69. El concierto.

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Dahlia.

La noche del concierto llegó en un visto y no visto.

Tenía toda mi cena en mi garganta mientras escuchaba cómo cada vez más gente se unía al murmullo general al otro lado de la cortina. Los escuchaba como si fuese un eco y observaba todo lo que ocurría a mi alrededor a cámara lenta.

Fred, que ajustaba las cuerdas de su guitarra; George, que se bebía casi la mitad de su vaso de un trago; Angelina, que se miraba en un espejo para retocarse el maquillaje; Natasha que gritaba órdenes a todos, que iban de un lado para otro... Todo a cámara lenta.

De pronto, la voz de Natasha se mezcló con el ruido general. Y cuando me giré para seguirla, me encontré con ella a unos centímetros de mi, mirándome con preocupación.

—¿Lia? Estas pálida como un fantasma tía, ¿te encuentras bien?

No era capaz de pronunciar una palabra siquiera. Todo a mi alrededor seguía llenado a una velocidad anormal.

—¡Chicos! Creo que Dahlia necesita un poco de aire y un vaso de agua.

En un abrir y cerrar de ojos, al rostro de Natasha se le habían unido el de Fred y George, los tres con la misma expresión preocupada.

—¿Lils?—Fred me posó una mano en la frente—. Dahlia, ¿qué te ocurre?

—No... No puedo hacerlo...—conseguí pronunciar.

–Eh, eh. Escúchame—Fred me cogió por los hombros—. Claro que puedes y lo harás. Sólo estas nerviosa, es normal.

Negué con la cabeza.

—Necesito... Aire...—pronuncié como pude—. Cedric...

—Vale. Chicos, yo la llevo fuera. Llamad a Cedric ahora mismo y decirle donde estamos.

Me vi arrastrada por los brazos de Natasha por sitios donde solo veía gente. Gente, gente y más gente.

Y de pronto, aire. Silencio. Natasha me había sacado a uno de los pasillos exteriores y me había sentado en un banco. No me di cuenta de que mis piernas temblaban hasta que dejaron de sostener mi cuerpo.

—¿Qué pasa?¿Va todo bien?—escuché la voz de Cedric a lo lejos. No a a cámara lenta, no como si fuera un eco.

Giré mi cabeza para ver cómo Cedric corría hacia nosotras con el ceño fruncido de la preocupación.

—Dahlia no quiere salir al escenario, está muy nerviosa—dijo Natasha, acariciándome el pelo—. Tengo que organizar los detalles finales y no me puedo quedar con ella, ¿puedo dejarla en tus manos?

—Siempre.

Natasha me susurró unas palabras tranquilizándolas antes de besarme en la frente y apartarse de mi lado. Le dio un beso a Cedric en la mejilla como agradecimiento y despedida y nos dejó solos.

—Lia, ¿qué ocurre?—Cedric se acercó y se arrodilló frente a mi, apoyando sus manos en mis piernas desnudas.

—No... No puedo hacerlo. Hay demasiada gente y no me veo capaz—murmuré.

Bajo las estrellas {Cedric Diggory}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora