Maia Afrodita Zabat
—¿Segura? Te noto algo rara.—Jaden se asegura en cuánto el circulo de gente alrededor nuestro se disuelve y empiezo a marearme el doble.
El mundo me giraba a los pies y de a poco todo se volvía más borroso.
—Yo...—Alcanzó a pronunciar antes de tropezar y caer en brazos de Jaden.
—Te llevaré a casa...
***
«Joder...»
La cabeza me quemaba de tal manera que si fuera capaz... dormiría el resto del siglo pero la luz del día me despierta.
Abro mis enrojecidos ojos y veo como estaba en una cama. Pero no MI CAMA.
«Dios. ¡No! ¿Que hice?»
Me siento rápidamente tratando de ubicar en donde jodidos estaba y veo en frente mío una chimenea prendida con unos sillones y dos figuras de hombres.
Distingo una y veo que esta Jaden. Por último era el...
Todavía en mi ropa, me tapo más y trato de aclarar mi vista y enseguida noto que era persona muerta.
—Despertaste Bella durmiente.—Leo...
—Ayer pensé que te daria algo.—Jaden se ríe parándose de aquel sillón mientras se sentaba en los pies de la cama.
—¿Leo?—trato de averiguar que mierda hacía ahí.
—Con el nena.—«¿Nena?»
—No me llames así. ¿Que haces acá? ¿Me estás siguiendo?
Mientras Jaden seguía sentado observándome Leo procede a copiarle y se agótela su camiseta Polo.
—Veras... Jaden es mi hermanastro.—«no...»—Mi madre está con su padre. Y Patrick lo es igualmente, solo que ese es un imbecil.
—De ahi em wiskhey hermosa.—Jaden interrumpe y me sonrojo pero Leonardo gruñe entre dientes.
—Calma Romeo.—le lanza más agresivamente de lo que pensé que iba a sonar.
—¿Que paso ayer?—continuó con las preguntas mientras Leo se revuelve su cabello.
—Luego de haberle roto la nariz a ese pedazo de machito, el alcohol te pego de madres y te desmayaste.
—Está chica es especialista en eso.—Romano se entromete y le lanzó una sonrisa sarcástica.
Pues tenía razón, ya dos veces me había desvanecido con el y ahora una con Jaden. Solo faltaba Evan y Patrick...
—Llegue gente hermosa y saben que...—hablando del rey de Roma.—Afrodita...
Patrick me mira con su mirada encantadora que me dejaba boquiabierta y se tira encima de Jaden.
—¿Y esta preciosa que hace aquí? Se supone que la fiesta es en un par de horas, no ahora...
—Estuvo aquí por la noche.—Jaden habla sacando los kilos de su hermano de encima.
—¡¿Que?!—los dos mafiositos braman al compás.
—¡Tranquilos! Solo estaba desmayada y se durmió. Yo dormí en otro lado...—Sonríe solo mirándome percatándome como sus ondas de su cabello sedoso jugaban entre sus dedos.
Los dos suspiran ante la declaración.
—Yo votó por matarlo por estar con ella.—Patrick bromea agarrándole la camiseta a su hermano de broma y lo suelta pegándole una palmada en la cabeza.
—No, ahora nos vamos.—Leo me ordena como siempre. Era un puto mandon.
—¿Pero porque?—Jaden se para agresivamente mientras rezaba para que esto no terminara mal.
—Porque su madre la va a matar.—y es verdad por cierto.
La pasada de copas, estar en una casa que no me corresponde, la pelea y mi hermana... MI HERMANA! ¿Donde estaba? ¿Estará viva si es que mi mamá no la mato ya?
Me paro ante la orden de Leonardo solo porque me convenía y me pongo mis zapatillas rápidamente.
—Zapatillas...—Patrick alza la voz seguramente al ver que era la primera chica que había visto sin tacones.—Me gusta.
—Ya vamos.—vuelve a mandar.
—Espera, no hay que ser descortés.—musitó en cuanto me acerco a la mejilla de Jaden y le doy un suave beso en la mejilla y a Patrick igual. Solo para molestarle...
Apenas termino Leo me toma y me saca de un brazo de aquella hermosa habitación, lujosa pero juvenil. Estaba a mil por hora y bajaba rápidamente las escaleras blancas de loza.
—¡Leo! ¡Querido!—una voz femenina hace que Leo gruña y se voltee apenas estamos en la primera planta.
—Ahora no Elena.—Leonardo calla a aquella mujer en pantalones blancos, tacones cafés y una blusa del mismo color. Las perlas rodeaban su cuello y unos aretes dorados se lucían colgados en sus orejas. Tenía el pelo café intenso e iba bien maquillada. Tendría unos ¿47 años? Y la calidez en su sonrisa definitivamente se adentraba en mi.
—¡Pero hijo mio! No te veo nunca por aquí y menos con una muchacha.—«¿Hijo?» ella debería ser la madre de los Ledger.
—Elena enserio. Déjalo.—Leo me tironea pero me safo de sus manos y me presento.
—Afrodita Zabat.—le digo estirando la mano la cual me la agarra pero me abraza con cariño.
—Elena Ledger... y tú ¿la novia no?—me pregunta e iba a señalar que no cuando nuevamente los tironeos en mi ropa vuelven.
—Si.—me interrumpe y recuerdo enseguida que el seguía salvándome el pellejo.
—¡Un gusto!—vuelve a abrir sus brazos y abraza esta vez a su hijastro. Nos ve con ternura y un poco incomoda sigo a Leo hacia la puerta.
—Corre antes que llegue mi hermana.—dice riendo por primera vez en el día recordando aquel día que su hermana se colo en su casa.
Me gustaba que sonriera.
Continuará...
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Sombras que aman (borrador)
Storie d'amoreSAGA SOMBRAS - Libro I (Completo) «Mafia, ¿que es la Mafia? ¿Y que lo hace tan interesante...? No lo sabía y la verdad tampoco me interesaba en esta altura. Mi vida cambio de un segundo a otro el momento que pise el club "Casa Nostra", al ver al 1.8...