Capítulo 15

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Apenas han pasado varias semanas desde que Lucía es la nana de Agnes y yo no podría estar más feliz. Los tres nos hemos acoplado perfectamente.

Aún me quedan un par de semanas de licencia así que por las mañanas soy yo quien se encarga de Agnes y por las tardes lo hace Lucía.

Acordamos en que Agnes acudirá a una guardería en cuanto yo regrese a la oficina. 

Estoy algo nervioso por cómo tomará esto, sin embargo, sé que Lucía está en lo cierto cuando dice que no puede estar todo el tiempo solo con nosotros dos. Alek muy seguido está por aquí y de vez en cuando vamos de visita con los abuelos, pero sí, necesita convivir con más gente y no solo con adultos. 

Lucía cree que le irá de maravilla, eso espero yo también.

Un par de ocasiones la he encontrado bailando con Agnes que lo disfruta en demasía, otras tantas yo disfruto ver como la alimenta sobre sus brazos y unas tantas como la besa a cada rato, cosquillea a Agnes que suelta carcajadas, pero siempre termina regalándole besos que Agnes recibe más que gustosa.

A pesar de que he insistido a Lucía en pasar la noche aquí se ha negado, hay una habitación libre que ella podría ocupar y así no tendría que exponerse tan tarde, por fortuna Hans ha estado disponible para llevarla a su casa.

Es increíble la conexión que ellas tienen. Lucía está en casa alrededor de la 1:00 de la tarde y es como sí Agnes tuviera alarma incluida que apenas se da la hora y ya está atenta a su llegada. 

No sé quien es más feliz, sí Agnes o yo.

Lucía es por lo general quien la lleva a la cama, aunque a medianoche se despierta y va a parar a mi habitación.

Cierta noche tuve que llamar a Lucía a medianoche ya que Agnes no cesaba en su llanto y a mi ya se me habían acabado las ideas, lo menos que deseo es importunarla en su descanso, pero en verdad que no sabía que más hacer así que acudió a nuestro llamado y en cuanto puso un pie en casa, Agnes se volvió muda. Esos gritos de minutos antes habían desaparecieron como si yo hubiera inventado todo. Me sentí tan apenado con Lucía, pero ya estaba, así que no quedo más que disculparme y ella como siempre comprendió. Insistí para que pasara el resto de la noche en la habitación para evitar que se expusiera, más,  pero decidió marcharse. 


He notado que a Agnes le encanta que Lucía le cante, al principio pensé que era una canción de cuna así que una noche me acerqué para prestarle atención y era una canción en español un poco melancólica, pero Lucía tiene una voz dulce y por la manera en que Agnes la ve entendí que es algo de ellas. 

El amor es reciproco cada una ha sabido ganarse el corazón y cariño de la otra.

Embelesado por la escena solo me limité a contemplarlas fuera de la habitación mientras escuchaba la melodía.

Si yo encontrara un alma como la mía

Cuántas cosas secretas le contaría

Un alma que al mirarme sin decir nada

Me lo dijese todo con la mirada

Un alma que embriagarse con suave aliento

Que al besarme sintiera lo que yo siento

Y a veces me pregunto ¿qué pasaría?

Si yo encontrará un alma como la mía


Aprovecho cualquier oportunidad para estar cerca de Lucía.

Cuando Agnes duerme ella adelanta su trabajo y yo hago lo mismo, aunque con ella tan cerca me es difícil concentrarme, su aroma y presencia inundan e iluminan toda la casa.

No mentiré, imagino que está es mi vida; con ella a mi lado, pero no como la nana de Agnes, sino como mi pareja, mi mujer, como la madre de Agnes. Con ella sin tener que irse por las noches, con ella en mi habitación, esa habitación que cada día sin ella se hacía más y más grande. Con Lucía durmiendo sobre mi pecho, con ella besándome, con ella recibiendo mis caricias, con ella haciéndole el amor.

Nunca imaginé conocer a alguien como Lucía.

Es bella en toda la extensión de la palabra, en la manera de hablar y expresarse, la forma en que ve a los demás, la bondad y gratitud que tiene para cualquier persona y el amor, ese amor que le profesa a mi hija, jamás tendré como pagárselo.

Joder, muero por besarla, se ve tan linda concentrada en no sé qué diablos, quiero agarrar y lanzar lo que tiene en sus manos, besarla y hacerle el amor aquí mismo. Pero soy realista, mi situación no se presta para tener una relación con nadie y desde que estaba aquí nunca habíamos tocado el tema de Chicago, a veces siento como si ignorara mi presencia y duele un poco. Es decir, aquí estoy, pero ella ni siquiera me repara. 

Lucía dijo que había sido un error ¿lo había sido? ¿Tanto se arrepentía como para decir que fue un error? Desearía que tuviera un poco de amor para mí.

Ni idea de cuánto tiempo pueda tolerar estar así, tan cerca y a la vez tal lejos de ella.

Toda una vida. (Terminada).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora