Los ojos grandes de mamá me miraron mientras una sonrisa suave se formaba lentamente en su rostro que reflejaba su cansancio, ella había despertado en algún momento de la madrugada, yo me había quedado dormido en la silla al lado de la camilla y para cuando desperté ella ya estaba comiendo la comida desabrida del hospital.
—Ya puedes irte, Tae, estaré bien. —Mamá sonrió suavemente sin apartar sus ojos de los míos, como si quisiera que me quedara claro que debía irme a casa de inmediato—. Siento que hayas tenido que faltar al instituto.
Ella... Está acostada en la camilla de un hospital y en lugar de preocuparse por sí misma, ella está preocupada por mi asistencia.
Negué con la cabeza y sonreí apenas, mi cara se sentía tensa por todas las emociones que tuve que retener mientras mamá dormía, no podía permitirme llorar como un tonto frente a mi madre, en estos momentos lo que menos necesitaba era que yo llorará.
—Volveré, mañana después del instituto vendré a verte de nuevo y te traeré algo.
Mamá me miró por unos momentos antes de asentir lentamente con la cabeza, palmeó el dorso de mi mano dos veces y después volvió a ignorarme para ver el techo blanco del hospital.
Observé fijamente mis zapatos moviéndose encima del piso, apreté el agarre de mi mano en la bolsa con la ropa de mamá y suspire cuando sentí el adormecimiento en mis dedos, estire las comisuras de mis labios en un intento de sonreír para mí mismo pero termine por desistir en el intento de intentarlo, gire a la derecha sin elevar la mirada y solo la alce cuando un par de zapatos sospechosamente familiares se aparecieron en mi camino.
JungKook estaba sentado en la barda del pequeño parterre de ladrillos frente al complejo de apartamentos, sus piernas estaban abiertas a cada lado dejando que sus brazos descansen en el espacio libre entre ellas, sus ojos ya estaban viéndome cuando yo lo mire.
«¡¿JungKook?! ¿Qué hace aquí?»
Sin decir nada sobre su presencia, seguí acercándome al mismo tiempo que él se levantaba de su asiento temporal en el borde de los ladrillos, JungKook acortó la distancia con solo unos cuantos pasos de sus largas piernas, se paró frente a mí con la cabeza inclinada hacia abajo para verme a los ojos y su mano izquierda rascándose la nuca, sus ojos me veían pero parecía que no sabía cómo iniciar la conversación.
—Yo..., Jimin me dijo lo de tu mamá.
Observé el rostro pálido de JungKook, no intenté analizar su expresión facial porque sinceramente no tenía la cabeza para hacerlo y tampoco lo veía necesario, solo dije lo primero que se pasó por mi mente:
—Estabas preocupado por mí.
JungKook me miró a los ojos pero no respondió, tampoco necesitaba hacerlo.
Si de algo podía estar seguro es de esto, JungKook no haría nada que no quisiera hacer, ni siquiera por cortesía, el hecho de que él viniera a esperarme fuera de mi casa apenas se enteró de lo ocurrido, solo para verme... Era porque le importaba.
—¿Quieres entrar? —susurré la pregunta.
No sabía si era correcto dejar que JungKook entrara a mi casa ahora que mamá no estaba en casa, mamá era neutra acerca de él, ella tampoco sabía que es lo que somos realmente así que naturalmente no se interesa demasiado y solo le importa lo que tiene que ver con pedir permiso para salir a algún lado, aún así... JungKook estuvo esperándome todo este tiempo, no invitarlo a entrar es muy descortés, además, él ya me ha dejado ir a su apartamento varias veces.
—Sí. —La respuesta de JungKook fue rápida.
«Él no me dejo pensarlo demasiado»
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🅼ars [El Dios de la Guerra] 無。Kookv
Teen FictionTaeHyung cree que todos los hombres del mundo están sucios, él piensa fielmente que no debe confiar en nadie, ni siquiera en él mismo. Por lo tanto, se mantiene alejado de sus compañeros de clase y escondido dentro de su arte, la cual es la única qu...