Capítulo30.

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Pov Mariela.

-Tranquila. -Dice Dema mientras me aferro a su camisa- Todo eso quedó atrás.

-Hay días en que me hace falta. -Digo sin despegar mi cabeza de su pecho, por lo que su aroma a colonia trepó por mis fosas nasales haciendo que mis sentidos despertaran- Hay veces que no se si estoy haciendo las cosas bien o en que estoy fallando.

-Hey, tranquila. -Dice tomando mi rostro con una de sus manos para que lo mire sin soltarme del todo- En lo que llevo de conocerte y no lo digo desde que iniciamos la tregua, siempre velaste por tu familia y eso habla mucho de ti.

Permanecimos durante un tiempo así, abrazados, sosteniendo nuestas miradas aún con lagrimas rodando por mis mejillas, sin siquiera importarnos el frío que hacía. Estaba disfritando del momento, de la cercanía, cuando en un momento sin que los dos dijera nada, sentí mis labios siendo presionados por los suyos haciendo que la piel se me estremesiera. Este sin duda era distinto al beso que son habíamos dado en el burlesque, en este caso no intentaba probar nada, en cierto sentido era con ternura. Por inercia, mis brazos abandonaron su agarre, para rodearle el cuello. Con su mano aún en mi rostro, hizo una leve presión pidiendo permiso, a lo que gustosa lo recibí, logrando que nuestras lenguas se entrelazaran, por lo que miles de sensaciones me recorrieron de pies a cabeza. Su otra mano, comenzó a pasearse por mi espalda, dándole un leve escalofrío a mi piel. Nos separamos por un breve instante, sólo para tomar algo de oxigeno. Dema no tardó en volver a unir nuestros labios, ahora con sus dos manos en mis mejillas por lo que el beso se profundizó. Estaba tan concentrada en lo que estaba sucediendo, que me sorprendió darme cuenta que esto era lo que anciaba hacer desde la primera vez que nos besamos y por primera vez no sentí envidia de Julieta. Quizas esto no se volvería a repetir, pues esto solo paso en un momento de vulnerabilidad por lo que volví a poner mi atención en el beso.

Luego de un rato, pusimos fin al beso ya que la nieve había comenzado a caer. Aún abrazados ambos miramos al cielo y cuando nuesas miradas conectaron soltamos una leve risa

-¿Y eso por qué fue? -Pregunto intentando aclarar mi cabeza.

-Para que sepas que no estas sola. -Dice acercándose una vez más y plantando un beso en mi frente- Y tranquila, que entiendo por que tu hermano se comporta de ese modo.

-Ya no soy una niña. -Suelto frustrada- Tengo derecho a cometer mis errores.

-Él solo busca protegerte. -Intenta justificarlo- Y con esto que acaba de ocurrir, puedo catalogarme como hombre muerto.

Ambos reímos una vez más ante sus palabras.

-Volvamos adentro, antes de que pesquemos un resfriado. -Suelto al darme cuenta de que ninguno de los dos lleva abrigo.

-Vamos. -Responde Dema soltando su abrazo, pero sorprendiendome al tomar mi mano y entrelazando nuestras manos.

Ambos caminamos hacia el interior, sin decir nada más, pero en mi cabeza comenzaron a formularse miles de preguntas, entre ellas si esto que pasó se repetiría y en que posición nos dejaba.
Antes de entrar en la cocina, Dema nos frenó y luego de girarse quedando frente a mí una vez más, tomó mi rostro y planto un beso casto en mis labios provocando sonríeramos.

Ya me encuentro acostada, hace una hora que Dema se fue y me encuentro recordando lo que sucedió afuera hace unas horas atrás. Las imagenes se repiten una y otra vez cual pelicula, por lo que a penas soy consciente de la sonrisa que aflora a mis labios. Mientras las preguntas sin respuestas aún se siguen repitiendo como disco rallado, mi teléfono vibra sobre mi mesa de noche. Al mirar la pantalla veo que es un mensaje de las chicas.

SONIA:
"Dema vino al burlesque preguntando el paradero de Julieta."

DANIELLE:
"Por lo que nos enteramos ,también intentó averiguarlo por su hermana, pero Camelia tiene la regla de no difundir información de ninguna de nosotras. "

Al leer aquellos mensajes, un nudo se formó en mi estómago. Esperaba que se enterara y lo aceptara, pero que se enterara y empezara a preguntar por Julieta, intentando saber a donde estaba, eso no estaba en mis planes.

YO:
"Por nada del mundo le digan que soy yo y mucho menos donde vivo."

SONIA:
Tranquila que no diremos nada.

YO:
"¿Mañana almorzamos las tres? Tengo algo que contarles.

SONIA:
"Si"

DANIELLE:
"Si"

YO:
"De acuerdo, mañana les paso la dirección de la editorial."

Cuando terminé de escribir, a los pocos segundos mi teléfono volvió a vibrar en mi mano mostrando el nombre de Dema en la pantalla.

DEMA:
"Que descances bien, lo pasé bien hoy."

YO:
"Gracias, espero que tu también. Yo también lo pase bien hoy."

Luego de mandarselo, no sabía como sentirme, quizas debía dejarlo pasar y listo. Quizas no significó nada y yo le estoy dando más importancia de la que debería. Luego de dejar el teléfono de nuevo sobre la mesa de noche, intenté dormirme.

La alarma sonó como tantas otras veces, me levanté y luego de despojarme de la ropa entré a ducharme.

Ya en la ducha, dejé que el agua me ayudara a despejar la mente, casi no había dormido gracias a los mensajes de las chicas. Bajo ningún punto mi abuela o mis hermanos se podían enterar donde estuve trabajando los últimos meses y mucho menos que trabajé para la hermana del hombre que nos cobraba, interpretarían que Dema me utilizó.
Con esto en mente, terminé de bañarme.

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