Capítulo 17

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A lo lejos suena una melodía que al cabo de unos segundos termina.

Despierto y lo primero que veo son esos hermosos ojos cafés. Me regala una sonrisa que interrumpe de nuevo la canción.

Se pone una de mis playeras y va en busca de su celular y sigo sus pasos escuchando que conversa con alguien.

-No se preocupe Helge.... ¿Qué le pasó a Agnes? ¿está bien?- pregunta asustada.

Yo la veo expectante y preocupado al saber que habla con mi padre que nombra a mi hija y más al ver la cara de Lucía.

-¿Pero, pero cómo pasó? No, no se preocupe Noah está aquí, pongo el altavoz.

-Noah hijo, no te....

-¿Qué pasa con mi hija papá?- inquiero preocupado

-Hijo estamos en el hospital, tu madre tuvo un ligero incidente con Agnes....

-¿Está bien?- interrumpo

-Sí hijo, tranquilizante, aquí está Thomas, te lo comunico para que te explique mejor.

Thomas es el pediatra de Agnes.

Lucía me toma del brazo para tranquilizarme, pero eso ya es imposible, necesito saber qué pasa con mi hija.

-Hola Noah.

-¿Thomas cómo está mi hija?

-Ella está bien, como te comentó tu padre tuvo un ligero incidente, al parecer un alimento le provocó alergia seguido de vómito y diarrea, por ahora está en observación- siento la presión de la mano de Lucía sobre la mía, está igual de preocupada que yo -las primeras pruebas que le realizamos salieron bien y estamos a la espera de los resultados de exámenes para saber exactamente qué lo causó, pero es importante que estés aquí.

-Claro, vamos para allá, gracias, Thomas. Papá, gracias.

-Ella está bien hijo. Noah, todo está bien no te preocupes... Lucía, cuídalo por favor- solicita mi padre.

Silencio largo. A decir verdad, no sé si fue de incomodidad o sorpresa, pero la petición de mi padre se escuchó muy natural ¿sabía lo que pasó entre nosotros?

Lucía le respondió con mucha seguridad.

-Claro señor, no se preocupe.

Agradecí que ella estuviera en ese momento conmigo.

Llamé a Alek, a nuestro piloto y en menos de dos horas ya estábamos en Berlín. 

Afortunadamente Agnes está de maravilla, sólo tiene un ligero color amarillo por la deshidratación.

Mi madre consideró prudente que comenzara a comer papillas, ya Thomas nos confirmó que hay que esperar unos meses más.

Pasará la noche en observación y aunque insisto para que Lucía se vaya a descansar, ella decide quedarse y Agnes la secunda. 

A veces siento como sí la quisiera más que a mí. La verdad no es algo que me moleste sino todo lo contrario, me fascina ver la complicidad que tienen, es decir, uno se encariña con la convivencia, pero lo que tienen Agnes y Lucía va más allá.


Agnes descansa sobre los brazos de Lucía que la acunan sobre su pecho. Las veo dormir plácidamente y me pregunto sí tal vez me podría permitir esto.

Por mi parte quiero intentarlo con Lucía. El que ella y Agnes se lleven bien facilita las cosas, demasiado diría yo. Agnes es muy selectiva, pero tratándose de Lucía no, es como si la Agnes recién nacida hubiera desaparecido para darle paso a otra nena consentida, amigable y dulce.

Realmente deseo tener algo con Lucía.

Me levanto del sofá donde descanso para cubrirlas con la manta del hospital dejando un beso en cada una de ellas.

Pasamos la noche sin ninguna novedad.

Termino de firmar los papeles para el alta de Agnes mientras Lucía la alista para retirarnos. A

l regresar a la habitación mi madre se encuentra ahí, parece que charlaba con Lucía, pero al entrar a la habitación ambas guardaron silencio.

-Vamos- indica Lucía brindándome las pertenecías de Agnes mientras ella la lleva en brazos y nos retiramos del hospital. 

Agnes se ha recuperado bien. Lucía la mantiene hidratada siguiendo las indicaciones del médico apoyándose con los medicamentos que este le mandó. 

Recuerdo la primera vez que Agnes se rozó, era un sufrir por ambas partes al cambiar el pañal, pero con Lucía ni siquiera se inmuta cuando le suministra el medicamento.


Toda una vida. (Terminada).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora