Quedadas en la biblioteca, muchos libros, encuentros en secreto, besos robados, roces de manos y entrenamientos después, empecé a sentir como todo volvía a una nueva normalidad.
Mi relación con Ced eran tan perfecta y preciosa que aún creía que estaba soñando. Desde la noche en la que me mostró sus dibujos, sentí que nuestra relación daba un paso más de forma disimulada, pues muchas cosas aumentaron desde aquel día: nuestra intimidad, mis ganas de mandar a la mierda lo de salir en secreto y nuestra tensión sexual. Y es que cada vez que nuestras pieles o cuerpos se rozaban de alguna forma, una corriente eléctrica me recorría todo el cuerpo y éste se volvía loco. Aunque por ahora no habíamos llegado a nada más que besos un poco más subidos de tono. Por ahora.
Aquel día me desperté de muy buen humor cuando vi el cielo azul y despejado, después de tantos días nublados de otoño.
—Hoy es un día maravilloso, ¿no creéis? El sol brilla, hay cielos despejados, no hace un frío que te mueres... ¡Es increíble!—grité entusiasmada.
—¿Qué clase de droga te has tomado tú hoy para tener tanta energía a las ocho de la mañana? Porque me gustaría tomarla también—dijo Nat, levantando su antifaz para asomar uno de sus ojos marrones.
«Los labios de Cedric Diggory» pensé.
—Si te asomases por la ventana, me entenderías. Llevábamos semanas sin ver el sol por el maldito tiempo nublado de otoño casi invierno. ¡Seguro que si ves el pedazo de día que hace te entrarán energías como a mí!
Ella gruñó y se tapó con su manta hasta la frente.
Muchos minutos después bajábamos todas al Gran Comedor para desayunar, impresionantemente puntuales y con una sonrisa dibujada en nuestras caras. Lo primero que vieron mis ojos al entrar fueron los suyos, que también me esperaban. Sonreí disimuladamente a Cedric y él me guiñó un ojo.
Fui a sentarme con las chicas, como siempre al otro lado de la mesa donde estaban sentados los chicos. Solo que esta vez Penny se interpuso en nuestro camino.
—Chicas, esperad—dijo, pasando sus ojos azules por todas nosotras—. Nosotras... bueno, podemos sentarnos con los chicos si queréis.
Todas nos miramos sin poder creerlo.
—¿Estás segura, Penny? Lo último que queremos es que te sientas incómoda.
—No es justo que el grupo se disuelva por nuestra culpa—dijo ella, encogiéndose de hombros. Me miró y me sonrió.
Indecisas, nos alejamos lentamente de nuestro sitio de las últimas semanas y nos acercamos a la mesa de los chicos. Aunque intenté ocultarlo, mi corazón estaba a rebosar de alegría. Podría pasar más tiempo junto a Cedric, aunque no pudiésemos hacer nada fuera de lo normal. Pero solo con sentir su presencia cerca me servía.
—Hola—empezó Nat, acercándose a donde estaban sentados los chicos. Todos nos miraron sorprendidos excepto Gabriel, que tenía la mirada fija en su mesa—¿Podemos sentarnos?
Cedric me miró confuso durante unos segundos, y yo me encogí de hombros con disimulo. Ambos sonreímos.
—Claro—dijo Ced. Se echó a un lado para dejarnos sitio. No perdí el tiempo y me senté como si nada a su lado.
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Bajo las estrellas {Cedric Diggory}
Fanfiction«El corazón me latió más deprisa cuando él se giró para que nuestros ojos se encontrasen una vez más, con aquella sonrisa dibujada en sus labios que me volvía tan loca que las piernas me empezaron a temblar. Y entonces extendió su brazo hacia mi, y...