Capítulo 67

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Noah.

¡¡Estamos embarazados!!

Lucía y Agnes me hacen inmensamente feliz y ahora con la llegada de este nuevo ser, no sé qué concepto utilizar porque felicidad se le queda corto.

La prueba de embarazo dio 4 semanas, pero ya acordamos una visita con la ginecóloga para hacer todas las pruebas y exámenes correspondientes y confirmar que todo vaya bien. Por ahora solo nosotros dos lo sabemos, bueno solo lo confirmamos. Lucía tenía síntomas y yo mis sospechas aunado con achaques que al final de cuentas fueron ciertas, así que esperaremos a que la ginecóloga nos dé luz verde para poder anunciarlo a toda la familia.

Nos encontramos en el consultorio de la ginecóloga de cabecera, así que solo realiza algunas preguntas generales a Lucía ya que está al tanto de todo. Indica que suba a una camilla y descubra su barriga donde pone y esparce algo de gel y de inmediato la habitación de inunda con un sonido fuerte tun-tun-tun-tun.

-Todo en orden- comenta -cuenta con 5 semanas de gestación- dice moviendo un aparato en la barriga de Lucía -El feto está en óptimas condiciones

Tomo con fuerza la mano de Lucía y después la besé ya que no puedo evitar emocionarme.

-Latidos fuertes, medida acorde. Todo avanza perfecto- continua mientras apoyo a Lucía limpiando la barriga y a descender de la camilla.

-Le recetaré unas vitaminas y como recomendación primordial y por su antecedente sería conveniente guardar reposo, claro no será permanente, por lo menos las próximas cuatro o seis semanas.

¿Lucía guardar reposo? No lo creo, sería más fácil decirle que brincara, corriera o se aventar a un maratón, esta mujer hace todo lo contrario. Espero que ahora sí acate las indicaciones.

-No te preocupes, voy a guardar reposo- dice ya en el auto y volteando los ojos.

-Es por su bien- respondí mirándola y después su vientre.

-Lo sé y así lo haré. ¿Estas emocionado?- preguntó con una sonrisa.

-Mucho- respondo tomando y besando su mano -gracias, Lucía.

El embarazo marcha bien, Lucía dejó de trabajar y por ahora solo está en casa. Sé que el gusto nos durará hasta que la ginecóloga nos diga que ya puede hacer retomar sus actividades y después de eso volverá la Lucía habitual.

Hay días en que extraño a la Lucía llorona, esa que corría a mis brazos y empapaba mi playera con sus lágrimas ya que me dejaba apapacharla aun más, pero amo mucho más a esa Lucía bravucona, esa fue la que me enamoró.

Por mi parte los malestares disminuyeron, pero no tolero ciertos olores. Uno de los socios usa una colonia en especial que evité en varias ocasiones hasta que un día no me pude contener y me paré en medio de una junta para correr al baño y vomitar. Fue algo bochornoso, pero solo me alegué malestar estomacal y continuamos.

Lucía en cambio no tiene ningún malestar, me alegro porque es ella quien llevará a ese ser en su vientre y es ella quien sacrificará su cuerpo para traerlo a este mundo, y sí mínimo yo puedo cargar con los achaques pues con gusto lo haré, solo espero que pasen rápido.

La ginecóloga dice que el peligro ha pasado y de ahora en adelante sólo queda disfrutar el embarazo por lo que hoy invitamos a comer a la familia para darles la buena nueva, que creo Alek sospecha por lo apresurado de la salida de Lucía.

-Hijo, como siempre todo está riquísimo- habla mi padre.

-¿Qué celebramos Noah?- cuestiona Alek impaciente.

Toda una vida. (Terminada).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora