había guardado silencio en todo momento—, no tardó en seguir los pasos del mayor de los Jeon, viendo que su novio se estaba yendo motivado por la comida, a JungKook no le quedó de otra más que comenzar a caminar también.

*     *     *

La gran casa de la familia Jeon era tan grande y espaciosa que era difícil no sentirse fuera de lugar en un ambiente tan distinto a lo usual, todo estaba decorado de manera estética y elegante, en la habitación donde se encontraba el comedor había unos ventanales grandes que daban directamente al jardín por lo que mientras se comía, también se veía hacia el jardín.