CAPÍTULO 27

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El sábado, tras las compras, regresamos a casa y ayudo a Sergio a preparar un currículum para poder enviarlo a varios negocios.

Al preguntarle los datos me sorprende al decirme que estudió hasta los dieciocho años con un expediente más que aceptable. Es una de las cosas que lleva siempre en su mochila, unos papeles casi impecables, dentro de una carpeta vieja.

No se me ocurre preguntarle por qué abandonó los estudios, me parece bastante evidente que sus circunstancias no debieron de ser muy favorables.

El domingo, cuando me despierto, ya no está y regresa por la noche, cuando ya me he acostado. Lo escucho en la cocina y se acuesta después de comer algo.

El lunes recibo un mensaje del profesor coordinador de mi beca para avisarme de una visita programada a la capital a finales del mes próximo. Iré con tres compañeros y estaré fuera una semana completa.

Me emociona hacer este viaje y poder ver algunos de los edificios que solo he conocido a través de internet.

No pierdo el tiempo en llamar a Jason para contárselo y, mientras hablamos, aparece Sergio en el piso. No es habitual en él venir a la hora de comer.

- ¡Tengo una buena noticia! - exclama al entrar. Lo miro sorprendida nunca lo he visto tan contento. Ve que estoy hablando con Jason y se queda en silencio.

- Perdona, no sabía... - se disculpa incómodo y yo sonrío.

- No pasa nada, dime esa noticia.

- ¡Tengo trabajo!

- ¡Enhorabuena!

- Sí, empiezo esta noche. Voy a fregar platos en un restaurante y me han dicho que me harán un contrato.

- ¡Eso es genial! - me gustaría abrazarlo, pero sé que a él no.

- Dale la enhorabuena de mi parte - me dice Jason cuando le explico lo que ha pasado. Hago que Sergio se ponga frente a la pantalla para que hablen directamente.

- Al final tu novia tenía razón, y necesitaba un cambio de aspecto - Jason sonríe al escucharlo.

- Ella siempre tiene razón y no se te ocurra llevarle la contraria si no quieres sufrir su ira - los dos se están burlando de mí, pero no intervengo. Sergio está riendo de verdad y eso no es nada habitual.

Sé que estos dos van a llevarse bien después de verlos hablando unos minutos.

- Estaba un poco asustado pensando que habías dejado entrar a un desconocido en casa, pero parece una buena persona, es simpático.

- Buena persona sí, pero ¿simpático? Creo que no es la palabra que mejor lo define, es la persona más cerrada que conozco.

- ¿Más que tú? - dice Jason levantando las cejas. Sonrío asintiendo.

- Yo soy la persona más extrovertida del universo a su lado.

Sergio no sale de casa, ni siquiera de su dormitorio en toda la tarde mientras yo me quedo estudiando en el salón.

Escucho música en su habitación, está cantando bajito y tocando. Puedo suponer que, en algún momento, practica para tocar en la calle.

Suena muy bien, muy triste, casi desesperado, pero lo que canta es muy bonito y no puedo evitar acercarme a su puerta a verlo.

Está sentado en el suelo con las piernas cruzadas y la espalda apoyada en la cama. Tiene los ojos cerrados y parece que siente de verdad lo que está tocando, cosa que me sorprende en una persona que parece incapaz de expresar sus sentimientos.

El quinto hermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora