Capítulo 59.

477 27 3
                                    


La alarma sonó demasiado pronto o eso me pareció a mi, ya que con Dema nos

habíamos quedado hasta tarde viendo una película la cual no recuerdo el final por haberme quedado dormida.

-Buen día preciosa. -Saludó Dema pasando una de sus manos por mi cintura acercándome más a él a la vez que yo me giré para verlo de frente.

-Buen día cariño. -Respondo sonriendo por el beso que me acaba de plantar - Si cada día me despiertas de esta forma me dará gusto mudarme contigo.

-Cada día. -Aseguró Volviéndome a besar mientras rueda y yo quedo encima de él.

-Me encantaría seguir en este plan, pero si no me apuro llegaré tarde a dejar a mi hermano a la escuela y al trabajo. -Digo plantando un último beso e incorporándome.

-¿Y si te reportas enferma? -pregunta con cara pícara.

-Eres muy mala influencia. -Aseguro levantándome de la cama- ¿Lo sabes no?

-Ya me lo han dicho. - Responde haciéndose el galante y yo reacciono girándole con una de las almohadas caídas durante la noche.

-Muy gracioso. -Hablo y me interno cerrando la puerta con pasador.

-¡Oh vamos cariño! Solo estaba jugando. - Habla Dema por a través de la puerta- No hablaba en serio.

-Pues ahora te aguantas. - Respondo sentada en el inodoro descargando la vejiga que estaba a punto de estallar.

Una vez termino, me higienizo y tras quitarme la ropa me meto a la ducha disfrutando del agua que recorre la piel sacando los restos de cansancio.

Al terminar, me vestí con la misma ropa que había usado la noche anterior y salí del baño.

Dema ya no se encontraba en el cuatro, al buscarlo en el vestidor, este también se hallaba vacío. Salí de vuelta al cuarto y de ahí con rumbo a la cocina.

Al entrar, allí lo encontré, sentado tomando un abundante desayuno.

-Buenos días señorita Mariela. - Saludó Blanca- Que bueno tenerla una vez más aquí.

-Gracias Blanca, es un gusto volver a verte. -Respondo mientras me sirvo un poco de café junto a una tostada con manteca y mermelada.

Estábamos a mitad del desayuno, cuando el móvil de Dema comenzó a sonar, pero cortó la llamada.  A los pocos segundos volvió a sonar.

-Deberías atender. -Sugiero al ver que suena una tercera vez- Puede ser importante.

-Es Iván. Puede esperar a que llegue a la oficina.

-Si llama a esta hora y con tanta insistencia debe de ser algo urgente. -Insisto al ver que una vez más el teléfono suena.

-¿Qué quieres Petrov?

-...

-Desayunando.

-...

-¿Qué? Mariela, pon las noticias en el canal diecinueve.

Intrigada ante su petición, me levanté y caminé hasta la sala. Tomé el control remoto de la mesa ratona y luego de prenderla busqué el canal que me dijo Dema.
Apenas cambió de canal, la imagen de un auto totalmente quemado en lo que parece ser una fabrica abandonada invadió la pantalla. Debajo había un cartel en color rojo con letras blancas que rezaba:

"Importante empresario muere calcinado."

"El mundo empresarial está de luto.  -Comenzó la periodista- En horas de la madrugada recibimos la noticia de que Gustav Levinsky sufrió un atentado. Su coche fue encontrado en el interior de una fabrica abandonada totalmente incendiado, luego de que la policía recibiera un llamado anónimo indicando su ubicación y confirmaron que se trataba del empresario gracias a que una de las patentes se quemó parcialmente. En el coche se encontraron los restos calcinados del magnate. La policía científica se encuentra trabajando en la escena. Una de las hipótesis que manejan los investigadores, es que el atentado se produjo por un ajuste de cuentas. Ahora habrá que determinar si realmente fue así y quien lo provocó. Vamos con la corresponsal que ya se encuentra en la escena del crimen..."

Esto solamente significa una cosa y es que Dema se encuentra en peligro.

-Acabo de ver las noticias. -Habla Dema una vez que la periodista deja de hablar- Era sabido que algo así iba a suceder.

-...

- Convoca a una reunión urgente.

Tras decir aquello cortó y se giró hacia mí.

-Avisa a la editorial que hoy no irás a trabajar.

-¿Qué? No, no haré eso, no puedo faltar y mi hermano tiene que ir a la escuela, no puedo parar el mundo, además tengo el grupo de guardaespaldas que me protege, no me les despegare. - Intento mediar- Por favor, solo confía en mi.

-De acuerdo. -Respondió sabiendo que no tenía otra alternativa.

Verdades  secretasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora