Capítulo 37

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Lucía recibió una propuesta de trabajo en México y como será cerca de donde vive su familia Agnes la acompañará ya que sólo serán unos cuantos días. Afortunadamente estamos por cerrar un gran negocio con una empresa holandesa y me servirá para mantener la mente ocupada y no extrañarlas tanto.

Lucía y Agnes partieron a México y yo no hago más que entretenerme en la oficina llegando tarde a casa. Se siente tan vacía sin ellas, a pesar de mensajeamos y llamarnos todo el tiempo las extraño demasiado.

Voy a la habitación de Agnes y hay un silencio sepulcral. Llego a mi habitación y sin Lucía es enorme. Nuestra cama ni se diga. Apenas hace tres días que partieron y para mi ya parece una eternidad.

La representante de la empresa holandesa ha llegado y puedo distraerme un poco, como estamos trabajando tan tarde propongo hacerlo en casa, ahí tenemos más comodidad de trabajar sin problema, además que estos días no me he sentido bien, tengo náuseas y mareos, creo es porque no he alimentado bien o comí algo en mal estado.

Mañana cumplimos dos meses de casados, quiero sorprender a Lucía y en complicidad con sus hermanas me apoyan en enviarle un arreglo de tulipanes, sus flores favoritas. Cerca de las 4:00 de la tarde recibo una videollamada de su parte, contesto rápidamente y aparece la mujer de mi vida con nuestra hija en brazos.

-Hola preciosa ¡feliz dos meses!, Hola corazón ¿ya felicitaste a mamá?

-Muchas gracias, están hermosas. Saluda "hola papá"- dice levantando el brazo de Agnes adormilada.

Por la diferencia de horario sé que son alrededor de las 9:00 de la mañana, así que están casi recién levantadas. Agnes no se aparta del pecho de Lucía y los cabellos de mi esposa están desaliñados y sus ojos aún hinchados de dormir, pero aun así es la mujer más hermosa que he visto en mi vida.

-Preciosa hubiera deseado estar allá, pero...

-Ya habrá tiempo para festejar nosotros solos- levanta una ceja sonriendo con malicia. Si supiera cuanto la extraño.

-Eso espero preciosa, poder festejar solo nosotros dos.

-¿Estás trabajando? ¿Has comido bien?

-Sí ¿recuerdas el proyecto con la empresa holandesa?

-Aaaa ok ok, bueno, no te desveles tanto trabajando ¿vale? Quiero a mi esposo al cien, mejor dicho, al mil porciento cuando regrese ¿va? Y Noah, no te saltes comidas por favor.

-Claro preciosa. Te amo.

-Despídete de papá- nuestra hija solo mueve su pequeña mano sin tantos ánimos - Te escribo en el día. Te amamos. Noah, te amo.

Terminamos la llamada y me quedo viendo el monitor por unos segundos.

-¿Es tú esposa?- preguntan a mi espalda.

Por un momento olvidé que Sylvie estaba aquí.

-Así es, Lucía es mi esposa- respondí en tono serio, no me agradó la manera en que preguntó.

-Disculpa, no quise verme entrometida ni nada por el estilo, es solo que, en nuestro círculo nada pasa desapercibido- noté un poco de vergüenza en el tono de Sylvie.

Cierto, cuando nos casamos solo estuvo nuestra familia y un par de amigos íntimos. Después del matrimonio Lucía y yo decidimos no hacerlo público. Sin embargo, una parte de mi sigue queriendo que todo mundo lo sepa.

-Hace tiempo que vivimos juntos y hace dos meses nos casamos, solo nuestra familia y amigos más allegados lo saben.

-Enhorabuena. Por la manera en que la ves debes de estar muy enamorado.

Toda una vida. (Terminada).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora