Capítulo 4

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Trabajo en la oficina alistando todo para un viaje de negocios.

En unas semanas abriremos una línea en México y aunque no es indispensable mi presencia necesito alejarme un poco del estrés y la rutina de la oficina, así que unos días fuera del país serán de ayuda.

A pesar de contar con avión privado propio decido tomar un vuelo internacional tomándome muy en serio lo de dejar la rutina.

-Lo siento señor le dije que estaba ocupado, pero me ignoró- replica mi secretaria ingresando a la oficina.

-No te preocupes Luoisa. Nos podrías traer un par de botellas de agua por favor- le indico mientras me levanto de mi escritorio y haciendo un ademán señalando la silla para que el invitado tome asiento, pero su urgencia puede más.

-Este bebé es tuyo- suelta, así sin más señalando su vientre.

-¿Pero qué estás diciendo Kate?.... ¿Por qué hasta ahora?- dudo de sus palabras -¿Hace unos meses en...

-Cuando estuviste en Londres no tenía la certeza, pensé que era de Carl el chico que conociste aquella vez, pero no es así y cuando se enteró que él no era el padre se alejó y se llevó el poco dinero que tenía.... por favor, Noah me tienes que ayudar.... Yo no quiero a este bebé, cuando me enteré del embarazo ya era tarde para...-

Mis piernas flaquean. Coloco ambas manos en el escritorio como apoyo. Y los segundos más lentos de mi vida pasan mientras proceso la información.

Me acero a ella tomando sus manos entre las mías, sé perfectamente de que habla y me siento mal por no haber estado con ella en ese momento, yo la hubiera apoyado en cualquier decisión, y es lo que estoy a punto de hacer.

-Aquí está el agua Sr. Lehmann- Louisa entra observándonos con algo de duda.

-Gracias Louis. Podrías cancelar mis citas vespertinas por favor, me tomaré la tarde libre- afirmo.

-Claro-

Tomo el saco junto con un par de cosas guiando a Kate a la salida de la oficina.

-Hasta mañana Sr. Lehmann- despidió Louisa quien me miraba en complicidad haciéndome saber que contaba con total discreción de su parte y que se encargaría de los pendientes del día.

-Hasta mañana Louisa. Gracias.

Louisa es mi secretaria desde que comencé como gerente. Es la persona en quien más confiaba en la empresa, podría dejarle a cargo de la dirección y ella llevaría las riendas sin ningún problema.

A pesar de no ser muy afectivo, cuando Louisa contrajo matrimonio me invitó a la ceremonia, me sentí muy halagado y agradecido por esa muestra de afecto, sabía que me apreciaba y yo también lo hacía, no se lo demostraba, pero sí que la estimaba y mucho.

En el auto de camino a casa el silencio se hizo presente mientras mi mente divagaba coordinando fechas, lugares, todo. Por más que hacía cuentas no lo lograba, hasta que, debió haber sido nuestro encuentro en la fiesta del abuelo.

Abrí la puerta de la casa para que ella pasara, dejé las pocas cosas que tenía en la mesa de la entrada y coloqué mi saco en el guardarropa.

-¿Te apetece algo?- ofrecí¿-Agua, jugo? o podemos pedir algo para comer

-Lo único que necesito saber es que me ayudaras- de sus ojos rodaron lágrimas de desesperación.

-Tranquila Kate, claro que te ayudaré- le confirmé mientras me acercaba para brindarle un pañuelo y sentarme a su lado.

-Solo necesito saber un par de cosas.

-Es tuyo te lo juro- aseguró

-Kate, no estoy poniendo en duda tu palabra- tal vez un poco -es solo que necesito estar seguro y eso lo sabes perfectamente, aunque esto no quiere decir que no contaras conmigo, claro que no, pero sí ese bebé es realmente mío- me sentía como si estuviera en un sueño y tarde o temprano despertaría, como sí alguien estuviera narrando la historia y yo fuera el protagonista, pero no, no era un sueño. -Necesitamos charlarlo detenidamente y...

Toda una vida. (Terminada).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora