Capitulo 44.

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Cuando terminé de cenar, aún Dema y el resto de las personas que si bien habían terminado de cenar, aún seguían conversando.

Me levanté de mi aciento y salí al exterior. Hacía una noche agradable y soplaba una brisa que refrescaba la piel.
Cómo aún no tenía sueño, fui hasta la orilla, me saqué el calzado y comencé a caminar.

Estaba pensado en la conversación que había mantenido con Dema, cuando su voz sonó en la calma de la noche.

-¿Me puedo unir a tu caminata?

-Claro. -Respondo y retomo mi andar con Dema a mi lado.

-¿Cómo has estado? -Pregunta después de un rato de estar caminando en silencio.

-Bien, con mucho trabajo. -Respondi juntando mis manos atrás- ¿Tú?

-También, me dediqué a trabajar bastante.

-Ya me imagino. -Digo algo nerviosa.

-Perdón por como te traté aquella noche. Lo que dije sobre que "me divertí contigo" no era verdad.-Habla y luego de frenar la caminana ambos nos quedamos parados frente a frente escuchando como las pequeñas olas rompen en la orilla.

-Entiendo tu punto y créeme que lo lamento que te hayas enterado por boca de Bárbara. Sé que debí decirte que yo era Julieta mucho antes.

-Tenías una razón válida, solo me hubiera gustado que confiaras en mi.

-Y lo hacía. -Suelto de pronto, pero me corrijo- Aún lo hago.

-Puedes estar tranquila, tu secreto está a salvo conmigo. Además, no estaría bueno que mi cuñado se entere de que bailabas en un club nocturno donde yo iba cada noche a ver bailar a su hermana con ropa diminuta. Realmente aprecio mi vida.

Sin poder evitarlo, ambos rompimos en carcajadas por la ocurrencia de Dema.

-Si, creo que es un buen motivo para guardar el secreto. -Digo levantando la vista al cielo.

Penas mis ojos se volvieron a posar en Dema, el oxigeno se me atascó en los pulmones. Su proximidad, provocó que mis pulsaciones se dispararan y mi pecho subiera y bajara aceleradamente.
Dema, eliminando el poco espacio que había entre los dos, posó sus brazos al rededor de mi cintura atrayéndome hacia él, mientras yo, como si mis brazos tuviesen vida propia, me aferré a su cuello.

-Te extrañé. -Suelta en un susurro que logro oir.

-Y yo a ti. -Respondo viendo como cada vez el espacio entre nosotros es nulo.

Sin esperar un minuto más, Dema posó una de sus manos en mi mejilla y juntó nuestros labios en un beso lento, cálido, tierno, el cual correspondí de buena gana. No parecía que hacia tres meses que no nos veíamos. Una serie de choques eléctricos me recorrió el cuerpo, provocando que me pegara más a él cuando profundizó el beso haciendo que sintiera mariposas en el estómago. Con cada movimiento, con cada roce de nuestras leguas él parecía estar tomándose todo su tiempo al igual que yo. Queríamos prolongar aquel momento lo más que pudiéramos, de mi parte, tenía miedo de que apenas el beso acabara se perdiera la magia que acabábamos de crear.

Cuando el beso finalizó, nos fundimos en un abrazo intentando tranquilizar nuestros desbocados corazones.

-¿Tregua? -pregunta una vez que logra recobrar el aliento apoyando su frente contra la mía, por lo que su aliento se mezcla con el mío. La mano que aún mantiene apoyada en mi mejilla, comienza a dar caricias despacio, mandando una corriente agradable hacia el resto de mí cuerpo.

-Tregua. -Respondo con una sonrisa y volvemos a abrazarnos.

Luego de un rato logramos aplacar un poco las emociones, ninguno se movió de donde estaba.

-¿Nos sentamos? -Propongo mientras arrojo mis sandalias a la arena.

-Si. -Responde y toma asiento detras de mi, arrastrándome para que mi espalda se apoye en su pecho.

Las horas se nos fueron como arena entre los dedos. Ambos nos encontramos recostados en la arena, una al lado del otro boca arriba, mientras conversamos, Dema juega con nuestas manos y yo no puedo sentir más dicha por estar al lado de la persona con quien realmente quiero estar. No voy a decir que lo amo, pues sería muy hipocrita largar una palabra tan importante sin estar completamente segura de que es el indicado.
Decidimos quedarnos, ya que cuando quisimos volver a los bungalows, faltaban dos horas para ver el amanecer, por lo que nos pareció una buena idea porder presenciarlo.

Cuando el sol estaba asomando en el horizonte, ambos nos incorporamos.
Dema sacó su celular y acercándome más a él, nos tomó una foto, éste era nuestro primer recuerdo juntos.

-Es agradable comenzar el día así. -Dice mientras deposita un beso entre mi cuello y mo hombro, provocando que soltara una risita ya que me hacía cosquillas.

-O mejor dicho terminarlo, aún no hemos dormido.

-¿Estás cansada? -Preguntó quitándome un mechón de cabello que se había escapado de mi coleta.

-Algo. -Respondo y me apego más a él- Pero quiero estar un rato más así.

La verdad era que no quería apartarme, tenía miedo de que fuese un espejismo y que cuando volviera a la realidad, él no estuviera.
Solo cuando el sol ya estaba en lo alto, decidimos volver.

-Vamos que te acompaño hasta la puerta de tu bungalow.

-De acuerdo vamos.

Durante todo el trayecto de vuelta, lo hicimos tomados de la mano e ibamos como si fuesemos dos adolescentes enamorados.
Al llegar, luego de despedirme, me despojé de la ropa y me di una ducha rápida para quitarme la arena que tenía adherida al cuerpo. Ya limpia, me puse una remera fina y me acosté a descansar.

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Hola gente bella, acá está el capítulo que muchos esperaban. ¡Dema y Mariela volvieron! ¿Cuánto les durará la tranquilidad? 1...2...3... que comiencen las apuestas señoras y señores... Bueno espero que disfrten este capítulo.

Que tengan un bien Miércoles...
...With love Eli ❤

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