Maia Afrodita Zabat
—¿Donde estabas gilipolllas?—Agatha nos abre la puerta y no diviso a mi madre por ni un lado, menos mal.
—¿Donde está mamá?—preguntó antes de entrar definitivamente mientras Leo esperaba detrás de mi.
—Respóndeme.
—Larga historia. No quieres saberla.—vuelvo a bramar como histérica y esta vez Leo me agarra de la cintura que, diciendo la verdad, si me calmo.
—Mamá salió ayer. Creo que ni noto que nos fuimos, solo nos dejo esta nota.—dice tratando de calmarme y me saco las zapatillas para correr hacia la nevera donde todavía colgaba la bota.
"Salí y volveré mañana en la tarde, hay comida lista en la nevera, besos."-Mama
«Esto es increíble»
Por cierta parte me hubiera gustado más encontrarme cara a cara con ella, que me gritara, que me castigara de por vida por violar sus reglas y ver de nuevo a Leo. Pero no, estaba seguramente borracha a estas horas del día, sin cara para enfrentarnos.
Nunca supe cuando todo empezó, fue muy rápido o yo era muy pequeña. Mi padre murió y enseguida la botella estaba en la boca de mi madre... no pensé que podría hacerse costumbre de mi mamá, de una mujer con dos hijas y un futuro por delante. Decidido dejarnos, tirarnos en la curva que nos arregláramos todo solas.
Me dirijo hacia la escalera y noto que las grandes pisadas me siguen por detrás, como siempre lo hacía.
—Ándate.—musitó doblando un poco mi cuello y sigo subiendo los escalones.
—A las 8 re vengo a recoger.
Es lo único que dice y sorprendentemente me deja en paz, creo que no estaba dispuesto a escuchar un berrinche mío.
Sigo subiendo las escaleras y me desplomo en la cama con ropa encima. Estaba agotada, no solo físicamente, si no mentalmente igual.
Esto de ser la supuesta novia de Leonardo me estaba agotando exageradamente... correr riesgo constantemente y mentirles a todos no era de mi especialidad. Y para peor, cuando más Evan notaba mi existencia, todo salía mal, o algo sucedía.
A veces solo quería alguien con quien hablar y que no corriera peligro por su vida... quería el calor de mi padre, escuchar su voz y sentirlo. El sabría definitivamente como tranquilizarme.
—¿Estás bien?—la voz de mi hermana se acercaba por el pasillo y trato de comerme las lagrimas.
—Si—gritó pero los pasos siguen acercándose.
—No, no lo estás.—entra en la habitación y solo me restriego la cabeza para después hacerme una coleta con la liga que estaba en mi mesa de noche.—Maia... cuéntame que te pasa. Estás rara conmigo de hace días y evitas contacto conmigo. ¡Ni me contaste cuando Leonardo se quedó a dormir joder!
—Perdón...—musitó agarrando cobijas y le pegó al colchón indicándole que se sentara.—No me pasa nada enserio... y hablando del otro día... ¡pues no se! Agarre confianza con el y llegó ese día y se quedó, nada más. Lo juro.
Parece creerme lo cual me alivia y se recuesta en los pies de la cama.
—Y que es eso de "te vengo a recoger a las 8"—dice imitándolo con voz de machito a lo que me causa risa.
—Tengo un evento con el.—confieso y abre los ojos como plato.
—¿Con su gente?—pregunta a lo que asiento y una gran sonrisa sale por su rostro, dejándome idea de que pasaría.
«oh mierda»
***
—Están tocando la puerta.—Agatha me viene a avisar al baño donde me repasaba mi delineador por quinta vez y acomodándome mi cabello liso.
Agatha las últimas horas había hecho una mina en mi ropa buscando que ponerme y verme "chic" como ella señala...
Me aliso mi vestido por última vez que me deleitaba la vista. Era un vestido negro de terciopelo pegado a mi cuerpo hasta las mis muslos con detalles de hilos de colores en lo bajo, iba sin tirantes y lo complemente con unas botas largas dejando ver un pequeño espacio de mi piel en piernas.
Salgo apagando las luces de los pasillos y bajando las escaleras me encuentro con una cara conocida pero no la que esperaba.
—Te ves hermosa.—Jaden esta casi con la mandíbula por el suelo en cuanto me ve y sonrió forzadamente por la decepción plantada en mi. Me esperaba a Leo...
Trato de reordenar mis pensamientos y caigo en que era mejor que el viniera a recogerme, después de todo estoy molesta con el estupido mafioso... o eso creía. Solamente seguía con el por mi integridad y por mi vida, sinceramente.
—Tierra llamando a Maia.—Agatha aplaude en el salón haciendo que enfoque la mirada nuevamente en Jaden el cual estaba para comérselo.
«¿Que? No pienses estupideces» trato de corregirme.Iba con unos vaqueros blancos un poco rotos, común de chicos de nuestra edad y con una camisa burdeo de tercipelp sedoso. No sabía como, pero lograba ver unas prendas tan sencillas en algo extravagante y digno de ver. Tras la camisa no se podía ver su cuerpo rallado pero de su cuello aparecían un par de ellos, llevaba su endulado cabello colgando y sus piercings en el labio inferior y su ceja le daban un aspecto encantador.
—Vamos.—musito bajando las escaleras intentando mantener mi respiración entre cortada.
—Nos vemos Maia.—Mi hermana se despide de mi en cuanto abrimos la puerta y entra un chico a los brazos de ella. Me rio y salgo con Jaden de la mano.
—Leo me mando a buscarte...—dice acercándonos a un auto negro mate grande.—Aunque lo amo por haberme pedido aquello.
Me sonrojo a lo que me habré la puerta del copiloto y subo sin saber que me esperaba en el resto de la noche.
Continuará...
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Sombras que aman (borrador)
RomanceSAGA SOMBRAS - Libro I (Completo) «Mafia, ¿que es la Mafia? ¿Y que lo hace tan interesante...? No lo sabía y la verdad tampoco me interesaba en esta altura. Mi vida cambio de un segundo a otro el momento que pise el club "Casa Nostra", al ver al 1.8...