Quierete y quiereme... (MATSQUEARE)

capitulo 59

-Ya te sientes mejor?-le pregunto Rodrigo a Matias mientras masajeaba su cabello debajo de la ducha.

-Si...-respondio sintiendo el agua caliente que golpeaba su cuerpo.

El mayor beso su hombro y se acercó para abrazarlo por detrás, el contrario aceptó su accionar disfrutando del calor que lo empezó a envolver. El vapor, el jabón y la espuma que se deslizaba por su cuerpo los hacia sentir tan bien. Pero lo más importante era que Matias había dejado de llorar, desde la primera  vez que tuvieron relaciones ese día el ya habia parado de llorar y eso tenía a Rodrigo tranquilo. Había logrado su cometido.

-La quinta es la vencida...-susurro el menor cuando sintió besos en su cuello-Una vez más no nos hará daño...

-Me encantaría...-empezo a besar su nuca-pero debemos volver... ya faltamos a dos clases-no detuvo los besos en ningún momento.

-Escapemos...

Rodrigo dejó de besarlo, lo volteo para mirarlo de frente y no había ni una pisca de gracia, lo estaba diciendo de verdad. Matias quería escaparce con el, a donde? No importaba mientras sea con el.

-A donde quieres ir?-le pregunto cuando el pelinegro rodeo su cuello con sus brazos.

-Lejos... donde no nos molesten-susurro cuando se acerco para besarlo-donde solo seamos tu y yo...-lo beso.

El mayor pensó por un momento donde podría ser ese lugar, uno lejano y donde no los molesten. Penso que tal vez lo indicado podría ser un Motel pero no quería tener que insinuarle algo al menor que podría molestarlo. Llevarlo a un lugar público tampoco era una opción, porque conocidos podrían verlo.

-Quieres ir al cine?-se adelantó a preguntar el menor.

-Al cine?.

-Si, al cine-hablo coqueto.-Ya sabes, ver una película, comer pochoclos... una cita!

Había una doble intención en esa propuesta, pero el mayor no creía que Matias fuera a hacer algo en una sala llena de personas que deseaban ver una película. Tal vez sólo quería distraerse viendo una comedia o tal vez una película de terror.

-Una cita, acepto...-Respondio antes de besarlo.

Salieron de las duchas y fueron a vestirse, aunque mientras lo hacían no podían evitar tocarse y rozar sus cuerpos, con uno u otro beso. Esa iba a ser un día interesante para ambos, nisiquiera se preocuparon en revisar sus teléfonos que recibían mensajes tras mensajes.