Capitulo 41

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ADVERTENCIA: este capítulo contiene lenguaje explícito y obsceno, se recomienda discreción ante las situaciones y también, se recomienda tener una edad suficiente para leer este contenido (aunque esto es Wattpad y todo sabemos que lo leerán igual xdxd)
Espero que lo disfruten, me esmere ya que no soy de estilo escribir de esta forma...
—Pd 1: si el capitulo anterior ya era intenso, este será una abominación.
—Pd 2: déjenme saber que les parecen estos cap!
—Pd 3: manténganse sentadas que se caerán de culo con este cap.
—Pd 4: (pierde su florecita)
—Pd 5: déjenme saber si quieren conocer a los personajes en la vida real de esta novela!!!
—Pd 6: dejare cancion que queda PERFECTA con lo que sucederá... + un gif anclado.

Maia Afrodita Zabat

—Dime, Maia. ¿Dejarás que te enseñe lo bien que se siente el pecado?

Alguna vez sintieron que su corazón iba a salir de su pecho, como una bomba sin su seguro. Bueno, aquella sensación multiplicada unas diez veces era la que sentía entre la poca distancia que mantenía entre Leo y yo.

Sus manos ardientes y deseosas por recorrer mi piel todavía se mantenían por encima de mi camiseta cuando se colaron por debajo estremeciéndome por el simple hecho de sentir su piel contra la mía, uniéndose cada vez más.

Una respiración entrecortada me hizo sacudirme inconscientemente sintiendo como el puntazo en mi culo retenido por su bóxer crecía más. Acercó sus labios con su aliento cálido erizándome la piel cuando besó el hueco de mi cuello y mordió con sus dientes insaciables dejando seguramente una marca. Una de sus manos me rodeaba el vientre mientras que la contraria pasó de la piel desnuda de mi torso bajando suavemente causando que aquel dolor intenso que llevaba entrepierna aumentara. Su mano paró en el borde de mis bragas mientras me daba otro beso caliente pero esta vez en mi mandíbula, las piernas me empezaron a fallar y sentí como sin querer soltaba un jadeo incentivando más a Leo.

—Entonces... ¿que quieres que haga?—paró en seco mientras me susurró con un tono grave y rasposo en mi oído para después agarra mi lóbulo con su boca haciéndome arquear mi espalda sin querer, nuevamente sintiendo como su entrepierna crecía.

—Yo...

—No escucho.—volvió a insistir mientras sentía como sonreía contra mi clavícula. Fue depositando pequeños besos ardientes en distintos lugares cuando uno de sus dedos agarró el elástico de mi ropa interior.

—Quiero que me toques.—me salió un hilito de voz cuando, sin más, con su mano agarró bruscamente mi ropa interior y la deslizó por mis muslos tiritones calientes al tacto. Había empezado a respirar entrecortado y a sentir aquel ardor en mi vientre bajo con cada tacto que recibía contra el, en cuanto su ereccion creció más al ver que no llevaba más que su camiseta.

Su mano bajo cuando volvió a morderme provocando que inclinara mi cabeza hacia su hombro cuando su mano empezó a trazar círculos lentos y expertos en mi zona sensible haciendo que temblara a su tacto. Nunca antes había sentido algo así, como si su presencia me quemara en realidad.

—¿Te gusta?—ronroneo cuando paró de golpe y en un ágil movimiento me dio vuelta hasta chocar mis manos con sus hombros de lo aturdida que me encontraba. Le mire sus ojos, sus ojos llenos de deseo carnal y lujuria por el momento. Me agarró de mi espalda y me acercó hacia a él clavando su ereccion en mi vientre.

Sus manos se colocaron el mi cintura tallándola, y me acercaba más a él rozando nuestros labios de forma casi exquisita. Tuve un intento desesperado y patetico por besarlo pero subí mi mano enredándola a su cabello sedoso. Únicamente disfrute de el contacto de nuestros cuerpos que causaba un cosquilleo extraño desde la médula de mi espalda hasta la punta de mis dedos.

Sombras que aman (borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora