Capítulo 22

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Últimamente escucho mucha música. Pasatiempos que nos dejó Lucía.

Voy manejando y comienza a sonar una canción que me recuerda completamente a ella.

¿Será?

Mientras me olvides

Que alguien más llegará

No habrá más música

Ni bailes de repente

Y aunque la brújula

No sepa dónde estás

Seré partículas

Que salgan de tú mente

Quizá la búsqueda

Me puedas perdonar


No puedo creer que Lucía no me ame, lo que pasó entre nosotros no fue solo sexo, nadie llega a tu vida la pone de cabeza y se va, así como así. 

Sé que yo tuve la culpa en alejarla y no contarle toda la verdad en su momento, pero es que ni siquiera había querido escucharme.


Agnes tampoco está del mejor humor. Su estado de ánimo no es el mejor ya que al igual que yo, sigue extrañando a Lucía a pesar de que Ida a sido nuestra salvadora y Agnes la quiere, pero no tanto como a Lucía.

Continua despertando a medianoche. Voy en su auxilio y llevo conmigo lo único que la puede calmar.

-Ven pequeña, ven con papá, ya ya tranquila- la tomo en mis brazos, la arrullo y le doy el gorro de Lucía, aún se percibe un poco de su aroma y eso ayuda a Agnes a tranquilizarse.

Es imposible que Lucía no se haya percatado que tomé su gorro, y sí lo hizo agradezco que no lo haya llevado con ella, ahora es lo único que tenemos para recordarla.

Agnes se queda dormida abrazada al gorro y su garra. La recuesto en mi cama y la contempló mientras suspira y balbucear dormida.

-Lo sé nena, yo también la extraño.


Hoy Alek recoge a Agnes en la guardería y pasará el resto del día y la noche con ella, así que me preparo para un maratón de depresión. Unos cuantos tragos, nada tan moderado como para morir de una congestión alcohólica, sí lo suficiente para sumergirme en mi propia miseria.

Coloco la música que alguna vez escuché mientras estaba aquí Lucía y en ratos lloro, otros canto, otros rio o vuelvo a llorar.

Toda esta enorme casa me recuerda a ella. Yo la diseñé, la amueblé y la habité por años solo, después apareció Lucía, llegó Agnes y ahora parece que les pertenece solamente a ellas. A pesar de que Lucía ya no esté, todo esto carga su esencia.

Termino con la tercera botella y decido dormir, al menos así podré verla, aunque sea en mis sueños.

Al día siguiente Alek llega con Agnes viendo el desorden en la sala y me le adelanto antes de que me reprenda.

-Estoy bien- alego en cuanto veo su cara.

-Pensé que no lo recordarías- responde como si nada.

-¿Recordar qué?

Toda una vida. (Terminada).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora