Capitulo 63

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Nota de autora: gente estamos en las últimas partes! Muchas gracias por las 200

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Nota de autora: gente estamos en las últimas partes! Muchas gracias por las 200.000 lecturas... esto ha sido genial, pero lamentablemente el final se acerca. No quiero alarmarlos pero tengo planeado terminar este primer libro dentro de siete (creo) capítulos...

Ahora si, agarren su playlist de música de acción, sus snacks y sus pañuelos para más adelante.

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Narración en tercera persona.

Hay gente que dice que el amor es todo. Hay gente que dice que el compromiso respecto a la vocación lo supera. Y esta Leonardo Romano, con su corazón en Grecia perteneciente solamente a una terca rubia y su vocación por la que ha luchado toda su vida en Italia donde tuvo que casarse con lo que menos esperaba.

Tras la reunión, las votaciones comenzaron. Una primera dama debería ser elegida, y Maia no era opción para el. No iba a exponerla más, y con su hermano protegiéndola, no le preocupaba más que ganar el cargo de capo para matar a los Volkov y volver con su alma gemela.

Noches y noches ideando planes con sus aliados no bastaron. Cada vez se identificaban distintos puntos de movimiento y la mente estresada sin cercanía de Leo no funcionaba con sus armas divididas.

No quería responderle a Afrodita ya que sabía que si hacía eso debería contarle de su matrimonio arreglado con la turca Lourdes Milán, la turca que desde que le conocía había estado colada por el y que convenientemente pertenecía a la mafia antigua de Turquía.

Pero al mismo tiempo se enfermaba por tocar lo más exquisito que había probado en su y besarla una vez más. Besar a su luz dentro de tanta oscuridad.

—Romano.—entró Rafael corriendo interrumpiendo los pensamientos del ojiazul.—Alexei Volkov fue identificado en una Ford negra a tres kilómetros de perímetro de Casa Nostra. Es ahora o nunca.

Sin pensarlo dos veces, agarro su arma y siete autos blindados llenos de sus hombres, y salieron a la matanza de uno de los entrometidos de la vida del que parecía ser el mayor jefe italiano.

Aceleraron hasta llegar al punto identificado en el radar. Ahí estaba. Aunque un kilómetro antes empezó en su fuga al notar la persecución.

Leonardo con el temperamento dañado, sacó su arma por la ventana de copiloto mientras Rafael manejaba y lanzo disparos a las ruedas logrando pinchar una habilidosamente. Los disparos no cesaban por ningúno de los blindados que los acompañaban, y vieron como poco a poco el auto perdía estabilidad y los vidrios de este.

La máquina volteó al perder el equilibrio y rodó un par de vueltas machucando la Ford por completo.

Dio el alto cuando el auto se detuvo observando apetitosamente su trabajo mientras uno de los hermanos más buscados actualmente bajaba gateando. Un verdadero hijo de puta según Casa Nostra.

Sombras que aman (borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora