Besarse con George fue muy diferente a besarme con Cedric.
Los labios de George eran más finos, y se movieron sobre los míos con una mezcla de inseguridad pero a la vez con intensidad. Como cuando tienes miedo de probar algo y luego descubres que es lo que más te gusta. Tampoco sabía a una mezcla de miel y canela como Cedric. Sus labios sabían más a caramelo de menta.
George me estaba besando.
George. Mi Georgie. Me estaba besando.
Me aparté rápidamente en cuanto me di cuenta.
Dios mío. ¿Qué acababa de pasar?¿Qué narices acababa de pasar?¿Estaba soñando?¿Me lo habría imaginado? Tendría que habérmelo imaginado.
George me miró como si estuviese pensando lo mismo que yo. ¿Era posible que solo nos lo hayamos imaginado los dos a la vez? Me parecía eso más posible que lo que de verdad había ocurrido.
Que George y yo nos habíamos besado.
Oh, no. No, no, no, no. ¿Qué?¿Cómo? No. Es que es imposible. ¿George?¿Y yo? No. Él era mi Georgie. Yo era su angelito. No podía haber ocurrido.
—Mierda, lo siento muchísimo, Lia... No sé que... Yo... Lo siento...—titubeó George, levantándose rápidamente y alejándose de mí.
Eso solo confirmaba que había ocurrido y que no había sido solo parte de mi imaginación. George y yo nos habíamos besado de verdad.
—Esper...—fui a decirle, pero George salió corriendo de la sala de música sin dedicarme ni una mirada más.
Me quedé así sola en la sala de música, tan pálida como las propias teclas del piano que tenía enfrente. De verdad, ¿qué acababa de pasar? La escena se me repetía una y otra vez en la cabeza y aún así no conseguía asimilarla, como si simplemente estuviese viendo una película y no algo que me acababa de ocurrir hace unos segundos.
Necesitaba hablar con Cedric. Y con las chicas. Primer con Cedric. No, con las chicas primero. Sí. Necesito primero asimilarlo y que ellas me aconsejen, y luego ya decidiré qué decirle a Ced.
Dios mío. Había besado a otra persona mientras estaba con Cedric. No, técnicamente George me había besado a mi. Pero yo estaba tan ocupada asimilando lo que estaba ocurriendo que no me aparté al instante.
Ay. Dios. Mío.
Necesitaba hablar con las chicas.
Me levanté rápidamente de la silla y recogí mis cosas para salir corriendo hacia la sala común. Sin duda ese era un camino con el que no me encontraría con George. Solo rezaba para tampoco encontrarme a Cedric. Y también para que las chicas estuviesen en la sala común y no en otra parte.
Casi esprinté por toda la sala hasta los dormitorios, y con agitación entré en la habitación, pues tenía miedo de que Cedric apareciese en cualquier momento.
—Wow, wow, wow, ¿a dónde vas con esas prisas?—solté un suspiro aliviado al ver que las cuatro chicas estaban allí. Nat, que era la que me había hablado, estaba sentada en la cama y peinándole el pelo a Annika. Penny estaba estudiando en su cama con unos cascos de música y Mila estaba jugueteando con su gato.
—Creo... Creo que George y yo nos acabamos de besar—solté directamente, sin aire. Decirlo en voz alta me resultó todavía mas surrealista.
—¿¡QUÉ!?—soltaron las cuatro a la vez, dejando sus actividades para mirarme con los ojos abiertos como platos.
—Yo... No sé qué ha pasado... Estábamos ensayando en la sala de música y... —me senté en el suelo, completamente derrumbada. Las cuatro ya se habían levantado y se habían sentado a mi alrededor—. N-No sé cómo ocurrió...

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Bajo las estrellas {Cedric Diggory}
Fanfic«El corazón me latió más deprisa cuando él se giró para que nuestros ojos se encontrasen una vez más, con aquella sonrisa dibujada en sus labios que me volvía tan loca que las piernas me empezaron a temblar. Y entonces extendió su brazo hacia mi, y...