Capítulo 90: La vida familiar de los Jeon.

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—Es verdad... —la voz de JungKook fue baja, sus ojos oscuros miraron los ojos del hombre frente a él pero su mente aún estaba vagando en el pasado—. Ambos estuvimos allí esa noche. Vimos a nuestra madre colgando del techo.

En la penumbra de la habitación donde dormía la mujer a quien reconocían como su madre, solo había un sonido bajo y chirriante provocado por una cuerda, la mujer delgada estaba flotando del techo, sus cabellos largos y ondulados caían frente a su rostro que miraba hacia abajo, los dos pequeños niños podían ver el rostro de su madre desde donde estaba pero ella no abría los ojos y ellos no sabían qué sucedía así que solo se quedaron juntos, en la oscuridad, viendo fijamente a su madre, esperando que la mujer bajara del techo y dejará de flotar.

No se movieron por lo que no notaron a la mujer que se asomó en la oscura habitación al ver la puerta abierta, apenas ver la escena dentro, la mujer salió corriendo y gritando con desesperación:

—¡Sr. Jeon! ¡Sr. Jeon!

En la conmoción de los gritos, los dos pequeños niños se quedaron en su lugar, sin saber qué ocurría y sin reaccionar en absoluto. No se movieron hasta que por la puerta de la habitación ingresó su padre, en bata y con un rostro lleno de incredulidad ante lo que veía.

—¡Young! —el hombre corrió hacia el cuerpo frío, al acercarse a la zona, la silla al costado de la mujer cayó al piso provocando un sonido seco—: ¡¿Qué demonios...?! ¡Llama a una ambulancia! —JungSeon rápidamente bajó a la mujer y la sostuvo entre sus brazos ocasionando que el rostro oculto por los cabellos largos fuese mostrado, rojizo y con lágrimas secas en las mejillas huecas—. ¡Young! ¡Young! —JungSeon llamó a la mujer sin poder evitarlo y no reaccionó hasta que vio un movimiento ligero, sus ojos se elevaron con terror al ver los inocentes rostros infantiles que veían todo sin comprender lo que ocurría, JungSeon sostuvo el cuerpo frío sobre su regazo y sus ojos enrojecieron, su voz fue áspera, como si le costará hablar—: llévate a los niños... Llévate a los niños de aquí... ¡Apresúrate!

JungKook bajo la mirada hacia su regazo cuando el recuerdo terminó dejándolo con una sensación llena de amargura.

—Goo y yo no entendíamos lo que era la muerte en ese momento. Nosotros solo pensamos que era muy extraño que nuestra madre estuviera flotando en el aire... Y esa fue la última vez que vi a mi madre. Lo siguiente que supe, es que estábamos vestidos como... Si alguien hubiera muerto y siguió un funeral bastante aburrido. Y así, nos enteramos de que murió nuestra madre.

JungKook bajo la mirada y guardó silencio pensando un poco más en ello, al final, solo pudo seguir con sus interminables pensamientos.

—¿Por qué tuvo que morir mi madre? ¿Por qué ella intentó matarnos? ¿Ella se arrepintió? ¿Se arrepintió... De tenernos?

—JungKook...

JungKook volvió a interrumpir al doctor y volvió a verlo directamente en busca de las respuestas que necesitaba oír.

—No somos los verdaderos hijos de nuestro padre, ¿verdad? —en voz baja, siguió hablando con los ojos fijos en el rostro del hombre—: el hecho de que... Estuvo ingresada en el hospital psiquiátrico y después se suicidó... ¿Es todo culpa nuestra?

El doctor se sorprendió por unos momentos ante la conclusión a la que había llegado el pelinegro, pero pronto recuperó la compostura digna de un doctor y negó con la cabeza, su entrecejo fruncido demostraba su abatimiento.

—No. No, JungKook, tu madre no se arrepintió de haberlos tenido. Era por ustedes dos que ella quería seguir viviendo. —La mirada del doctor bajó hacia su regazo, viendo la tela de su pantalón de vestir—. Para ser honesto, la forma en que tú madre se comportaba con ustedes dos, no era normal. La razón por la que tú padre vino a mi al principio, fue para hablar de eso... Su preocupación por el apego que mostraba hacia ustedes, el cual había dejado de ser saludable...

🅼ars [El Dios de la Guerra] 無。Kookv Donde viven las historias. Descúbrelo ahora