Sombras que aman (borrador)

Capitulo 7

MAIA

Todavía en aquellas pintas de solo la camiseta de Leonardo, me subí a la cabina de detrás un auto negro reluciente y grande, me parecía que el mismo de la llegada parecido a un Range Rover pero más alargado y estilizado mientras el tal "Gian" se ubicó en el asiento de copiloto. Y como no, de nuevo un guardia malhumorado iba manejando aquel carro.

No dispuse más a ver aquella vista mientras me pegaba al cristal polarizado del carro; me impresionaba cada vez más el color fuerte turquesa del mar que resplandecía gracias a los destellos del sol, no se veía gente en la playa de este lado pero si estaba rodeado de mansiones y casas estilistas pero pequeñas. Era una zona parecida a un alcantilado aunque si existían pequeños pedazos de puertos y playas.

Al ver el agua chocando con las piedras y con la suave y blanca arena me recuerda a mi niñez al instante. Cuando todavía todo era felicidad como un cuento con final feliz, aunque no todo es por siempre.

Agatha y yo jugando con las olas que estallaban en la orilla, escupiendo el agua salada dejándonos un mal sabor de boca que se nos arrugaban las caras. Mi padre... mi padre era, distinto. Se vestía bien, jugaba con nosotras y nos llamaba "nenitas", siempre le gusto el nombre "Agui" para mi hermana y "Afri" para mi. Raro, pero nos daba risa su falta de creacion.

Ahora... no lo he visto hace ya 7 años...
Cuando tenia apenas 10 recién cumplidos, llegaba de la escuela con Agatha jugando y riendo cuando al tomar el pomo de la puerta mi padre se nos adelanta y quedamos cara a cara, sus ojos rojos hinchados y una expresión de añoranza cuando todavía nos tenía en frente de el. Llevaba una maleta, el pelo desordenado y una mirada como si no quisiera que lo encontraran. Nos empujó abriendo el paso y mi hermana entra corriendo para ver a mi madre botada en el suelo mientras yo solo me digné a ver como mi "papá" se alejaba de nuestras vidas en un puto carro. Luego de un par de días nos comentaron que falleció en un accidente...

Siento que al recordar aquellos momento, me recorrió una lagrima, mojándome las mejillas y haciéndome volver al momento actual. Era insano para mi recordar aquellos momentos que cambiaron nuestra vida en un grado de 360.

«Agatha»

Esta tía me va a matar, seguramente no dejaba de llamarme y yo no podía darle señal de vida. Pues mi celular estaba en el jodido mar gracias a Leonardo y su creatividad para solucionar los problemas. Ni en un mil de sueños, se hubiera imaginado que estaría con el mayor mafioso de Italia.

—Señorita.—habló Gian sacándome de mis profundos pensamientos.— hemos llegado.

Bajamos y aquel amable hombre de tez morena al igual que su cabello me abrió la puerta y me ofreció su mano para no resbalar con aquellos tacones que me habían estado matando desde que salí de casa para la fiesta. Primer día en mi vida que llevo tacones y un vestido atrevido y mira como he quedado.

—¿Quiere ir a Dolce & Gabanna? ¿Channel?— empieza a decir un sin fin de tiendas que debería vender un riñón y mi casa entera para pagar algún producto de ahí. Arrugue la cara al pensar que mis camisetas en si salían menos que tres dólares y que mi pasión era comprar en H&M.

—¿No tienen una tienda convencional?— pregunté en busca de comprarme algo de 10 dólares. Algo que no afectará mi financiamiento. Con Rena y Agatha íbamos constantemente al centro comercial de

—No.— se río ante mi comentario y me ofreció el brazo para entrelazarlo con el mío para no caerme. Como no, esta es una ciudad de millonarios o algo así.— sígame por favor.

Caminamos por unas amplias calles de suelo rocoso pero blanco, estaba por un lado las tiendas con un sin fin de productos que me hacían morderme el carrillo, eran hermosas, y al otro lado de aquel pasaje se podía admirar el mar. Una vista digna de revista Vogue.