Quierete y quiereme... (MATSQUEARE)

capitulo 60

La sala estaba vacía, a Rodrigo no le sorprendió porque era una película infantil y los niños debían estar en la escuela en ese momento. La película estaba interesante y quizás la vería pero Matias tenia otro planes cuando lo llevo a la última fila.

-Desde aquí no voy a poder ver-Se quejó el mayor cuando ambos se sentaron, el contrario sonrió y espero a que las luces se apagaran para llevar a cabo el plan que formuló en las duchas del gimnasio.

Se inclinó para poder besarlo y Rodrigo correspondio aunque lo tomó por sorpresa. Pero hizo lo mejor posible.

-Esto no pasa solo en las películas?-murmuro cuando sintió la mano del menor deslizarse hasta su entrepierna.

-Creeme que será mejor...-murmuro mientras se incaba frente a el. Rodrigo abrió los ojos  con sorpresa.

-Q-que haces?-pregunto enredando sus dedos en el cabello negro del chico frente a el. Estaba en una excelente posición para darle una mamada, pero lo haría? En un lugar público.

-Que crees que hago? Solo disfruta.

Rodrigo sentia su erección crecer, apretandose dentro de su pantalón. Reprimió un jadeo cuando sintió la mano de Matias abrir su cremallera para liberar un poco de presión.

-Calmate... pareces asustado. No muerdo, como ya lo comprobaste-descanso su barbilla en las piernas del mayor-Soy un niño bueno.

El castaño suspiro abriendo sus piernas para poder permitirle al pelinegro posicionarse entre ellas, lo cual fue una respuesta directa. Matias sonrio y continuó con el trabajo de poder liberar a su amigo.

Rodrigo estaba duro y Matias sabia que solo se estaba conteniendo, que verdaderamente quería eso. Por fin libero lo que buscaba, relamio su labio inferior al ver la enorme erección del mayor, se acercó a ella con un brillo de deseo en sus ojos.

El mayor lo miraba en completo silencio, siempre fue más de ver que antes de perderse en la bruma del placer. Tenia su vista fija en los labios de Matias rodear la punta de su pene y al sentir las cosquillas en su vientre gimio bajo esperando más contacto. No podía ser ruidoso en las partes en que el volumen de la película era bajo, pero cuando había una escena con mucho ruido simplemente lo dejaba salir.

Matias daba lo mejor de sí en ese momento, le estaba entregando todo el placer que podía. El era muy experimentado en eso, pero no podía evitar sentir algunas arcadas y lágrimas que se acumulaban cuando la punta tocaba su garganta por el tamaño del miembro.

Rodrigo aferró una de sus manos a el asiento y con la otra guiaba de forma muy satisfactoria las subidas y bajadas de la boca Matias tirándole del cabello castaño enredado en sus dedos.

-No pares, no par-

Estaba por correrse, debía sacarlo pronto antes de terminar en su boca. Tiro de su cabello ya que nisiquiera podía hablar, pero Matias sabia que no podía hacer un desastre en el cine.

No le agradaba mucho hacer eso pero cuando debía lo hacía.

El castaño se corrió mordiendo sus labios para no gemir alto y Matias sintio el líquido caliente chocar en su paladar y garganta. Ni el gusto o consistencia era agradable, saco el pene del mayor de su boca y se forzó a tragar  todo ahogándose un poco.

Rodrigo le paso el vaso con refresco que habían comprado para pasar  el sabor tan poco agradable. Mientras volvía a acomodar su ropa.

-Vaya...-comento el menor mirando a Rodrigo cuando pudo sustituir el sabor.

- uhm, estás bien?-Rodrigo empujo a Matias al piso con su pierna cuando escucho la voz de un niño. Sus ojos lo miraron con miedo, pensó que no había nadie en la sala.

-Si, estoy bien-respondio con una sonrisa nerviosa, mientras Matias aguantaba la risa en el suelo-Cuantos llevas aquí?.

-Acabo de llegar, iba a ver esta película con mi mami pero eres muy ruidoso-se quejó el pequeño.

Rodrigo sintió sus mejillas arder y miro a la mujer que entraba en ese momento, sin saber nada.

-Yo ya me iba-aviso Rodrigo levantándose-Disfruten la película.

Salio casi corriendo de la sala y Matias salio un poco después de entre los asientos acomodando su falda. Aumentando más la confucion de la madre y el niño.

-Lo siento, se me cayó un pendiente-explico fingiendo que se ponía el expansor.-Adios.-fue lo último que dijo antes de seguir al primer chico afuera de la sala.