22. "Para el carro, Celestina."

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—Me quiero morir.

Tiré mi desayuno dramáticamente sobre la mesa y me senté al lado de Cedric, apoyando mi frente en mis manos.

—No hay nada mejor que un buen espíritu mañanero—dijo Gabriel frente a mi, mirándome con diversión.

—Así la próxima vez aprendes a no quedarte en vela toda la noche—dijo Mila, sentándose a mi lado.

—¿Y por qué no has dormido en toda la noche?—escuché la voz de Ced a mi lado.

Habían pasado unos días desde que hablamos en su habitación. Y, gracias a dios, los dos habíamos pasado página sobre lo que pasó aquel día en las cocinas. Bueno, al menos el si que parecía haberlo hecho, porque me había vuelto a hablar como si nada hubiese pasado. Yo, en cambio, aún pensaba en mis labios sobre los suyos antes de irme a dormir. Pero al menos fingía bien que había pasado página.

—No te lo vas a creer—dijo Natasha, que se había unido a nosotros con Annika.

—Se quedó toda la noche leyendo—dijo Penny, que estaba sentada al lado de Gabriel.

Mis mejillas se tornaron a un color rojizo por la vergüenza.

—En mi defensa tengo que decir que acabaron juntos los que yo quería que acabasen, así que ha merecido la pena—dije. Tras terminar la frase, solté un gran bostezo—. A pesar de que ahora me sienta más soltera que nunca.

Nat soltó una carcajada.

—Nada que no se pueda solucionar—dijo, guiñándome un ojo.

—Te recuerdo que tienes novia, Nat—dije en broma, haciendo que todos a mi alrededor se riesen.

—No estaba hablando de mi—dijo, poniendo los ojos en blanco—. Aunque si me dieses la oportunidad...

—¡Ey!—gritó Annika, mirando a su novia con el ceño fruncido.

—Solo bromeaba, cariño. Sabes que a ti no te cambiaria por nada del mundo—le dio un corto beso en los labios. Supuse que la conversación había acabado así que me concentré en mi desayuno, pero Natasha volvió a hablar:—. El caso, querida Lía, es que tengo noticias muy frescas e interesantes para ti.

—¿Para mi?—pregunté, arqueando una ceja y llevándome a la boca mi tostada.

—Resulta que tienes una muy buena cola de pretendientes—me dijo.

Me atraganté con mi tostada, sintiendo como de pronto mi vía respiratoria quedaba obstruida. Cedric me dio rápidamente unos golpes en la espalda para que mi garganta volviese a funcionar. Su mano se quedó en mi espalda de manera inconsciente.

—¿Qué queries decir?—dije, aún con lágrimas en los ojos.

—Pues lo que digo—dijo—¿Tan extraño te parece que haya gente a la que le intereses?

—De hecho, sí—dije, tosiendo un poco para liberar el escozor de mi garganta.

Nat se intentó acercar a mi, pero como había varias personas entre medias, lo único que pude hacer es apoyar sus brazos en la mesa y estirarse para llegar cerca de mí.

—Ayer escuché a un Ravenclaw hablando de ti—me dijo, intentando susurrarlo pero también alto para que la pudiese escuchar. Lo suficientemente alto para que las personas a mi alrededor lo escuchasen también. Fruncí el ceño—. Estaba diciendo que le parecías la chica más guapa del curso, y que pensaba pedirte salir en poco tiempo.

Se me había olvidado que la mano de Cedric estaba en mi espalda hasta que noté como su agarre se tensó. Después, el apartó la mano y se recolocó a mi lado.

Bajo las estrellas {Cedric Diggory}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora