Capitulo20.

1.8K 101 4
                                    

La semana pasó del burlesque a casa y de casa al burlesque. Los regalos de Dema llegaban cada noche sin falta y era algo que ya me estaba sacando de quicio, por suerte no se había vuelto a aparecer por el pasillo y eso se debía a que, para poder evitar que lo hiciera, cuando salía a escena bailaba en todas las mesas arrancando por la de él, a Bárbara eso no le agradaba en lo más mínimo y se aseguraba que lo supiera cada noche. Las chicas no hacía falta que les dijera de quien eran los regalos ya que sabían a la perfección quien los mandaba y en más de una ocasión me habían dejado en claro que él no era de mandar detalles a ninguna de ellas, que era la primera a que le enviaba detalles.

El sábado llegó y con el la cena a beneficio en que debía acompañar a Dema. Eso era algo que me tenía nerviosa, pues desde que me había dado aquél beso, cada vez que lo recordaba miles de mariposas revoloteaban en mi estómago.
Entré al centro comercial y fui derecho a la tienda donde se qué encontraría lo que estaba buscando.

Mientras buscaba algo que ponerme, Danielle apareció con un vestido largo de mangas tres cuartos.

-Quiero que te lo pruebes

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-Quiero que te lo pruebes.

Me metí en el probador y comencé a quitarme la ropa.

Una vez vestida, salí del probador y se lo mostré a las chicas.

-¿Y? ¿Cómo me queda?

-Estás preciosa Mari. -Soltó Danielle sin dejar de observarme.

-Dema no se va a querer despegar de ti. Es más no va a dejar que nadie se te acerque.

-Ay Sonia que tonterías dices. -Suelto con una risita- Si voy es por que me prometió que me presentaría a gente que tiene editoriales.

-¿Y tú le crees? -Soltó divertida- Aunque Dema no sepa que Julieta y tú son en realidad la misma persona, es evidente que se siente atraído hacia a ti.

-Yo no lo creo.

-Es que sólo tienes que analizarlo. -Dice acercándose y poniéndose detrás me mi observándome por a través del espejo- Dema jamás llevó presentes a ninguna de nosotras, aunque se lo conoce por ser frío. Jamás nos vió como te ve a ti cada noche desde que saliste por primera vez al escenario y por lo que nos contaste, ustedes se llevaban mal desde siempre, pero que eso cambió cuando tuviste aquel incidente con aquel tipo en donde terminaste durmiendo en su casa. Que me quede calva si él no siente algo por ti.

-Estas loca ¿Lo sabes? -Digo riendo por lo último- quizás tengas razón, pero él a mi no me interesa.

-Si, claro y yo soy muda. -Suelta Danielle con un atisbo de sonrisa- Eso dejáselo a Bárbara que se lo cree.

-¿Qué? ¿De qué hablas?

-De que desde que tuviste aquel problema, cada vez que lo ves antes de salir a bailar se te forma una sonrisa.

-¿Qué? Eso no es verdad.

-Te dije que no se daba cuenta. - Suelta Sonia.

-¿Ustedes hablan de mi?

-Tranquila, que jamás te sacamos el cuero.

-¿Con eso se supone que me tengo que quedar tranquila? -Río sin poder creerlo.

-Obvio, y vamos yendo que se hace tarde. - Suelta Sonia empujandome de nuevo dentro del vestidor para volver a ponerme mi ropa.

Ya en casa, con todas las compras hechas, las tres subimos a mi cuarto para ayudarme a peinarme y maquillarme.

-Listo. -Suelta Danielle terminando de aplicarme rimel- Ya estás lista. Ahora nos vamos yendo que Dema está por venir y sería un desastre que nos viera aquí.

-Disfruta la noche y cuídate, no quiero sobrinos aún. -Suelta Sonia arreglando uno de mis bucles que se había desacomodado.

-Estás loca, pero claro que lo haré. - Respondo claramente a lo de disfrutar la noche.

Luego de despedirme de las chicas, terminé de arreglarme.

Estaba terminando de ponerme perfume, cuando el timbre sonó.

Desde la entrada se escuchaba la voz de mi hermano y la de Dema, por lo que tomé mi pequeño bolso, teléfono, documentos y salí a su encuentro.

Al llegar al final de las escaleras, me los encontré en medio de la sala.

-Más te vale que la cuides Lévedeb, un rasguño y eres hombre muerto.

-Tranquilo, la devolveré sana y salva.

-Estoy lista. -Digo acercándome con la vista de ambos puestos en mí- ¿Vamos?

Antes de poder dar un paso, entró mi abuela desde el garage.

-Oh, pero que preciosa estás hija.

-Gracias abuela. - Digo mientras dejó que me de un beso en la frente.

-Cuidate hija.

- Lo haré, no volveré tarde.

-Tú tranquila y disfruta la noche. -Dice
Con una sonrisa y guiñandome un ojo.

-Eres terrible abuela. -Suelto mientras intentento arrastrar a Dema hacia afuera. El cual contempla la escena con algo de diversión.

Ya abrigada y con las debidas advertencias de mi hermano hacia Dema, nos pusimos en marcha.

-Disculpa por lo de hace unos momentos. - Digo algo nerviosa.

-Tienes un hermano muy sobreprotector.

-Se comporta como simio. -Digo soltando un bufido. Siempre se comportaba de la misma forma cada vez que salía con algún chico de la facultad.

-Entiendo que se comporte así, con mi hermana soy igual.

-¿Hermana? -Pregunto cómo su no supiera de Camelia- ¿Tienes una hermana?

-Si, es más chica que yo por dos años.

-¿Tienes más hermanos?

- No, sólo somos Camelia y yo.

-La admiro, tiene una paciencia de oro si todavía estás vivo.

-Ja, muy graciosa.

Mientras recorríamos las calles de la ciudad, lo único que interrumpía el silencio era el sonido de la radio que había puesto unos minutos atrás.

Verdades  secretasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora