Noah.
Estos días no me podido concentrar en el trabajo, desde el incidente de Lucía tengo un gran temor a perderla y por ahora es en lo único que pienso. Desearía tenerla en una burbuja para que nada le pase. Ya hasta he limitado a Agnes para que no se acerque tanto a ella y la vaya a lastimar, pobre, pero es temporal solo hasta que Lucía se haya recuperado completamente.
Los abogados de la empresa están llevando el tema de la demanda, el proceso no será largo ya que después de las pruebas no hay duda de la culpabilidad de la ex pareja de Winnie y lo más probable es que Lucía tenga que declarar en unos días, lo hizo cuando estaba en el hospital y ahora tendrá que ser ante un jurado.
Llego a casa y Mariana está inmiscuida en sus pendientes que ni siquiera se percata que he llegado. Subo directo hasta la habitación y me quedo en la entrada viendo a Lucía con Agnes en sus piernas leyéndole un libro, tardan, pero se percatan que estoy ahí.
Por lo visto a Lucía le vale un comino su salud.
Me dice que no ha usado la silla, ha estado caminando y por supuesto no es la primera vez que Agnes descansa en sus piernas.
No tengo ánimos de discutir así que solo me limitó a decir que ya lo sabía, y sí, en el fondo lo sabía. Me apoyo para quitarme los zapatos, me levanto y me voy a la ducha.
El agua que cae por mi cuerpo es relajante, siento los músculos tensos, no puedo entender por qué a Lucía le importa muy poco su salud, golpeo la pared ante la impotencia de no ver la gravedad del asunto.
Salgo de la ducha y no se desde cuando Lucía está ahí sentada en el váter.
-¿Mejor?- pregunta.
Claro que no, estaría mejor sí siguiera las órdenes del médico, pienso, pero prefiero tragarme la respuesta. Estoy muy molesto.
Paso de largo hasta la habitación con Lucía siguiendo mis pasos. Tomo unos calzoncillos y un pijama, termino de ponerme el pantalón y siento sus brazos enredarse en mi cintura mientras su cara descansa en mi espalda y su respiración topa en mi piel sintiendo escalofríos recorrer todo mi cuerpo. Esta mujer me tiene mal.
-Noah, lo siento, sé que no ha de haber sido nada fácil. Siento ponerte en esta situación, no me estoy justificando ni nada, pero sabes que hay cosas con las que no puedo y que lastimen a la gente que amo es una de ellas. No te puedo prometer que no volverá a pasar porque mentiría, iría al mismísimo infierno sí así logro salvarte- se mete por mis brazos hasta quedar frente a mí tomando mi cara bajándola para que la vea conectando sus ojos con los míos -Tienes todo el derecho a estar molesto conmigo- continua -no lo niego soy difícil, pero no lo hagas con Agnes ella apenas y entiende lo que está pasando. Solo por hoy se ese papá y ese esposo que tanto amamos y que por mi imprudencia no hemos podido ver últimamente- besa ni pecho y es cierto todo lo que dice.
No fue nada fácil verla así, pero respiré cuando la vi en esa cama del hospital con aparatos por doquier, pero estaba viva. Y claro que la conozco, por supuesto que sería capaz de lo que fuera por protegernos, a mi esposa bravucona no la cambiaría por nada en el mundo y Agnes, mi pequeña he sido muy cruel con ella no entiende por qué le limito a estar cerca de su mamá.
-Te está esperando para que le leas un cuento, ve- finaliza retirando sus manos de mí y siento un vacío mientras la veo alejarse al sanitario. Me meto una playera y voy a donde Agnes.
Llego a su habitación y se sorprende un poco al verme, pero paso como si nada y dejando el enojo y todos los pensamientos de lado.
Elegimos el cuento y leo imitando voces de los personajes arropándola cuando está profundamente dormida.
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Toda una vida. (Terminada).
RomanceNoah es un empresario multimillonario. Alto, guapo, atractivo. Sin líos o compromisos. Todo cambia poniendo su mundo patas arriba con la noticia de un antiguo amor y el encuentro fugaz con una chica que ¿empeorara o tal vez mejorará las cosas?