Capítulo 23

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Alek trae a casa a Agnes e inmediatamente lo cuestiono sin lograr nada, pero antes de partir me entrega algo.

-Esto es para ti- dice entregando el papel -Date tiempo para leerla, no sé cómo lo vayas a tomar, pero Noah, sobre todo no seas tan duro con ella- pide.

-¿De qué hablas Alek?- cuestioné tomando la carta

-Esa carta te la dejó Lucía... ella, ella se ha marchado.

-¿Cómo que se ha ido? ¿A dónde? Pero, pero ¿por qué?

-¿A dónde? No sé, ¿Por qué? Creo tener una ligera idea. Lo mejor es que leas esa carta.

Estaba incrédulo, es decir, lo de anoche ¿qué fue? ¿Su despedida? Eso parecía, pero ¿por qué se iba? y ¿esta carta? No sabía sí quería leer su contenido o no y más al recordar las palabras de Alek "no seas tan duro con ella".

En el transcurso del día seguí llamándola, sin éxito.

Después de dormir a Agnes fui a mi habitación estaba nervioso e impaciente, preparé un trago, realmente lo necesitaba y abrí la carta.

Noah.

No sé cuándo vayas a tener esta carta en tus manos, pero lo que sí sé es que yo ya no estaré en Berlín.

Esta es mi despedida, tenía miedo de hacerlo en persona porque sé que no podría decirte todo o podría arrepentirme. Soy cobarde, lo siento.

Conocerte a ti y a Agnes es lo mejor que ha pasado en mi vida, créeme, gracias por llegar e iluminarla.

Dicen que hay amores que duran una noche, otros unos años, otros toda la vida, pero que todos sin excepción terminan; los primeros por el tiempo y el ultimo por la muerte y creo que el nuestro debió de haber comenzado y terminado en Chicago, sin embargo, siguió y agradezco el tiempo. Agradezco que hayas compartido tu vida, aunque hayan sido unos meses. Agradezco que me hayas abierto las puertas de tu hogar. Agradezco la confianza de dejar en mis manos la vida de tu hija.

La vida te lleva por los caminos que tomas y en uno de esos perdí la seguridad en mí misma, pero aquella noche que te conocí despertaste algo, ese algo que había estado esperando por un buen tiempo, mucho más del que te puedes imaginar. La manera en que me miraste, porque realmente me mirabas y me hiciste saber que yo era real. Después me desnudaste y no solo desnudabas mi cuerpo, me regresabas a él. Gracias por regresarme a mí misma, eso es algo que nunca voy a tener con que pagártelo.

Los meses junto a ustedes en Berlín me hicieron ver que había algo más, ese tren al que la mayoría se sube y continúa su camino, pero desafortunadamente yo no puedo abordar un tren que tarde o temprano voy a descarrilar, se merecen algo mejor. 

La verdad pensé en quedarme, me agradaba la idea, sin embargo, estaría quitándole el lugar a ese pasajero que los acompañara en todo el transcurso. Yo solo fui un pasajero temporal que los amó con todo su corazón y que hubiera dado la vida por ustedes, y que aún la daría. Desafortunadamente soy egoísta y me toca viajar sola.

Noah me tomé el atrevimiento de dejar esto para la persona que en un futuro esté junto a ustedes:

*En la cuenta de música de Noah dejé una lista de canciones que te podrían apoyar a tranquilizar a Agnes y sí no puede dormir no necesitas más que acunarla en tu pecho y cantarle, créeme con eso bastará. Pero sobre todo cuando la tengas en brazos hazle saber cuánto la amas, porque créeme que no necesitaras tanto para llegar a amarla. En un principio se resistirá, no te preocupes, no durará tanto. Espera, se paciente y conocerás a la personita más maravillosa de este planeta.

Noah: Espero que pronto llegue ese pasajero permanente que los acompañe, deseo de todo corazón que te enamores y que te amén de esa forma que te mereces, que te den todo sin medir, que nunca se limiten o entren en pánico por todo lo que puedes ofrecer, y no, no me refiero a lo material.

Noah amas de una manera que, quisiera que pudieras verte con mis ojos. Cuando estas con alguien realmente lo haces, es como si tus ojos traspasarán todo haciendo que las personas saquemos la mejor versión de nosotros mismos, haces que seamos tan transparentes que no nos guardamos nada y no tengo más que agradecerte por haberlo hecho conmigo; pero vamos, hay que ser realistas, te mereces algo mejor, alguien que esté a tu altura y no alguien a quien tengas que estar sacando de aprietos o alguien que te meta en ellos. Ansío con todas mis fuerzas que así sea, que pronto llegue esa persona que te haga sentir orgulloso del simple hecho de estar con ella, desafortunadamente esa persona no soy yo, créeme, lo intenté, pero todas las decisiones buenas o malas que tomamos en el pasado tarde o temprano nos alcanzan, no hay arrepentimientos ni lamentaciones, simplemente aprendizajes y hay que vivir con ello, pero es una penitencia que sólo le corresponde al pecador, así que yo pagaré la mía.

Sé que tendrás muchas preguntas y conociéndote buscaras respuestas. Por favor, déjalo así, quédate con esta imagen que tienes de mí. Sé que no soy nadie para pedirte lo siguiente, pero ni siquiera me recuerdes, y sí lo haces que no sea por tanto tiempo. Lo siento.

Gracias por todo y, por tanto.

Gracias por haberme amado.

Lucía.


Lloro, lloro toda la noche. Le llamo mil veces, le mando quinientos mensajes y nunca responde, ¿cómo es posible que se vaya así? Destrozo la habitación ante su negativa y la desesperación.

Claro que necesito respuestas y sé perfectamente quien me las va a dar.

Son las 5:00 de la mañana y llamo a Alek, un timbre, dos y atiende.

-Estoy afuera de tu casa. Ya entro- responde de inmediato.

-¿Tú sabías de esto no?- reclamo en cuanto pone un pie dentro -¿Por qué no me lo dijiste? ¿Por qué no me advertiste? Pude haber hablado con ella, no sé, intentar convencerla ¿dónde está?- grito y lloro como loco desesperado.

-Nada de lo que hubieras echo o dicho iba a hacer que Lucía se quedara, ella ya lo había decidido y la conocemos bien Noah.

-Tengo que buscarla, necesito que me explique.

-Noah, ella lo quiso así, tienes que respetar su decisión.

-¡Que no, no quiero, no lo acepto!

Alek tiene razón, ella ya lo decidió, ella se fue, ella ya no me ama ¿por qué ya no me ama o es que acaso nunca me amó? Solo necesito saberlo. Solo necesito que ella lo diga.

Habla de pecados, yo puedo llevar el castigo por ella, yo daría mi vida por ella.

¿Orgullo? Claro que tenía orgullo de que ella estuviera a mi lado, tal vez fue eso, solo la gente allegada a mi sabía de Lucía.

Claro, no le di ante la demás gente el lugar que realmente ocupaba en mi corazón. Lo siento Lucía, lo siento tanto, ahora entiendo cuando dicen que no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes y yo siento que estoy perdiendo la vida con su partida. 

Toda una vida. (Terminada).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora