Capítulo 31

29 2 0
                                    

Finalmente se llegó el día en que Lucía llega a casa, regresa a mí.

Voy por ella al aeropuerto y al verla llegar no puedo evitar extender mis brazos invitándola a un abrazo y me sorprende corriendo hacía mí. Llega y da un brinco enredando sus piernas en mi cintura. Toma mi cara con sus manos, deja un beso en mi frente, otro en mis ojos, uno más en mi nariz y después en los labios.

-Hola güero- dice casi sin despegarse.

-Hola preciosa, no tienes idea de cuánto te extrañé.

-No más que yo, créeme.

Al llegar a casa Alek ha preparado su bienvenida. Todos la esperan, mi padre, el abuelo, Jonás, Ida y por supuesto Agnes que en cuanto la ve hace pataleta y media para tener su atención, la cual consigue y la pobre de Lucía tiene que saludar a todos con Agnes en brazos, no sé quién está más contenta de las dos.


-¿A caso ese anillo es...- menciona Alek emocionado llevándose ambas manos a la boca.

-¿El que hace juego con el collar de su familia? Sí- afirma Lucía mientras toca el anillo y con la mirada agradece al abuelo -¿De compromiso? No

Silencio sepulcral. Todos dirigen sus miradas a Lucía que continúa comiendo como si nada, después me ven a mí que también sigo comiendo con una sonrisa.

-No aceptó casarse conmigo- menciono encogiéndome de hombros.

Todos se miran unos a otros y noto en el rostro de Lucía algo de pena, bien, sí para que se case conmigo tengo que recurrir al chantaje lo haré.

-No es que no quiera casarme, es solo que, digamos no es el momento.

-¿Y cuándo sería ese momento?- expresa mi padre sorprendiéndonos a todos, en especial a mí, nunca se ha metido ni opinado en mis relaciones.

-La verdad es que no lo sé, para mí no es importante un papelito.

-Es decir que no te quieres casar- afirma el abuelo.

Soy consciente de que lo único que pretenden es ayudarme, pero conociendo a Lucía no creo que lo estén logrando, sino todo lo contrario.

Lucía sonríe, creo que sabe lo que traman.

-No y sí. No porque como lo mencioné y en su momento se lo dije a Noah, para mí es mucho más importante y valioso nuestra palabra que un papelito firmado, además así nos ahorramos abogados y demás cosas que se podrían llevar por un divorcio, y lo más importante, sí alguno de los dos ya no está a gusto o enamorado, se habla y cada quien para su casa sin problemas ni embrollos- todos le prestamos mucha atención -Y sí, porque mírenlo- gira todo su cuerpo para observarme -¿quién no se querría casar con él? Es alto, guapo, caballeroso, tiene muy buen gusto, siempre anda bien vestido, aunque sin ropa se ve mucho mejor- no podemos evitar sonreír –millonario, en sí es un partidazo, aaaah y se me olvidaba, siempre huele rico- se acerca a mí y aspira mi aroma sin poder evitar que con su cercanía un escalofrío recorra todo mi cuerpo y se pose en mi miembro, sé que se ha dado cuenta y sonríe pícaramente -pero parece que sí, hay alguien que no se casaría con él.... por ahora- dice dejando la duda en el aire -Eso sí, que no les quepa duda de que lo amo, los amo- indica a Agnes que está en su sillita -así que no se preocupen, me tendrán mucho tiempo rondando por aquí y no será fácil que se libren de mí.

Todos nos quedamos conformes con la respuesta y no alegamos más solo disfrutamos de la velada.

Despido a todo mundo mientras Lucía sube con Agnes para llevarla ya que se ha quedado dormida en sus brazos. Las sigo a unos pasos y no puedo evitar que la escena me enternezca. La mujer que amo adora a mi hija. Continuo mi camino dejándolas solas. 

Toda una vida. (Terminada).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora