Es raro estar sola en casa sin esperar que aparezca nadie en cualquier momento, pero hablo con mis hermanos y con Jason todos los días y es como tenerlos más cerca.
Disfruto las clases y también largos paseos por una ciudad que me maravilló ya en el taxi del aeropuerto.
Dedico tardes enteras paseando por el centro histórico, admirando los mismos edificios que vieron las personas que vivieron aquí hace quinientos años.
- Mira, estoy en una catedral que tiene casi ochocientos años - estoy hablando con Jason y le muestro lo que estoy viendo - ¿Puedes imaginar las técnicas de construcción en ese momento? ¡Consiguieron construir algo como esto!
- Sí, creo que lo más sorprendente es que siga en pie después de tanto tiempo- Jason responde sin tanta emoción como debería.
- Jason, esto es increíble, hubo personas cruzando esta misma puerta en el año 1200.
No entiendo por qué no le emociona algo así. Cada tarde hago un viaje en el tiempo imaginando la vida en la ciudad en distintas etapas históricas. Si siempre he imaginado a las personas que vivirían en las casas que construíamos, ahora también imagino a las personas que vivían aquí.
Voy al metro para volver a casa, me gusta caminar, pero se ha hecho tarde y quiero poder dedicar algo de tiempo a preparar mis clases de mañana.
En la entrada está el chico que toca casi todos los días a estas horas. Lo descubrí una tarde con Dave y nos quedamos un rato escuchando. Después volvimos a verlo varias veces, pero ahora hacía tiempo de que no lo veía.
Me quedo escuchándolo hasta que termina la canción y me acerco a dejar un par de euros en la funda de su guitarra.
- Gracias - responde con una sonrisa agachando la cabeza.
No le digo nada, a pesar de mi curso intensivo de español, aún no me atrevo a hablar casi con nadie y es por eso que no he hecho amigos todavía.
Me siento en un banco frente a él y continúo escuchándolo un poco más hasta que veo que es la hora de volver a casa. Le dejo un euro más y me marcho.
También he descubierto la playa en todas sus horas. Mi piso está cerca y puedo llegar caminando en menos de quince minutos, así que, los fines de semana, vengo por la mañana para tomar el sol y también a última hora de la tarde para ver el ocaso. Me gustan ver el cielo teñido de los colores del atardecer.
Este sábado he decidido que quiero ver el amanecer, así que me levanto a las seis de la mañana, me pongo ropa deportiva y salgo caminando hacia la playa.
Me cruzo con algún grupo que todavía está alargando su noche de fiesta y para los que soy invisible.
Llego a la playa y me siento en la arena observando el mar. Si cierro los ojos puedo escuchar las olas romper en la orilla y siento la brisa.
Estoy completamente relajada y, de repente, alguien tira de la mochila que tengo junto a mí, afortunadamente sujeta con mi brazo. La sujeto con fuerza y tiro de ella haciendo al chico que intentaba llevársela caer.
Me pongo en pie rápidamente para descubrir que son tres chicos, no solo uno, pero no me dan miedo. Los miro amenazante, me dicen algo tan rápido que no entiendo nada y dos de ellos insisten en mi mochila. La aparto de ellos y, cuando pienso que estoy perdida contra los tres. Aparece otro chico y empieza a gritarles, ellos le responden y me parece que se conocen y que se van a marchar, pero, en el último momento, le gritan algo, él se enfada y empiezan a pelearse.
Creo que esto no tiene nada que ver conmigo y que lo mejor que puedo hacer es marcharme y dejar que solucionen sus cosas ellos solos, pero no lo hago, sino que intervengo ayudando a mi salvador, que parece que tiene la batalla perdida, hasta que los tres ladrones se rinden alejándose de nosotros, uno de ellos con su entrepierna bastante dolorida.
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El quinto hermano
Teen FictionNicky no es una chica como las demás. Ha crecido con sus cuatro hermanos y ahora se enfrenta a la vida y al amor. Una historia de crecimiento y desarrollo personal Primera historia de los hermanos Parker. El orden es: 1.- El quinto hermano (disponib...