capítulo 11.

2.3K 104 2
                                    

Al llegar a la discoteca, Marisa y mi hermano saludaron a la recepcionista y ella nos acompañó hasta un sector reservado. Mientras abanzabamos por el local, podía observar que el lugar estaba algo lleno aunque no demasiado.
En el área reservada, había pequeños vips ya que cada uno estaba separado y en su acceso tenía una cadena para dar más privacidad.

Luego de que nos indicara el nuestro, nos acomodamos y comencé a observar el lugar mientras esperábamos que mi hermano volviera con nuestras bebidas.

-Es la primera vez que vengo aquí. -Suelta Danielle haciéndose oír por sobre la música- Por lo que tengo entendido es un lugar exclusivo.

-Si. -Respondio Marisa imitandola- Está disco es de mi hermano.

-¿Claudio puso una discoteca? -Pregunto.

-Lo sabrías si salieras más con nosotros. -Responde con una sonrisa pícara.

-¿Y ser la metida? No gracias, además sabes que él y yo no nos llevamos lo que se dice exactamente bien.

-¿Aún sigues con eso? -Pregunta apareciendo en mi campo de visión junto a mi hermano, el rey de Roma conteniendo una carcajada. - Vamos eso fue en el jardín de niños.

-Como sea. -Continua mi cuñada- Danielle te presento a mi hermano Claudio, Claudio, ella es Danielle, es amiga de Mariela. -Suelta finalizando con las presentaciones.

-Encantado bonita. -Saluda todo galante a propósito provocando que yo rodara los ojos. Claramente nunca iba a madura.

La noche comenzó y.el alcohol comenzó a desfilar.

-Bien. - comenzó mi cuñada- Con Fer decidimos hacer esto ya que queremos darles una noticia.

Los que nos encontrábamos allí presentes no emitimos ningún sonido y esperamos a continuara.

-Y es que nos vamos a casar. -Termina colocando la manoa un costado de su rostro mostrando un hermoso anillo con pequeños diamantes y una sonrisa enorme de dientes blancos.

-Si, felicitaciones. -Digo cuando salgo de mi asombro - ¿Ya saben que fecha va a ser?

-Dentro de dos meses y es por eso que quiero pedirte que seas mi dama de honor. -Suelta con brillos en sus ojos.

-Con gusto lo haré. - Digo levantándome de mi asiento para abrazar a mi hermano y mi cuñada.

-Felicitaciones hermanita. -Suelta Claudio.

Desde que me tiró aquel tarro de tempera encima en jardín de niños, la relación nuestra era más de odio que de otra cosa.

-Espero sean muy felices. -Finaliza Danielle amablemente con una sonrisa.

Luego del pequeño brindis, los cuatro nos dirigimos a la pista a bailar, y digo los cuatro, ya que Claudio debió seguir haciendo su trabajo. Mientras mi hermano y su ahora prometida bailaban a un lado, Danielle y yo bailamos juntas.

La noche transcurría movida y el alcohol hacía rato había comenzado a rodar.
Deben saber que si bien no salgo seguido ya que mucho no me agrada, tampoco soy una monja. Cada sorbo que le deba a mi vaso podía sentir como el calor que provocaba el licor trepaba por mi garganta.

Mientras bailaba con mi reciente nueva amiga en el medio de la pista, puedo sentir como un par manos me toman por mi cintura alejándome de Danielle.
Cuando intento deshacerme del agarre, las mismas manos me giran haciendo que quedara frente a un tipo cuyo semblante demostraba lo tomado que estaba.

-Baila conmigo hermosa. -Suelta gritando con voz pastosa debido a lo ebrio que se encuentra.

-Sueltame. -Digo sería a pesar del mareo provocado por el giro brusco y el alcohol en mi sistema, intententando safarme del fuerte agarre.

-¡Oh vamos! No seas amargada, solo baila un ratito conmigo. -Insiste acercándome más a él y provocando que su aliento puramente etílico me diera de lleno.

-He dicho que no. -Respondo retorsiendome para poder safarme de su agarre.

-Vamos solo está canción. -Vuelve a insistir.

-Te ha dicho que no. Suelta la imbécil. -Se escucha la voz de mi amiga mientas yo sigo empujandolo con todas mis fuerzas logrando soltarme y alejarme a pesar del mareo.

-¿Estás bien? -Preguntó preocupada Danielle.

-Si, iré al baño. -Digo girandome para ir al baño de damas- No te muevas de aquí, hay mucha gente.

Dicho esto comienzo a avanzar abriéndome paso por a través de las personas hasta llegar al baño.
Al entrar me encuentro con dos mujeres más las cuales salen luego de que entro yo.
Me paro frente al lavamanos mirándome en el espejo y comienzo a lavarme las manos y luego paso una por mi frente y luego por mi nuca, si bien estamos en invierno, al haber tanta gente encerrada en un mismo lugar hace bastante calor. Al final termino secando mis manos, arreglo un poco mi cabello y vuelvo a salir al tumulto.

Al volver a donde estábamos los cuatro bailando, me encuentro con que ya no están, al ver hacia el vip en el que estábamos este estaba desocupado, por lo que solo me resta buscarlos entre el mar de gente.
A media que voy recorriendo el local, tomó mi teléfono y comienzo a llamar a mi hermano, pero debido al ruido es inútil Así que desisto de volver a intentarlo.
Vuelvo al sector de los baños, el de damas se encuentra vacío y en el de hombres, sin entrar claro está, digo con voz bastante alto el nombre de mi hermano, pero obtengo el mismo resultado.

Ya llevo rato buscandolos y no hay caso, para colmo ya me siento cansada y los pies me están matando con estos tacos; por lo que decido irme.

Verdades  secretasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora