Capitulo 47

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Maia Afrodita Zabat

«No.. no... no...»

Sabía que no tuve que haber hecho eso. Era obvio, pero... no. No tengo más excusas que el jodido de Leonardo y sus técnicas de seducción. Esto era un juego contra mi, y seria la última vez que le daria el gusto.

Gracias al cielo, Evan se compró que el tenía que hablar conmigo a cerca de un par de temas por la fiesta del yate, pero no dudó de mi y me sonrío para después invitarme a comer a un lugar de hamburguesas, tan cursi que ni yo me lo vi venir. Me sentí horrible por el, por lo desgraciada que yo era con el.

Parte de mi se sentía feliz por estar con Evan, saliendo y viviendo una vida de adolescente común y corriente, pero la otra no dejaba de preguntarse qué Leonardo si era el único en hacerme sentir así. El único que me encendía aquella llama de adrenalina y deseo sin cesar, esa llama que me hacía amarlo con locura.

Luego de unas horas más lidiando con el enredo de mi mente por fin volví a mi casa donde Agatha estaba con unos amigos viendo unas películas. Evan se despidió de mi con un suave beso en la comisura de mis labios y se quedó con sus mejores amigos mientras yo me iba a dormir.

Estaba agotada, y no precisamente por el juego o por haber ido a aquella cita con Evan.

***

Dos dias después...

Juro que cuando vi tu mensaje casi me caí de espaldas.—Jaden con sus rulos oscuros de siempre y su buen sentido de moda masculina me abrazaba sin soltarme cuando llegue al café donde habíamos acordado en vernos. Tenía que preguntarle a cerca de las jugadas asquerosas de sus hermanos y también verle, ya que me había salvado el pellejo en el cumpleaños de Evan, y era un buen amigo.

Respecto a Evan, salimos los siguientes días tomándolo como citas entre loa dos, como ir a la noria que se había instalado a las afueras de la ciudad, sesiones de estudio y películas de Disney. Suponía que estábamos siendo un poco más de amigos debido a las caricias y besos que compartíamos pero todo se iría a ver con el tiempo. Hoy era domingo y era mi último día para librarme de asuntos pendientes cómo conseguir trabajo en Kommá y averiguar que estaba sucediendo en mi ciudad.

—Lo se. Había estado ajetreada con todo y no me había dado el tiempo de escribirte.—respondí un poco incomoda mientras me sentaba al otro lado de la mesa pequeña de cafe, en un sofá individual acolchado al exterior.

—No eres la única.—contestó sonriendo mientras me decidía en que tomar. Se me antojaba un café con leche y caramelo pero se me revolvió el estomago al pensar cuantas calorías podía traer.—¿Vas a ordenar algo?

—Un cold brew.—respondí un poco más tranquila al imaginar que no crecería para el lado por lo menos. A veces me quedaba expectante al rostro de Jaden por el similar a Patrick aunque tenían cabellos totalmente diferentes pero enseguida recordaba mi propósito aquí.

La señorita nos tomó el pedido cuando por fin empezamos a charlar. No le iría a tirar la bomba enseguida por lo que espere a que me contara como iba su penúltimo año en la universidad, como iban las cosas en su fraternidad e incluso mencionó que se había mantenido en contacto con Agatha. Me sorprendí si era sincera pero traté de pasarlo por encima ya que mis intenciones eran otras, aunque me anote mentalmente preguntarle a mi hermana sobre esto.

En un momento ya cuando teníamos nuestros cafés en mano me preguntó sobre Leonardo. Me retorcí en mi asiento sintiendo una compresión en mi pecho por falta de aire mientras jugaba con el hielo y el pitillo del café negro tal cual el cabello de el. Levante la mirada mordiéndome la lengua y sin más le dije que ya no éramos nada, sintiendo un ardor en mi pecho aunque era soportable, y le conté que estaba saliendo con el chico de la fiesta.

Sombras que aman (borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora