capítulo 52.

763 38 2
                                    

Capítulo 52:

-Es bueno ver que las cosas entre tu y Dema volvieron a la normalidad. -Hablo mientras me vuelvo a sentar y me coloco protector solar en el resto del cuerpo.

-Entendió que estuvo mal en como te trató.

-Igual y la culpa no fue solo de él, yo debí hablarlo con él en su bebido momento y no lo hice.

-Tenías una razón valida para hacer lo que hiciste. Pero bueno eso ya quedó atrás. Ahora, gracias a ti que mantienes a mi querido hermano ocupado, puedo disfrutar junto a la persona que amo de estas mini vacaciones.

-¿Mini? -Pregunto pensando que se quedaría más tiempo.

-Si, vine por cuatro días, ya sabes que si no estoy Bárbara se creé dueña del lugar.

El escuchar su nombre me hace recordar todo lo que sucedió aquella noche en la que Dema y yo nos distanciamos.

-¿Ella siempre fue así?

-No. Al principio, cuando llegó era una chica agradable se llevaba bien con las demás chicas, Tras un tiempo de haber comenzado a trabajar allí, uno de los clientes comenzó a frecuentarla, cada que el tipo iba al burlesque le mandaba obsequios e incluso en varias oportunidades la llevó en viajes de negocios con él. pareció que de verdad le importaba Bárbara.

Tras un año de relación, las excusas de sus repentinas desapariciones se resumían a sus negocios.

En uno de esos tantos viajes en los que se la llevaba de viaje hicieron una reservación para una despedida de solteros en el que pedía explícitamente que querían a Bárbara como bailarina.

Cuando el día llegó, le entregué la lista con el orden de las presentaciones y en ella las despedidas que habría aquella noche. Cabe aclarar que la reservación estaba a nombre de uno de sus amigos, no de él.

Al momento que debía subir Bárbara al escenario y que todo se derrumbara para ella, el presentador llamó a la persona que sería el futuro esposo. Este tomó asiento en el medio del escenario y el que hizo la reservación le vendó los ojos. Al arrancar la música, Bárbara se acercó por detrás dando comienzo al espectáculo.

Todo iba bien, hasta que llegó el momento en el que le quitó la venda. En ese preciso momento, la cara de él se desencajó, pasó de ser una sonriente a una totalmente blanca cual papel, parecía que había visto un fantasma. Bárbara por si parte siguió bailando como si de cualquier clliente se tratara, pero yo intuía que nada bueno ocurriría después de esto. Cuando el baile terminó, Bárbara salió huyendo del escenario.

Apenas la vi irse, me dirigí al camerino.

Allí la encontré, sentada frente al tocador. Por el reflejo que este daba, podía notar las lágrimas rodando por sus mejillas y el rímel corrido gracias a éstas.

Me acerqué e intenté hablar con ella, pero solo me contestó que todo iba a estar bien.

Estábamos allí cuando unas voces se escucharon desde el pasillo, al salir para ver que era lo que ocurría, me encontré con Carlos y el tipo forcejeando en un intento de hablar con ella. Tras pedirle que se retirara, Bárbara salió y pidió de hablar con él.

Cuestión que con el correr de los meses, ella cambió, cada noche podía ver una cola de tipos con dinero desfilar ante ella, que lo único que lograban obtener era un ser frío, calculador.

En cuanto a Dema, por aquel entonces no frecuentaba muy seguido el burlesque ya que entre mi padre con los asuntos de los préstamos y la cadena de hoteles lo mantenían bastante ocupado.

En una de esas noches, fue que Bárbara tuvo la mala idea de subestimar a mi hermano. Se acercó con la clara intención de utilizarlo, pero no previó que él leería sus intenciones, por lo que se topó con una enorme pared de frialdad e indiferencia, cosa que lejos de desagradable hizo que sus intentos por lograr su atención se multiplicaron hasta el día de hoy y eso la lleva a tener roces con cada chica nueva.

-La entiendo. -Hablo una vez que termina- Debe de haber sido muy duro haber pasado por semejante situación.

-Solo espero que reflexione y pueda ver que hay mejores opciones.

Mientras seguimos conversando los chicos volvieron.

-¿De que hablaban? -preguntó Dema tendiéndome mi trago.

-Cosas sobre chicas. -Respondo llevando el sorbete a mi boca para tomar de la refrescante bebida.

-Justo le preguntaba a Mari como hace para soportarte. -Suelta jugando.

-Di la verdad, así y todo me quieres. -Responde Dema con aire de suficiencia.

-Claro, claro. -Accede Camelia haciendo un ademán con la mano restándole importancia.

Tras taernos los tragos, ambas nos recostamos a tomar sol, mientras los chicos se zambulleron en la piscina.

-¿No tienes calor cariño? -La voz de Dema sonó cerca- ¿Por que no te refrescas?

Sin siquiera preverlo, Dema me tomó por la cintura cual bolsa de papas.

-Bajame en este instante Dema. -Ordeno entre risas mientras intento que me baje.

-Lo siento cariño, pero me parece haber visto que tenías mucho calor. -Responde como si realmente quisiera ayudarme.

Tras tomar un leve impulso, saltó conmigo aún al hombro y ya solo soy consciente de retener el oxígeno suficiente para poder aguartar la respiración mientas esté debajo del agua.

Tras varios segundo de inmersión, salgo a la superficie permitiendo así que el oxigeno ingresara a mis pulmones.

Verdades  secretasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora