Lucía.
Odio el frío. En Moscú hace un frío de mil demonios, pero todo sea por el trabajo y sobre todo por regresar a tiempo para preparar la fiesta en casa por el cumpleaños de Noah.
Toda marcha bien, solo que de regreso a Moscú tenemos problemas con el transporte y nos tuvimos que quedar a las afueras en un hotel donde apenas y llegamos coloco el clima a todo lo que da metiéndome a la ducha deshaciéndome de todas las prendas que llevo a causa del frío. Coloco la bata que quito para poner la ropa interior seguida de la pijama y a dormir.
A la mañana siguiente nos a listamos para partir y como me bañé anoche y no tengo nada de ganas de volver a entumirme con una ducha, pues solo preparo la ropa para cambiarme. Estoy en eso medio desnuda cuando de pronto Noah se aparece en la habitación.
Estoy sorprendida, muy sorprendida y, ¿ a poco dejé la puerta abierta? No lo creo. Tal vez pidió una llave. Como sea, adoro sus sorpresas.
Estoy por saludarlo alegrándome por que esté aquí y él solo se limita a mirarme con algo de recelo y esto empeora cuando Andrey sale del baño de mi habitación completamente desnudo.
Me quedo pasmada. ¿Qué diablos, desde cuando está aquí?
Noah se le va encima y Andrey suelta una sarta de mentiras donde inquiere que tenemos una relación.
¡Maldito!
Trato de separarlos fallando por completo, hasta que Noah lo suelta y sale echo furia de la habitación mientras como puedo intento explicarle que nada de lo que dice Andrey es cierto. Solo que me muestra su celular con unas fotos mías con la espalda descubierta ¿qué diablos? Son de anoche mientras me ponía el pijama, ¿en qué momento entraron a mi habitación? Estoy en shock.
Noah se marcha y por más que le grito no hace caso. Estoy en ropa interior así que no puedo ir tras él, pero sí que puedo hacer algo al maldito de Andrey. Que vil y que bajo.
Regreso a la habitación y me pongo la bata que está a la mano lanzándole una toalla a Andrey para que se cubra. El muy imbécil la toma limpiándose la sangre que ha salido de su nariz al tiempo que se me burla de todo lo acontecido y como los niveles de rabia me han sobrepasado, camino hasta donde él y le suelto un puñetazo que lo hace llevarse la mano a la mejilla. Me visto y como puedo guardo todas mi pertenencias con los nudillos algo adoloridos, pero es lo de menos, necesito hablar con Noah. No sé que diablos fueron esas fotos y que más habrá hecho este idiota, pero algo es seguro: por eso estaba aquí.
-Yo puedo poner el mundo a tus pies. Solo se mía- repone el imbécil este mientras ato el cabello en una coleta.
-¿Quién te dijo que yo quiero el mundo?- contesto -Y en caso de que así fuera solo hay una persona que elegiría para acompañarme, y a esa persona es a quien le pertenezco- culmino saliendo de la habitación llamando a Noah quien me cuelga en todas las ocasiones.
Ni me imagino como se ha de sentir, pero necesito que me escuche.
Tomo el primer vuelo a Berlín y Noah sigue sin contestar hasta que por fin varios intentos después atiende, pero no quiere hablar conmigo. Entendible, pero es que a caso ¿no merezco derecho de replica? Noah se está portando muy poco coherente.
Llamo y vuelvo a llamarle, por lo menos que me diga si se encuentra bien, ya veremos como arreglamos este embrollo, pero nada, sigo sin respuesta.
Alek y Jonás me apoyan en intentar localizarlo sin obtener resultados buenos, ni con las llamadas.
Día tres sin saber nada de Noah. Millones de llamadas y nada. Estoy desesperada. Si quiere odiarme, está bien, solo pido sabe si se encuentra bien, lo conozco y por lo general es tranquilo, pero en estas circunstancias ya ni sé que pensar, así que decidido dejarle mensajes de voz, espero los escuche a ver si se digna a contestar uno, aunque sea de mala gana. Solo necesito saber que está bien.
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Toda una vida. (Terminada).
RomanceNoah es un empresario multimillonario. Alto, guapo, atractivo. Sin líos o compromisos. Todo cambia poniendo su mundo patas arriba con la noticia de un antiguo amor y el encuentro fugaz con una chica que ¿empeorara o tal vez mejorará las cosas?