Capítulo24.

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-¿Está lejos el gimnasio de aquí?

Pregunto una vez que hemos terminado de almorzar y de que Blanca, a duras penas, me dejara ayudarla con lavar los platos que ensuciamos.

-No, está en la planta superior en el último cuarto.

-¿Qué? Yo supuse que irías al gimnasio como todas las personas normales.

-¿Y tener que esperar una hora por una máquina? No gracias. -Dice burlón.

-Tienes razón. -Respondo.

Cuando trabajaba, podía darme el lujo de pagar un gimnasio, pero cuando me despidieron, me debí conformar con hacer ejercicio en casa y salir a correr.

Luego de tomar mi mochila, subimos a la planta alta y guiada por Dema, fuimos hasta una de las primeras puertas, que si mal no recuerdo, fue la habitación en donde estuve.

-Puedes cambiarte en mi habitación, aquella puerta. -Señala la última puerta de la izquierda- Es el gimnasio, te espero allí.

-De acuerdo, lo que si no empieces sin mi, sino tendrás que hacer abdominales extras.

-Jaja muy graciosa.

Ya dentro de la habitación, que efectivamente, era lo que había usado anteriormente, me quité los tacos y me desvestí. De la mochila saqué la ropa y las zapatillas y me cambié.

Salí de la habitación y caminé por el pasillo hasta la puerta que me indicó Dema tan sólo minutos atrás. Se podía escuchar música sonando.

-¿Lista para empezar? -Pregunta Dema una vez que entré. Él ya se había cambiado.

La verdad esperaba encontrarme con algunas máquinas y pesas, pero no, realmente había montado un gimnasio completo. Estaba iluminado por un amplio ventanal que daba al patio. La vista era hermosa.

-Claro que estoy lista. Comencemos.

Estuvimos entrenando por una hora, hasta que terminamos nuestras rutinas de ejercicios.

-Has hecho trampa. -Dice Dema tirándome una toalla para quitar el exceso de sudor- Tú ya habías entrenado anteriormente.

-Cuando trabajaba en mi antiguo trabajo, iba a un gimnasio cerca de allí. Ahora lo hago en casa y salgo a correr.

-Cuando quieras podemos repetir. -Suelta haciendo que deje de hacer lo que estaba haciendo.

-Lo pensaré. -Dejo la toalla en el cesto y salgo hacia el pasillo rumbo a la habitación en donde tengo mi ropa.

Ingresé al baño, tomé una toalla del estante y me metí a pegarme una ducha rápida, me vestí, guarde la ropa que use para el ejercicio y salí rumbo a la sala.

Al llegar, aún Dema no había bajado, por lo que decidí sentarme a esperarlo.

-Estoy listo. -Dice acercándose a mi y tomando mis cosas- ¿Te molesta si paso antes por la oficina? Es que necesito revisar un documento para mañana.

-Claro, vamos. -Digo con una sonrisa.

Subimos al coche y Dema lo puso en marcha.

-Gracias. -Digo rompiendo el silencio- Por lo de la deuda, lo de la editorial, esto no lo habría logrado sin ti.

-En serio, no fue nada Mari. -Dice dedicándome una sonrisa.

Luego de media hora, llegamos al hotel en donde, por lo que me explicó, tiene su oficina e ingresamos bajo las atentas miradas de las recepcionistas, que parecían querer matarme.

-¿Les pago para trabajar o para quedarse mirando? -Dice Dema completamente serio caminando con pasó firme e imponente, como si se comiera al mundo.

Las chicas al ser pilladas, agacharon automáticamente la cabeza y siguieron haciendo su trabajo y es que hasta a mi logró hacerme sentir vergüenza.

Ingresamos a su oficina, tenía un ventanal enorme, me acerqué a ver y después de correr la cortina tan sólo un poco, vi que daba a un patio interno.

Dentro, había un escritorio con una laptop y varios documentos y en el extremo, una biblioteca llena de libros y carpetas junto a dos sillones y una mesa ratona.

Durante la espera a que Dema encontrara lo que necesitaba, comencé a detallarlo minuciosamente. Me pregunté por que aún seguiría soltero, por que sacando la primera impresión que tenía de él, era bastante agradable, no era para nada el tipo frío que conocí hasta hace poco. Pareciera que fuesen dos personas diferentes. Está versión me agrada más que la anterior.

-Hasta concentrado no deja de ser guapo.

-¿Qué? -Dice sorprendido, haciéndome dar cuenta de que pensé en voz alta.

-Na... Nada. Estaba viendo algo en el móvil que me mandaron mis amigas. -Miento, mientras siento como mis mejillas me comienzan a arder de la vergüenza.

-Ha, bueno. -Responde volviendo la vista a los papeles.

Realmente se lo veía sexy así serio y concentrado, aunque me gusta más cuando sonrie, al ver donde por donde iba mi línea de pensamiento, me levanto del sillón y comienzo a ver los títulos de los libros que hay en la biblioteca.

-Acá lo tengo. -Dice entrando al despacho. Estaba tan metida leyendo uno de los libros que allí había, que ni cuenta me di que había salido- Vamos yendo.

-De acuerdo. -Respondo levantándome y volviendo a colocar el libro en su lugar.

Salimos a recepción, Dema cerró una vez más la puerta con llave y volvimos al auto, esta vez, sin que las recepcionistas quisieran comerme viva.

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Hola gente bella, acá les dejo un nuevo capítulo. Espero les guste. ¿Qué pasará ahora que Dema le perdonó la deuda a Mariela? ¿Seguirá bailando ahora que consiguió trabajo? Pueden dejarme sus comentarios y no se olviden de regalarme su 🌟
With lo ve Eli❤

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