Capítulo14.

1.7K 113 6
                                    

Luego de cruzar la ciudad, Dema estacionó el auto en la puerta de la casa de mi abuela sin apagar el motor.

-Por acá está bien. -Digo desabrochando el cinturón de seguridad y abriendo la puerta del auto.

-La semana entrante vengo por lo mío. -Dice sin rastro ya del hombre de hace un rato atrás y volviendo a ser el tipo frío que tanto odio.

-De acuerdo. -Respondo y bajó cerrando la puerta detrás de mí.

Ya dentro de la sala, mientras me quito el abrigo, mi hermano aparece por el pasillo que lleva al garage.

-¿Mari estás bien? -Pregunta mi hermano mientras me rodea el cuerpo con sus brazos- Perdona fue mi culpa, no debimos movernos de donde estábamos.

-Estoy bien, sólo fue un susto. ¿Nona?

-Fue a jugar al bingo con sus amigas al club de jubilados.

-Cierto, cualquier cosa estoy en mi cuarto.

La tarde se me pasó en revisar mi correo y seguir mandando mails con la esperanza de que alguna editorial me respondiera.

Cuando se hizo la hora, comencé a prepararme para la noche. Hoy sería la última que me subiría al escenario ya que mañana se reincorpora Bárbara. Si tengo que ser honesta es algo que me aterra, ya que no tengo muchas pociones, o vuelvo a la barra con Paul y Dema me termina reconociendo y todo mi esfuerzo por pagar la deuda cuanto antes se van al tacho o hablo con Camelia y sigo bailando teniendo que aguantar los ataques de niña mimada de Bárbara, aunque no es algo que me agrade. Sin mucho preámbulo elijo mi segunda opción.

Al entrar al bar, sólo se encuentran Paul y Camelia. Por lo que se ve, ambos estan revisando algo.

-Buenas. - Digo acercándome.

-Hey bella Mariela. -Saluda Paul con un beso en la mejilla y un abrazo, en este corto tiempo nos hemos vuelto buenos amigos.

-Camelia, necesito hablar contigo. -Suelto luego de separarme de Paul.

-Ven, vamos a mi oficina. -Dice y antes de caminar le da las últimas indicaciones a mi compañero de trabajo.

Ya en la oficina luego de ingresar, Camelia cerró la puerta y se sentó en su escritorio.

-Bien, tú dirás.

-Lo que necesito decirte es que si estás de acuerdo, me gustaría seguir bailando en el escenario.

-Como te dije la primera vez que llegaste aquí. Es para otro...

-Si ya lo sé,  otro estilo de persona, pero es que realmente necesito la plata.

-Bueno ¿Algo más? -Preguntó atenta.

- No, eso es todo. -Respondí levantándome de la silla frente al escritorio.

-En ese caso no veo el problema, puedes continuar bailando. -Dijo la mujer levantándose de su asiento- Lo único que tendrás que solucionar es tu diferencia con Bárbara, no quiero malos entendidos en el grupo.

-De acuerdo. - Respondo pensando como me las voy a intentar para llevarme bien con esa mujer.

Luego de salir de la oficina, dejé mis cosas en el camerino y fui hasta la barra a esperar a que llegaran el resto de las chicas para ensayar. 

-¿Asique me abandonas? -Pregunta Paul haciendo un puchero que me hijo reír.

-Tranquilo, nos veremos cada noche. -Le respondo subiendo a una de las banquetas.

Mientras conversamos, las chicas comenzaron a llegar, ya estando todas subimos una a una al escenario a ensayar nuestras rutinas.

A medida que se acercaba la hora de salir al escenario,  como cada noche sentía los nervios recorrerme el cuerpo, pues sabía que estaba la posibilidad de que Dema viniera como lo hacía casi cada noche.

-Mariela. -La voz de Carlos sonó en el lugar llamando mi atención.

-¿Carlos  qué sucede?- Digo acercándose hasta él. 

-Esto te lo envía el señor Lévedeb. -Respondió tendiendome una vez más la pequeña caja con el dije.

- Ya te dije la vez anterior que se la devuelvas. - Digo aún sin agarrarla.

- Dijo que te la entregara y que no aceptaría un no como respuesta.

-¿Eso dijo? -Pregunto de pronto teniendo una idea -De acuerdo damela.

Luego de tomarla entre mis manos volví a terminar de arreglarme, hoy Dema Lévedeb iba a conocer quién realmente  era Julieta, o mejor dicho Mariela.

Verdades  secretasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora