Capítulo 21

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Días después regresé al hostal y ahí estaba, subía sus maletas y algunas pertenencias a un auto, el auto de Thomas. Otra vez este tipo.

Echaron a andar el auto y los seguí hasta una cafetería. Bajaron las cosas y subieron por unas escaleras laterales a lo que parece un departamento en la planta alta.

Esperé por un rato hasta que el Thomas bajó y se fue, así que decidí subir.

-¿Se te olvido algo?- preguntó abriendo la puerta.

-No lo creo- respondí mientras sus ojos chocaban con los míos.

-¿Qué haces aquí?- antes de que me cerrara la puerta en la cara entré al departamento dando un vistazo. 

Es pequeño con un par de habitaciones inundadas con una canción.

Me giré para verla y su aspecto no era agradable, tenía los ojos algo hinchados y enrojecidos al parecer estaba llorando. Se veía un poco más delgada y claramente se notaba que no había dormido en algún tiempo, tenía unas ojeras que se marcaban como moretones debajo de sus ojos, esos hermosos ojos que ahora me veían algo sorprendidos.

-¿Estás bien?- pregunté preocupado

-Estoy bien, gracias- claramente no lo está.

-¿Vivirás aquí?

-Sí. Y a menos de que necesites algo urgente te puedes retirar, como verás tengo cosas que hacer- Sé a qué se refiere, el departamento está hecho un desorden.

-Lucía, siento todo lo que pasó

-Yo también, ¿te puedes retirar por favor?

Me acerque a ella, quería abrazarla, tomarla y llevarla conmigo, pero seguía alejándose.

-¿Podemos hablar por favor? Necesito que me escuches- supliqué

-No tengo tiempo, tal vez en otra ocasión

-No, esta es la ocasión y si no me quieres escuchar está bien, pero no me voy a ir. Lamento todo lo que pasó, nunca quise hacerte daño, yo realmente me enamoré de ti. Lo que pasó con Regina fue importante en su momento, pero ahora no, tú y Agnes son mi presente, no quiero perderte, te necesitamos.

-Exacto, me necesitas. ¿Sabes? creo en el fondo siempre lo supe, solo necesitabas a alguien que se hiciera cargo de tu hija, aparecí y facilité las cosas y creo que los dos nos divertimos al follar ¿no? La pasamos bien y gracias por el techo y la comida y sí es que te debo algo pásame la cuenta para pagarte- Está furiosa, pero esto es una probada de mi propia medicina, solo estaba regresando todo lo que le dije, lo merecía, no lo niego, fui un idiota la última vez que la vi, pero no puedo, no quiero estar sin ella.

-Soy un idiota lo sé, pero no quiero perderte, Lucía yo te amo - tomé su cara con ambas manos y las retiró casi de inmediato.

-Lo siento Noah, pensé que me había enamorado de ti y no fue así. Me dejé llevar por el cliché del tipo guapo nada más. Por favor retírate.

Asimilaba sus palabras: "pensé que me había enamorado de ti y no fue así".

La miré y sus ojos me decían que es verdad y no solo me decían eso, ocultaban algo más y conociéndola no me lo va a decir, total para qué, piensa que la engañé, dije cosas de las que ahora me arrepiento, así que esto ya no tiene caso.

Guardé silencio callándome todo lo que siento por ella. Caminé hacia la puerta con el corazón destrozado. La mujer que amo no siente lo mismo y no hay nada que pueda hacer. 


Mi rutina se desvía de vez en cuando por donde vive Lucía. Estaciono al otro lado de la acera observándola a través del vidrio mientras sirve mesas y prepara bebidas. Trabaja en la cafetería que está en la planta baja de donde vive.

Hoy sé que no está así que decido entrar por un café.

-Hola ¿Qué te sirvo?- pregunta la chica que vi aquella vez en la estación de policía.

-Un americano por favor- solicito.

Mientras espero mi café Thomas se aparece en la cafetería. Lo que me faltaba ¿qué no piensa dejar en paz a mi Lucía?

-Hola Noah que gusto verte ¿cómo estás? ¿cómo está Agnes?

-Hola Thomas, bien, gracias por preguntar- respuesta corta esperando entienda la indirecta.

-Aquí tienes- la chica de cabello rubio coloca la taza de café en mi mesa y Thomas vuelve a hablar.

-Noah, ella es mi hermana Winnie- presenta y me sorprendo un poco.

Ahora sé la razón del porqué está aquí y aquella ocasión en la comisaría, aunque no descarto que Lucía le atraiga.

-Mucho gusto Winnie ¿trabajas aquí?- espero ser buen actor

-Sí y no, es mi cafetería, me apoya una amiga- dice.

-De echo Lucía trabaja aquí- confirma Tomás mientras se sienta a mi lado -Te molesto con un té de menta por favor, querida hermana.

-Oh, no sabía que Lucía trabajaba aquí- doy un trago al café esperando no noten que miento, claro que sé que ella trabaja aquí y vive en la planta alta.

-Sí, mi hermana y ella se conocieron en una juerga, hasta fui por ellas a sacarlas de la cárcel ¿creerás eso posible?

-No tenía idea- respondo algo sorprendido. Soy un mentiroso

-Esa noche en prisión les sirvió para para hacerse buenas amigas y ahora Lucía le apoya en la cafetería.

Por lo menos ahora tenía todo el contexto de lo que estaba haciendo Lucía aquí, sabía que tenía trabajo seguro y un techo, por ahora estaba bien y aunque no me gustara Thomas me puede poner al tanto de ella en cuanto lo necesite. 

Toda una vida. (Terminada).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora