CAPÍTULO EXTRA: ANDY 1

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ANDY (PARTE 1)

SEIS AÑOS

Apenas recordaba a mi madre. Ella simplemente se marchó y nos dejó en el parque.

Dave decía que es porque no nos quería y, la verdad, no me importaba demasiado. Ella no estaba con nosotros y punto.

Era mi primer día de colegio con los mayores. Habíamos dejado a los mellizos en la guardería y yo iba con Charlie y con Dave.

Las señoras del barrio decían que éramos muy pequeños para ir solos al colegio y para llevar a los pequeños a la guardería, pero Charlie ya era mayor. Ya tenía diez años y Dave era muy grande, casi tanto como Charlie a pesar de ser un año más pequeño.

- Andy, si alguien se mete contigo, tienes que ir a buscarnos. ¿Lo entiendes? – decía Charlie en la puerta del colegio – Dave, tú estarás más cerca, no le pierdas de vista.

- Vale. No te preocupes – aceptó Dave.

- Yo sé defenderme, no soy un niño pequeño – protesté un poco ofendido.

- Claro que no, pero hay niños más mayores – Charlie me dedicó una sonrisa y me dejó con mi profesora.

A la hora del patio me di cuenta de a qué se debía la preocupación de mis hermanos cuando unos niños más mayores se me acercan diciendo algo como que había otro Parker más en la escuela. Afortunadamente, Dave vino y se puso a discutir con ellos.

Esto se repetía un día tras otro. Niños que se metían conmigo y Charlie y Dave peleándose con ellos para defenderme hasta que me cansé y decidí no llamarlos.

La primera vez acabé en la enfermería con un ojo morado y tuvo que venir papá a buscarme. La segunda vez, me llevaron al despacho del director que se lamentó de tener otro Parker en el colegio.

- Por si tus hermanos no me daban bastante faena, ahora llegas tú – el director me estaba regañando mientras esperábamos a mi padre que llegó apurado de trabajar y me sacó de allí bastante molesto.

- Andy, he tenido que venir dos veces en una semana. No puedo salir de trabajar cada vez que un niño te moleste – me dijo mi padre de camino a casa.

- Vale. No te llamarán más – dije convencido.

- Andy, no es que no me llamen, es que no debes pelearte – papá me conocía y sabía que no le había dicho que no me pelearía.

- No te llamarán – repetí. Papá negó con la cabeza y creo que después tuvo una charla con Charlie y con Dave.

Y algo sucedió unos días más tarde en el colegio porque Charlie nos reunió a Dave y a mí y nos dijo que no iban a seguir metiéndose con nosotros y que tampoco íbamos a hacer venir a papá todos los días.

Básicamente el plan de Charlie era que yo provocase a los matones del colegio y saliera corriendo para llevarlos hasta ellos dos. Por lo visto no soy muy grande, pero sí que soy rápido para ser tan pequeño. Después, mientras ellos se peleaban, debía vigilar para avisar si venía algún profesor.

Charlie era bueno haciendo planes y funcionó. Nos peleábamos casi todos los días, pero ya no llamaban a papá tan a menudo. De vez en cuando solo.

Yo no era el pequeño, solo en el colegio. En casa era casi el ignorado.

Charlie era el mayor y era el que mandaba. Estaba siempre pendiente de los mellizos y no solo cuando no estaba papá. Después estaba Charlie que se suponía que debía cuidar de mí, pero que tenía bastante con cuidar de sí mismo pues nunca se estaba quieto. Así que yo tenía que apañármelas solo la mayoría de las veces.

El quinto hermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora