Capítulo 34

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Como nunca la súper fiesta de cumpleaños del abuelo se cancela y solo nos reunimos la familia y algunos amigos muy cercanos del abuelo y de mi padre.

Al ser una reunión más íntima no vi mal en decir que estaba comprometido con Lucía, al fin de cuentas no es del todo cierto, pero tampoco es del todo mentira, además estoy seguro que ninguna de las personas comentará algo fuera de aquí.


Los papás de Lucía cumplen años en mayo así que viajaremos allá una semana. Me apena un poco dejar a mi padre solo en su cumpleaños, pero me pareció demasiado llevarlo con la familia de Lucía. Sí, nos llevamos bien, pero creo esto sería mucho, solo que para mí sorpresa el día del viaje llegan al hangar, con maletas y todo.

Miró a Lucía boquiabierto.

-¿Pensaste que los dejaríamos aquí solos?, pues no, cuando te acepte fue con todo y paquete.

-Hijo que sepas que si me da un infarto en pleno vuelo moriré encantado, lo menos que quería estas fechas era probar ese guisado agrio que prepara tú mamá para el cumpleaños de tu padre.

-Abuelo, pero qué cosas dices, anda te ayudo con tu equipaje.

Mi padre se acerca cuidando de que Lucía no lo vea y secretea a mi oído.

-Lucía nos insistió para acompañarlos, en un principio nos negamos, lo menos que queremos es ser una carga o incomodar, pero hijo que cuando se enoja da miedo parecía que nos iba a comer vivos.

-Jajajaja papá no seas exagerado, sube anda.

-Gracias- digo besando a Lucía.

-No hay nada que agradecer, son mi familia también ¿recuerdas?


Aterrizamos en un aeropuerto privado a una media hora de donde vive Lucía así que nos vamos directo a la casa de sus padres. El abuelo y mi padre deciden irse a un hotel, pero su familia insiste y no les llevamos la contra, estas mujeres son un caso, pobre de mi suegro.

Para la cena de los cumpleañeros todo mundo ayudamos, mis suegros, mis cuñadas y hasta el abuelo y mi padre se involucran, excepto Lucía, ella es la encargada de los niños y de ir a los mandados.

-Siempre quise que Lucía aprendiera a cocinar, pero que la compre quien no la conozca, Mariana y Gris siempre les gustó, pero Lucía mmmm es un caso mija- repela la madre de Lucía.

-Y lo seguiré siendo mamá, además Noah tiene dos manitas y se puede preparar de comer ¿cuál es el problema?- replica Lucía.

-¿Y no te da vergüenza con estos señores?, está bien que de vez en cuando cocine, pero debe de hacerlo su esposa.

-No, no me da vergüenza, además ni soy su esposa- dice encogiéndose de hombros restándole importancia.

-Porque no quieres- respondo y escucho un "uuuuhhhh" de parte de sus hermanas y se parten de risa por la "pelea" que continua con su mamá.

-Naaaa me vale- replica Lucía.

Es un caso esta familia, no cabe duda de que somos muy diferentes. Diferentes culturas, idiomas, tradiciones, carácter, creo eso nos atrajo más.

La mesa se ve muy bonita, todo está apetecible y pasamos una velada muy agradable entre comida, fotos, chistes, anécdotas y así son los siguientes tres días hasta que tenemos que regresar. 

Me parte el alma ver a Lucía separarse de su familia, sé cuánto los quiere y le hacen falta en Alemania, hasta Agnes llora al despedirse de sus "tatas" así les llama a los padres de Lucía, bueno creo ahora son sus abuelos, agradezco que hayan recibido a Agnes como si fuera su nieta de sangre.

Por su parte mi padre y el abuelo se van igual de fascinados y todos partimos contentos y agradecidos por la atención y dejamos a su disposición el jet para cuándo deseen visitarnos.

-Sí quieres te puedes quedar unos días más- digo a Lucía al ver su tristeza.

-¿Y sí después no me quiero ir?

-Vengo por ti- sin duda.

-Jajaja está bien, haré el propósito de venir por lo menos cada tres meses ¿sí?

-Las veces que tú quieras preciosa. 


Lucía y yo nunca hemos tenido una cita formal por lo que decidí regalarnos una, cine, paseo, cena romántica y todo lo demás incluido, pero en París. 

Es un viaje de ida y vuelta, no será tiempo suficiente para que Lucía conozca el lugar, pero pronto regresaremos para llevarla a recorrer todo París.

Se llegó el día y Lucía está emocionadísima ya que nuestra primera parada es un picnic en los campos elíseos.

-Noah, sé que a veces no te hago las cosas fáciles y lo siento por eso- dice enlazando sus  manos con las mías -pero nunca, nunca dudes de cuánto te amo, gracias por tolerarme y por amarme, pero sobre todo gracias por Agnes, admiro y espero poder tener la oportunidad de agradecerle también a su madre biológica. ¿Sabes? son esa pieza que ni siquiera sabía que necesitaba pero que en cualquier parte de mi embonan y complementan todo. Mi vida ahora ya no la concibo sin ustedes. En esta vida no quiero que otro sea mi compañero, no quiero tomar la mano de nadie más que no sea la tuya Noah Lehmann. Te amo mi güero.

Sí hay alguien que tiene que agradecer soy yo, no se si es a la vida, el universo o quien sea que la haya puesto en mi camino, pero con seguridad puedo decir que soy el hombre más afortunado sobre la faz de la tierra al tener a Lucía a mi lado.

Es increíble como el tiempo corre muy rápido, demasiado rápido cuando eres feliz. 

Toda una vida. (Terminada).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora