CAPÍTULO EXTRA: DAVE 11

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DAVE (PARTE 11)

El proyecto de Nicky para construir nuestras casas está prácticamente terminado.

Es el sitio perfecto para vivir. Una solución a nuestra vida familiar para poder seguir viviendo juntos, pero cada uno en su casa.

Las cinco casas principales son prácticamente idénticas salvo por las diferencias que cada uno hemos querido añadir. Por supuesto, yo tengo un sótano con un gimnasio tan grande como la planta de la casa.

La idea es construir en el jardín un espacio para nuestras reuniones familiares de los sábados. Un sitio que nos permita estar cómodos tanto en invierno como en verano y Nicky nos ha mandado los planos de una especie de casita, completamente acristalada que puede abrirse completamente en verano y cerrarse para mantener el calor en invierno.

Creo que la casa es demasiado grande para mí solo y a Liam le ocurre lo mismo, aunque todos dicen que no estaremos solo para siempre y es mejor que sobre espacio, por lo que pueda venir.

Todavía me impresiona ver a Nicky embarazada. Creo que a todos nos pasa. Ninguno nos la habríamos imaginado como madre.

Nada más llegar se ha ido a la cama agotada.

- ¿Está bien? – pregunto a Jason. Me preocupa verla así.

- Sí. El médico dice que todo va perfecto y que está llegando a la recta final. Ya no queda mucho para el gran día – explica Jason- últimamente está bastante cansada y duerme más, pero dicen que es normal.

- Nunca la había visto tan... ¿tranquila? – dice Andy. No sé si tranquila es la palabra, pero sí está diferente, es como más mayor.

A la mañana siguiente comprobamos que lo de anoche fue un espejismo y Nicky sigue siendo Nicky.

Después de vomitar al levantarse y gritarnos un poco a todos, vuelve a ser ella y casi nos lleva a rastras a todos por las obras casi finalizadas.

Vamos visitando una casa tras otra y, cuando llegamos a la suya, no se le ocurre nada mejor que romper aguas.

Todos salimos corriendo histéricos y ella parece la más tranquila de todos. Sin lugar a dudas está loca perdida.

Jason parece que está al borde de desmayarse en todo momento y la enfermera casi lo arrastra junto a Nicky hasta el paritorio.

- No puedo estar aquí esperando. ¿Alguien viene a por un café? – pregunto poniéndome en pie. No entiendo cómo pueden estar tanto tiempo sentados en esas sillas de plástico.

Todos niegan con la cabeza por no moverse del sitio, por si pasa algo emocionante aquí, de manera que bajo solo a la cafetería.

Están todas las mesas ocupadas, es la hora del almuerzo, así que me pongo en la cola para pedir mi café dispuesto a llevármelo.

La chica de delante parece que tiene problemas para pagar. Es una doctora, al menos eso pienso al ver su bata blanca.

- He olvidado la cartera en la consulta. Ahora vuelvo – dice la chica a la camarera que la mira con cara de pocos amigos.

- No te preocupes, yo te invito – me ofrezco. Cuando he escuchado su voz algo se ha removido dentro de mí. Algo que hace que no quiera que se marche todavía.

- No es necesario, solo tengo que volver a... - se me queda mirando y baja la voz.

- Sé que no es necesario, pero me gustaría invitarte, si no te parece mal – casi no me sale la voz. Nunca una chica me había intimidado tanto.

El quinto hermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora