CAPÍTULO EXTRA: DAVE 13

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DAVE (PARTE 13)

La escasa distancia que nos separa me parece casi un abismo.

Me acerco despacio esperando que en algún momento ella cambie de idea y se aleje de mí, pero no es así.

Nuestros labios se encuentran y siento su calor antes de empezar a saborearla. No tengo ninguna duda de que ella también quiere esto. El beso empieza a ser algo más en un instante. Rodeo su cintura con mis brazos y me doy cuenta de lo pequeña que es a mi lado. La acerco a mí tanto como me es posible.

- ¿Subes? – me pregunta sin aliento.

No necesito dar una respuesta. Coge mi mano y entramos al edificio.

No sabía que un ascensor podía tardar tanto en recorrer cinco pisos, pero no me importa porque no desaprovechamos el tiempo.

No sé lo que me pasa, pero no puedo apartar mis manos de ella, no puedo dejar de besarla. Es algo más que placer. Es necesidad, es algo que no había sentido nunca.

Los dos sabemos bien lo que queremos y parece que nos entendemos solo con mirándonos.

Todavía no soy capaz de reaccionar y de adivinar qué es esto que me provoca esta mujer, pero sea lo que qué sea, lo quiero cada minuto de mi vida.

La noche no se parece en nada a ninguna otra, ella no se parece a ninguna otra mujer. Le deseo de una manera que no me parece ni siquiera algo racional. Necesito sentir su cuerpo, mis manos sobre cada centímetro de su piel. Quiero saborear cada parte de su cuerpo y no puedo soportar darme cuenta de que se estremece de placer cada vez que la toco, exactamente del mismo modo que me está sucediendo a mí.

Debería marcharme. Es lo que suelo hacer. Desaparecer antes de que pueda haber preguntas, sin embargo, no es que quiero. Los dos nos miramos sin terminar de entender lo que ha ocurrido. Abrazados e inmóviles.

- Necesito ir al baño – dice finalmente Isabella un poco incómoda. Asiento mientras se levanta de la cama y desaparece cerrando la puerta del baño.

Me debato entre mi costumbre de levantarme y vestirme para marcharme antes de que ella salga del baño o mi deseo que seguir en su cama disfrutando de su olor y esperando tener la oportunidad de tenerla de nuevo entre mis brazos.

Sale del baño unos minutos más tarde y se me queda mirando. Creo adivinar una sonrisa tímida en su cara.

- Sigues aquí – dice en voz baja. Solo lleva su ropa interior.

- ¿Quieres que me vaya? – pregunto directamente. Ella niega con la cabeza y respiro aliviado.

- ¿Quieres irte? – pregunta acercándose. Es mi turno de negar en silencio - ¿Tienes hambre? Creo que hay helado en la cocina.

- ¿Helado? – rio al escuchar su oferta. Es la primera vez que una mujer me ofrece helado después del sexo – Creo que eres mi alma gemela.

Siento sus ojos sobre mí cuando me levanto desnudo. No me importa que me mire, es más, me gusta.

Me pongo mis bóxer y voy hasta la cocina donde la veo sacando dos boles y dos cucharas. Se ha puesto una camiseta sobre la ropa interior. Nada más.

- Es de chocolate. ¿Te gusta? – me encanta su cara con la tarrina en la mano mostrándome mi helado favorito.

- Es mi favorito – reconozco acercándome a ella.

Nos sentamos en la isla de la cocina disfrutando de nuestro helado.

- ¿Sabes qué? – digo mientras saboreo el chocolate – de pequeño casi no me dejaban probar el chocolate.

El quinto hermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora