En el centro de Seúl un edificio grande con ventanales transparentes y elegantes se elevaba imponente entre todos los demás edificios a su alrededor, a pesar de no ser ostentoso lograba llamar la atención de todos los transeúntes, al ingresar a este edificio se podía ver un vestíbulo por el que circulaban personas vestidas de manera pulcra y discreta, estás personas no podían evitar detener su camino para mirar a la persona que ingresaba por la puerta del gran edificio.
Desde los trabajadores con carpetas y documentos importantes entre sus manos, hasta las recepcionistas que le lanzaban miradas discretas a los guardias de seguridad para que hicieran su trabajo como correspondía.
Al captar la indirecta silenciosa de las mujeres, uno de los guardias de seguridad le dio una mirada a la persona que caminaba a través del pasillo lustrado con pasos despreocupados y firmes, luego de ver su apariencia totalmente fuera de lugar, se apresuró a interceptar a la persona.
—¡Hey tú, espera un minuto! —el hombre uniformado siguió al chico que se detuvo tras escuchar su llamado—. ¿Eres un estudiante? No puedes solamente entrar así como así. —El guardia sostuvo el brazo del chico para jalarlo hacia la salida del edificio—. Este es un lugar de trabajo, no un punto de reunión para los niños.
—Lo sé, me iré tan pronto como termine con mis asuntos. —El más joven se puso firmé negándose a moverse de su lugar a pesar de ser jaloneado—. Yo tampoco quería venir aquí... Pero necesito a mi padre... Ahora.
El escándalo entre ambos atrajo rápidamente la atención de todos los trabajadores de alrededor, ante la atención obtenida por las personas de porte presumido, el guardia de seguridad se puso más ansioso e intentó apresurar el asunto para resolverlo rápidamente sin llamar tanto la atención:
—¿Tú padre? ¿Tú padre trabaja aquí?
—Sí... —el chico jaló su brazo al ver como el guardia de seguridad volvía a intentar llevarlo a la salida del edificio, con un rostro lleno de indignación por el trato que estaba recibiendo, no dudó en elevar la voz—: Es el presidente Jeon, ¡¿Está aquí, verdad?!
Luego de que elevó su tono de voz, todos guardaron silencio por unos momentos indefinidos, las miradas de todos se llenaron de consternación pero esa consternación pasó a segundo plano de inmediato al mirar la apariencia del joven y pensar en lo absurdo que sería pensar en la posibilidad de que dijera la verdad, los guardias de seguridad no tardaron en apresurarse y sujetaron al pelinegro para someterlo por decir tantas barbaridades.
Entre todas las personas que veían el escándalo que parecía ir escalando, una mujer vestida con meticulosidad se acercaba por el pasillo haciendo sonar sus tacones de aguja, sus pasos se detuvieron cuando los gritos provenientes de una voz conocida llamaron su atención:
—¡Rápido, llama a la policía! —Uno de los guardias de seguridad gritó mientras sostenía al pelinegro.
—¡Suéltenme! —el pelinegro gritó aún más indignado al ser sujetado con tanta fuerza.
—¡Cállate! —el otro guardia le gritó de regreso.
Al ver la escena tan irreal que se desarrollaba frente a sí, Sorim se acercó a pasos rápidos con la incredulidad llenando sus ojos perfectamente maquillados.
—¿JungKook? —el nombre se escapó de sus labios pintados de color apricot mientras veía el rostro del pelinegro en busca de comprobar que realmente era él.
Al ver a la mujer —con quién había peleado y bromeado incontables veces—, JungKook no desaprovechó la oportunidad de verla con un rostro pálido lleno de quejas.
—Sorim. —Asintió sin intención de decir algo más, únicamente planeaba dejarle ver su indignación.
—¿Qué estás... haciendo aquí? —Sorim intercaló su mirada entre los guardias de seguridad y el adolescente.
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🅼ars [El Dios de la Guerra] 無。Kookv
Roman pour AdolescentsTaeHyung cree que todos los hombres del mundo están sucios, él piensa fielmente que no debe confiar en nadie, ni siquiera en él mismo. Por lo tanto, se mantiene alejado de sus compañeros de clase y escondido dentro de su arte, la cual es la única qu...