Volví a ver a Ced más tarde, después de haber pasado casi dos horas entrenando con a Dumbledore. Para mi alivio, él me dedicó una amplia sonrisa en cuanto entré en la sala común.
Fruncí el ceño al ver que estaba sentado en el sofá junto con todos los chicos, incluidos los que no eran de Hufflepuff como Fred y George. Había también algunas chicas de otras casa y otras de la mía como Nat, Mila y Penny, pero los que más predominaban eran los chicos. Todos estaban sentados en sofás alrededor de una de las mesas, en la que habían colocado una pequeña radio.
Pero eso no era lo más extraño, no. La gemelos llevaban toda la cara pintada de blanco y verde, y llevaban sobre sus melenas pelirrojas un sombrero de copa tan alto como mi antebrazo también de color verde.
—¿¡Eran hoy las audiciones para el circo!?—dije, tapándome la boca y haciéndome la sorprendida—¿Cómo es que nadie me lo ha dicho? Me habría traído mi peluca de payaso.
—¿Tienes una peluca de payaso?—preguntó George frunciendo el ceño.
—Os estoy intentando quitar la dignidad ¿y eso es lo que me respondes?—dije, acercándome al grupo.
—Lo cierto es que te pegaría tener una peluca de payaso.
—¿Podéis decirme de una vez por qué vais así vestidos y porque estás en mi sala común?—dije, poniendo los ojos en blanco y apoyando mis manos en el respaldo del sofá.
—¿No te acuerdas?—dijo George, girando su cabeza para mirarme con sorpresa.
—¿Acordarme de qué?
—¡Del partido de quidditch!—dijeron los dos gemelos a la vez, mirándome con indignación.
—¿Qué partido de quidditch?
—El que mencionamos hace unos días.
—¿Estáis seguros de que me lo mencionasteis a mi?—no tenia en mi cabeza ningún recuerdo de haber hablado con los gemelos sobre algún partido de quidditch.
—Estábamos hablando de eso antes de que tú te lanzases a las francesas de Beauxbatons—dijo Fred—. Os dije que estaba demasiado ocupada atendiendo a otras conversaciones como para escuchar la nuestra.
Los gemelos pusieron un puchero a la vez, lo que hizo que un sentimiento de culpabilidad me recorriese el cuerpo.
—Lo siento mucho—admití con sinceridad.
—Bueno, al menos estás aquí ahora—dijo George—. Siéntate y disfruta.
Miré a mi alrededor. Todos los sofás a nuestro alrededor estaban ocupados,incluso los que estaban a unos metros de nosotros estaban ocupados por alumnos de cursos menores, también interesados por el partido de quidditch. Suspiré y supe que me iba a tocar sentirme en el suelo como muchas otras veces.
—Lia—escuché como la voz de Cedric me llamaba. Giré mi rostro para encontrarme con él. Ced estaba sentado en un sofá que solo tenía dimensiones para una persona, pero se las había apañado para echarse a un lado y dejarme un hueco.
Mordiéndome el labio para esconder mi sonrisa, me dirigí a él. Al menos ya no tenía el comportamiento extraño que había tenido hace unas horas.
—Gracias.
En cuanto me senté a su lado, me di cuenta de las pocas dimensiones que tenía ese sofá. Mi culo a penas cabía en aquel hueco, y tuve que cruzar las piernas para ocupar menos espacio y evitar que mi cuerpo se rozase con el de Cedric. Un intento completamente fallido, pues nos rozábamos desde nuestros hombros hasta nuestras rodillas.
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Bajo las estrellas {Cedric Diggory}
Fanfiction«El corazón me latió más deprisa cuando él se giró para que nuestros ojos se encontrasen una vez más, con aquella sonrisa dibujada en sus labios que me volvía tan loca que las piernas me empezaron a temblar. Y entonces extendió su brazo hacia mi, y...