capítulo 51.

653 34 0
                                    

Al llegar al gran comedor, no nos costó mucho localizar al amigo de Dema ya que había pocos comensales.

Cuando nos acercamos a la mesa, Dema apartó una silla para mi.

-¿Que dicen si luego de almorzar vamos un rato a la piscina? -propongo haciendo tiempo mientras esperamos que venga Camelia para servirnos el almuerzo.

-Yo creo que paso, debemos reunirnos con uno de los inversionistas. -Recuerda Iván removiéndose en su asiento.

-Eso me recuerda, que la reunión la he pasado para mañana. -Se adelanta Dema.

-¿Para mañana?¿Por qué has hecho algo semejante sin consultarme? ¿Eres consciente de que tu hermana va a matarme no?

-Hola Iván. -Camelia se había acercado desde atrás por lo que Iván no se había dado cuenta.

Apenas reconoció su voz y sin importarle que Dema estuviese allí,se levantó de su asiento, tomó a Camelia por la cintura y le plantó un beso.

-Ya, ya. -Intervino Dema- Suelta a mi hermana. Demasiada demostración de cariño.

-Pero... -Suelta Iván una vez que se aparta- ¿Cómo es que tú...?

-Ya te extrañaba y mi querido hermanito me comentó que estabas peor que un niño que ha perdido su juguete preferido, por lo que he decidido venir.

Tras ambos haber tomado asiento, un mozo se acercó a la mesa y tomó nuestra orden.

-¿Entonces se apuntan para ir a la piscina? -Pregunta Dema una vez más.

-Seguro, cuenten con nosotros. -Respondió Camelia.

Tras el almuerzo, en el que en varias ocasiones debí distraer a Dema, los cuatro subimos a nuestras habitaciones a cambiarnos de ropa.

Ya en las habitaciones, mientras Camelia y yo nos cambiamos en la habitación que ocupo, Dema se estaba cambiando en la habitación de Iván. Al entrar en el vestidor, tomé uno de mis trajes de baño y luego de colocarmelo, terminé de vestirme con un short de jean tiro alto y una remera de tirantes. Tras amarrar mi cabello en una coleta alta, de uno de los estantes tomé un bolso y en el guardé el protector solar, los lentes y un buzo.

Al salir a la habitación, me encontré con Camelia, quien por su parte, llevaba un vestido corto en color blanco de tirantes el cual le llegaba a la mitad de los músculos.

Estábamos ultimando detalles, cuando llamaron a la puerta.

Con pasos rápidos, bajé las escaleras, me acerqué a la puerta y luego de abrirla, la musculatura de Dema se hizo presente ante mis ojos. Al repasarlo con la vista, automáticamente siento que me quedo sin aliento. Tiene puesta una camiseta color gris que se le ajusta perfectamente a su cuerpo logrando que se le marcara cada músculo trabajado y un short de playa.

-Pasen. -Indico tratando de reponerme, haciéndome a un lado y dejándoles el paso libre al interior del cuarto.

-Ya estoy lista. -Indicó Camelia mientras se reunía con nosotros.

-Bien, vamos. -Respondió Dema entrelazando nuestras manos mientras comenzamos a caminar hacia la salida.

Tras llegar al hall del hotel, los cuatro nos encaminamos hacia la zona donde se encuentran las piscinas.

La zonas del bar, alrededor de las piscinas y dentro de estas, se encontraban bastante concurridos, a diferencia del salón casi desierto donde almorzamos momento atrás.

Tras un rato de buscar reposeras libres, nos ubicamos en uno de los laterales.

Luego de apoyar mi bolso a un costado, tomé asiento en la reposera,

-¿Podrías pasarme protector en la espala? -Le pregunto a Dema quién aún se encontraba parado y le extiendo el spray.

-Claro, acomodate.

Me quité la remera y por último el short quedando solo en bikini. Al observar a Dema por un instante, quien no se ha movido ni un ápice de su lugar, noto que sus ojos azules escalaron un tono más oscuro logrando así que recordara nuestra mañana agitada y mis mejillas se tiñeran de rojo.

Tras aquel breve cruse de miradas, me coloqué boca abajo y Dema tomó asiento a mi lado e inmediatamente comenzó a esparsir el frío líquido por mi espalda.

-Definitivamente jamás me voy a acostumbrar a que otros se queden viendo lo que es mío. -Soltó mientras me esparce una nueva capa y mi piel se extremese debido al leve toque.

-¿Lo qué es tuyo? -Pregunto apoyándome en mis codos y mirando por sobre mi hombro alzando una ceja .

-Claro mon amour. -Afirma en un perfecto francés y con la siguiente frace, la cual es pronunciada de modo que sólo yo la escuche, hace que mis pulsaciones se disparen- ¿Necesitas que te refresque la memoria?

-Disculpa a mi hermano. -Interviene Camelia recostada en otra repostera a mi lado- A veces suele comportarse como un neandertal.

-Descuida, sé cómo tratalo, mi hermano es igual. -Respondo alegre.

-¿Quieres algo de beber? -Pregunta Dema devolviéndome el tarro del protector.

-Un licuado por favor. -Pido intentando concentrarme.

Una vez que Camelia y yo quedemos solas comenzamos a conversar de como van las cosas en el burlesque.

~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~
Hola gente bella!!! Acá les dejo un nuevo capítulo.

Verdades  secretasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora