Capítulo 8.

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-Ahora si. -Dice Sonia tomando asiento junto a Danielle- Cuéntame como es eso de que Dema te envío un regalo y lo rechazaste, ¿A caso no viste al hombre? Hasta yo babearía por él, pero no es mi tipo.

-Si, eso es lo que pasó. Luego de que terminara de bailar, me estaba desmaquillando cuando Carlos entró al camerino con una nota y una caja. La nota estaba firmada por DL. En cuanto a él como pueden ver no me interesa, lo quiero a quilometros de mí.

-¿Pero de donde conoces a Dema? -Preguntó Danielle.

-Cuando mencioné que tenía una deuda pues... -Tragué saliva intentando quitar el nudo que se había formado en mi garganta -Mi familia le debe dinero y yo trabajaba en una editorial hasta que me despidieron por reducción de personal. Entré en The Angels ya que no conseguía empleo y debía seguir pagándole a Lévedeb si no quería que mi abuela y yo junto a mis hermanos terminaramos en la calle.

-¿Estás diciendo que el hermano de Camelia es un prestamista? -Sualta una Sonia bastante sorprendida.

-Eso mismo. -Respondo haciéndome a un lado mientras la moza deja nuestro pedido en la mesa.

-Eso es raro.

-¿Qué... Quieres decir? -Preguntandome que podría estar escondiendo Dema.

-Pues que lo único por lo cual se le conoce es por ser un magnate de la industria hotelera.

No podía creer lo que me estaba contando Sonia.

-No puedo creerlo. -Digo haciéndome a un lado mientras la moza dejaba las porciones de torta y nuestros cafés en la mesa- Y menos de alguien como él.

-Chicas. -Llamó nuestra atención Danielle luego de un breve silencio- La que si va a poner el grito en el cielo es Bárbara si se llega a enterar lo del regalo y más teniendo en cuenta que le molesta tu sola presencia.

-Si, eso mismo dijimos Sonia y yo. -Resondo sería, en menudo problema me había metido, y yo que pensaba que más problemas no podía tener.

-Algo lo debió de haber impulsado a hacerte ese regalo, pues jamás nos envío nada a ninguna y menos a Bárbara y eso que hace años que ella babea por él.

Hubiese un motivo o no para que lo hiciera, yo no pensaba aceptar nada que viniera de él y menos después de la última discusión que mantuvimos, la cuál aún se reproducía en mi cabeza cual disco rayado "...ya era hora de que dejaran de aprovecharse de tu pobre abuela."

-Como sea, como dije no pienso aceptar nada que provenga de él. -Digo luego de tragar una porción del pastel de chocolate.

-Como quisiera decirte que esto va a parar, pero lamento decirte que no es así, pues no sé lo conoce por rendirse a la primera.

-Pues conmigo no va a lograr nada, y sus regalos se los puede dar a Bárbara si quiere, no me interesa.

Luego de haber terminado nuestro pedido nos levantamos y volvimos cada cual a nuestra casa, pues hoy teníamos libre y quería aprovechar a estar con mi familia.

Una vez frente a la puerta de la casa de mi abuela me encuentro con un auto estacionado en la puerta. La rabia y las palabras de hoy a la mañana puedo sentirlas cómo van calando ondo en mi sistema provocando pequeños temblores.

-Esto es increíble. -Digo soltando un bufido de frustración- ¿Ahora que quiere Lévedeb? Se supone que hasta la semana siguiente no lo tendría que ver.

-No lo sabrás a menos que bajes de este auto y entres en tu casa, así que ve y luego nos cuentas que es lo que lo trae a Dema por aqui.

Luego de despedirme de las chicas descendí del auto y caminé con bastante rapidez hacía la puerta. Lo mejor era terminar con todo esto y que Lévedeb se marchara cuanto antes de la casa, no lo quiero cerca de mi familia y mucho menos de mi abuela.

Giro el picaporte y una vez que la cerradura cede quito las llaves y empujo la puerta ganándome la vista de Lévedeb sentado en el sillón de la sala comedor con una taza de lo que parece ser chocolate entre sus manos.

-Nona. -Digo con tono molesto, cerrando la puerta detrás de mí y comenzando a sacarme el abrigo, todo sin quitarle la vista de encima al responsable de mi mal humor- ¿Qué hace este señor aquí? ¿A caso no le bastó con la cantidad de dinero que le entregué hoy en la mañana?

-Hija, el señor Lébedev se encuentra aquí para hablar contigo.

-Pues fíjate abuela que yo no tengo nada que hablar con este señor. Ya bastante nos jode la vida para tener que verlo dos veces en un mismo día.

-¡Mariela! -Me reprende mi abuela.

-Está bien Señora Foster. -Dice Dema poniéndose de pie y colocando la tasa sobre la pequeña mesa del centro para luego clavar su mirada la cual no supe descifrar en mi- Mariela, te guste o no tú y yo vamos a hablar.

-Abuela dejanos solos por favor. -Digo con toda la rabia acumulada a punto de estallar.

Luego de que ella saliera por la puerta hacia la cocina, Dema volvió a tomar asiento en el mismo lugar que cuando llegué.

-Mariela, por favor. -Dice señalando el sillón frente a él.

-Así estoy bien. -Respondo lo más cortante que puedo.

-Como quieras. Lo que vine a hablar contigo es sobre lo que sucedió hoy en la mañana.

No pronuncio palabra, solo me quedo allí parada con mis brazos cruzados en el pecho.

-Lo que sucedió... -Antes de poder agregar algo más él prosiguió como si no hubiese pronunciado una sola palabra.

-Perdón por como te traté hoy en la mañana. Sobrepasé mi límite, yo no soy así y entiendo te falté el respeto. -Mientas decía esto no despegaba su vista de mi provocando que una electricidad recorriera mi espalda provocando que debiera desconectar mi vista de la de él.

-La verdad que tus disculpas me importan un pepino. -Suelto volviendo a posar mis ojos en los suyos desatendiendo la misma sensación anterior y concentrándome en la rabia que no había disminuido ni un poquito- Tu no eres quien para venir a juzgarme ni mucho menos decirme lo que me dijiste hoy en la mañana. Si yo vivo aquí con mi abuela es para que no tenga que lidiar sola con tipos como tú que lo unico que les importa en la vida es la plata y joderle la vida a la gente.

-¿Eso crees que soy? ¿Un tipo que le encanta la plata y joderle la vida a los demás? ¿Y después soy yo el que juzga?

Mientras yo me encontraba alterada por su presencia él parecía no inmutarse.

-Como sea, solo vine a disculparme contigo, me sentía frustrado y tú pagaste los platos rotos. Ahora si no las aceptas ya ese no es mi problema. -Finalizó para luego ponerse de pie y encaminarse hacia la salida pasando a mi lado.

Soltando un suspiro cansado subí las escaleras y me encaminé hacia mi cuarto.
Al ver mi cama me lanzo como si esta me llamara recostandome boca arriba con la vista clavada en el techo repasando lo que sucedió minutos atrás.
《Cuando dijo que se encontraba frustrado, ¿sería por lo que le devolví el regalo u otra cosa? ¿por que sentí esa electricidad recorrerme la espalda cuando nuestras miradas se encontraban conectadas?
¿Tendría que haberme disculpado por el golpe? Mmmm... no, definitivamente se lo merecía por decir semejante cosa》esas y otras preguntas más comenzaron a circular por mi cabeza provocándome un principio de dolor de cabeza.
Con muchas preguntas y ninguna respuesta Morfeo me vino a buscar.

-.-.-.-.-.-.-.-.-❤.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
Hola gente bella, antes que nada quiero pedir perdón por la espera. Entre la maternidad y la inspiración que no llegaba se hacía difícil.
Espero que disfruten el capítulo de hoy.
Los leo en los comentarios, no se olviden de dejarme su 🌟la cual es de gran ayuda.
With love Eli❤

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