LA PURGA

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Capítulo largooo + musiquita acorde anclada
arriba!

Capítulo largooo + musiquita acorde anclada arriba!

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MAIA

Sabía que el tiempo se me agotaba. Que mis pulmones estaban de mal en peor, al igual que todo mi cuerpo en si con lo que sufrí estando de rehen. Las heridas se podían infectar, la droga podía evolucionar, y se me podía acabar el oxígeno.

Pero no me importaba.

—Esta bien.—Patrick asintió. El resto se relajó y siguieron las órdenes de la mano derecha del italiano mayor. Se volteó y me vio con sus labios en una sola línea frustrado.—Solo te pido que si los ves, defiéndete. Y ni pares hasta que estés con más gente. Leonardo me matará por esto, peque, así que mantente con vida. Atenea viene detrás, quédate en su tropa.

Fue lo último antes de que saliera disparado lanzando órdenes mientras alardeaba con su arma y sus manos. Estruendos de cemento se escuchaban retumbar al igual que pisoteadas por todos lados.

Agarré una de las inyecciones que me había dado Leo, tragándome por completo el pánico y miedo de sentir una aguja nuevamente penetrando mi piel, y sin esperar me la clave en el muslo metiendo el líquido que se infiltraba por mis músculos. Adrenalina que me mantendría de pie.

—¡Vamos, vamos!—escuché un grito rudo en por detrás. Atenea.

Estaba cargada con un chaleco y un franco amarrado a su hombro mientras dirigía una tropa de hombres armados y dispuestos. Pareció sorprendida de verme aunque no preguntó pero asentí cuando me imitó la acción.

—¡Cumplan las órdenes de Romano, señores!—escuché cuando Ate me unió a su grupo.

—Actualización.—pidió uno de los hombres.

—¡Atacaron el muro y la azotea! ¡Andando! ¡Bloquear todo!—aviso a mi lado cuando mi piel se erizo. Leonardo estaba en la azotea, o eso me hizo saber antes de que se fuera.

Agarré el arma estirándola entre mis manos casi riéndome de lo diferente que se sentí respecto a hace unos meses y seguimos caminando pasillo en frente apuntando, cualquiera se podía aparecer y como dijo Patrick; o te defiendes o mueres.

La adrenalina hacia su efecto y solo quería encontrarme frente a frente con la rusa para acabar con todo esto de una vez. Con toda mi cabeza ya dañada, con todo el miedo de caminar tranquila en la calle, con el terror de saber que podré perder a cualquiera de mis cercanos.

Jet 002 fue destrozado. Bomba identificada contra azotea.—habló una voz por un comunicador en el chaleco de Atenea. El jet de Leo.

—¿Estas bien?—susurró Atenea a mi lado. Asentí.—Tropa uno, al décimo piso.

—¡Piso dos y tres en defensa! ¡No bajar! ¡Somos tres tropas contra veinte rusos!—escuche otra voz más en el comunicador de su chaleco.

Sombras que aman (borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora