Capítulo19.

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-Me iré a cambiar así nos vamos. -Digo cerrando la puerta cuando el último de los amigos de Martín es venido a buscar por sus padres.

-Dale, tengo que pasar a dejar a Santi con la niñera.

Luego de hacer el rally, nos fuimos hasta el bar. Al llegar, nos encontramos con varias de las chicas junto a Bárbara, reunidas en el escenario hablando.
Fuimos hasta los camerinos, dejamos las cosas y nos reunimos con el resto.

Luego de que las chicas ensayaran grupalmente, cada una de las chicas que decidimos bailar individualmente comenzamos a pasar una a una al escenario a practicar nuestra nuevas rutinas.

Al llegar mi turno, subo y luego de colocarme de espalda, comienza a sonar la canción que me toca.
Mientras la canción sale por los parlantes, puedo sentir como mi cuerpo por inercia se va moviendo y logrando relajarme. Siento como todos los problemas se evapora y en mi cabeza comenzó a resonar la propuesta de Dema, provocando que una leve sonrisa saliera a flote.

Al terminar mi rutina, bajo del escenario y voy hasta donde está Camelia hablando con Paul.

-Camelia. -Digo una vez me terminó de acercar- Necesito si me podes dar el Sábado libre.

-¿Sábado? Si, no creo que haya problema, las chicas se pueden encargar.

-Gracias. -Respondo y me encamino al camerino una vez más para comenzarme a preparar.

Mientras me termino de acomodar el corset, Bárbara se acerca hasta donde estoy.

-¿Asique ahora eres una de nosotras? -Pregunta con tono poco amigable.

-Eso parece. -Digo mientras me coloco el dige.

-Mantente alejada de Dema Lévedeb y su billetera. -Suelta amenazante- Con Paul me resigné por que está enamorado de alguien más, pero con Dema no lo voy a hacer.

-Tranquila, es todo tuyo.

Al decir esto, tanto Danielle como Sonia reprimieron una sonrisa, ya que ellas sabían todo lo ocurrido durante estas semanas en que ella estuvo ausente.

-Ya quiero verle la cara cuando el mismo Lévedeb la rechace. -Suelta Sonia haciéndonos reír.

-Como sea, tendré que buscar la forma de que Lévedeb no se me acerque.

Cuando llegó el momento, tomé la máscara y salí al pasillo.
Al acercarme a la bambalina, lo encontré sentado en su mesa habitual, junto a Petrov y otro tipo que no conozco.

A mitad de canción, las chicas comenzaron a bajar del escenario para bailar con el público. Bárbara, por su parte, se acercó hasta Dema y una vez frente a él, se sentó en su falda y comenzó a bailar. Mientras veía la escena, podía notar que Dema se encontraba tenso al contrario de los otros dos hombres. Al terminar la canción, Bárbara se levanta y va con el resto de las chicas derecho al camerino.

Cuando llegó mi turno, subí y comenzé a moverme en mi lugar, al verlo de reojo a Dema, noté que estaba más relajado. A medida que la música avanzaba, bajé por las escaleras y en vez de ir hasta su mesa, me dirigí en dirección contraria y me puse a bailar con un grupo que vino para una despedida de soltero.

Durante todo el baile, pude sentir la vista de Dema clavada en mi y como un escalofrío me recorre la espalda. Al girar la cabeza, Dema estaba viéndome directamente. Haciendo caso nulo a las sensaciones que recorren mi cuerpo, volví a mi lugar y finalizé mi rutina y volví al camerino.

Estaba a mitad de pasillo, cuando una mano me detuvo del brazo.

-Sueltame. -Ordeno sin siquiera voltear a ver quien es.

-¿Porque no te acercaste a mi mesa?-
La voz de Dema resonó cerca de mi oído provocando que la piel de aquella zona se erizara.

-¿Tú qué crees?

-¿Por Bárbara? ¿ Por qué ella bailó en mi falda?

-Corrección. -Corrijo girándome para verlo a la cara- Por que ella bailó en tu mesa.

-¿Me estás diciendo que estás celosa de Bárbara?

-Jaja, muy gracioso, claro que no.

-Cómo sea, te dije que ella no me interesa.

-Pues eso no fue lo que vi. -Miento.

-Con que espiando ¿No? -Dice divertido y yo puedo sentir como mis mejillas arden de la vergüenza.

-Na... Nada que ver. -Suelto mirando para otro lado.

-Yo creo que si.

Mientras dice esto, sus manos me toman de la cintura y me acercan a él.

-¿Qué... Qué haces? -Puedo sentir como mis pulsaciones se disparan.

-Nada, sólo quería comprobar algo. -Entre tanto decía esto, sentía mi cuerpo más cerca del suyo y como mi respiración era agitada debido a las pulsaciones aceleradas.

Mientras procesaba sus palabras y con mis cinco sentidos nublados, sentí una leve presión en mis labios. Al reaccionar, me di cuenta de que Dema me estaba besando. No era un beso exigente ni brusco, era tan solo sus labios apoyados en los míos. Al recuperar el sentido y la ubicación de donde me encontraba, lo empujé poniendo un poco de distancia.

-¿Qué crees que estás haciendo? -pregunto con la respiración acelerada.

-Ya te dije, comprobar algo.

-¿Y qué es?

-Que te atraigo.

-¿Qué qué? -pregunto incrédula.

-Eso, que te atraigo, sino me hubieses apartado desde el primer momento.

-Por favor no me hagas reír.

-Tú burlate, pero terminarás siendo mía.

-Si, como tú digas.

Luego de esto, me encaminé al camerino una vez más.

-A propósito, en el camerino tienes un regalo de mi parte.

-Te dije que no aceptaría más regalos y menos que provengan de ti.

-Y yo te digo que no me rendiré.

Luego de esto, entré al camerino y ya con la puerta cerrada, me apoyé en esta para poder calmar mis pulsaciones. ¿Qué rayos había pasado hace unos minutos atrás?

-Asique... ¿Con qué ahora te mandan presentes? -La voz molesta de Bárbara llegó hasta a mi y cómo si mi conciencia hiciera un click, recordé que Dema me había dicho algo de un regalo, al girar la vista, sobre el mueble donde se encontraban mis cosas había un enorme arreglo floral- Debe de ser algun corto de vista.

-Ya cállate Bárbara. -Sonia se levantó de su asiento y se acercó hasta el arreglo- Te aseguro que no es ningún cortó de vista.
Por mi parte, comencé a sentirme nerviosa, pues tenía miedo de que Sonia terminará hablando de más y delatar a que Dema había sido el que me las envió.

-Lástima que no sepamos quien lo envió, no trae tarjeta. -Se sumó Danielle inspeccionando las flores.

-No me importa quién las haya enviado, no las quiero. - Digo acercandome al espejo y comenzando a desmaquillarme.

Verdades  secretasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora